La cartera laboral informó esta semana que, a la fecha, se sellaron apenas 23 acuerdos paritarios que incluyen poco más de un millón de trabajadores registrados del sector privado que equivalen a un 19% del total y apenas un 8,5% si se contabiliza todo el universo de los trabajadores registrados, que rozan los 11 millones de personas.

Entre esos acuerdos ya firmados se destacan por su importancia numérica y su significado político tanto el de Bancarios como el de Camioneros y el metalúrgico.

Los primeros acordaron una suba del 26% con revisión en noviembre. Camioneros, un 30% con revisión en febrero y la UOM lo hizo sobre la base de una suma fija de $ 30 mil dividido en cinco cuotas no remunerativas que plantean la dificultad de comenzar 2021 con la grilla salarial de 2019.

Prueba en Comercio

Esta semana se ha formalizado el inicio de la negociación en Comercio, el gremio más numeroso del país con casi 1,1 millón de trabajadores registrados representados por el sindicato liderado por Armando Cavalieri (más del doble si se incluyen los no registrados). Allí se encara la negociación en una situación muy heterogénea desde el punto de vista del impacto de la crisis generada por la pandemia sobre las patronales.

El sindicato, sin embargo, aún no hizo público su reclamo. «Eso lo lleva directamente Armando», señalaron desde el mismo sindicato a Tiempo. Tampoco la oposición liderada por Ramón Muerza conoce el pedido de la conducción, aunque adelantó que su opinión es que es necesaria una recomposición del 40% y habilitar una negociación por ramas para emparejar las disparidades que pudieran existir en las diferentes patronales.

Con todo, Tiempo pudo saber que, más allá del bono por esencialidad de 5 mil pesos y 6 mil pesos que ya consiguieron los trabajadores de los grandes supermercados se pide, además, la incorporación al salario de los $ 4000 y de los $ 2000 ya otorgados a partir del decreto nacional y un acuerdo sectorial, respectivamente, una serie de incrementos que combinan bonos y aumentos porcentuales que, para la categoría inicial, implicarían una suba de poco más del 34 por ciento.

Una luz de alerta

La parte empresaria ya dio a conocer su posición sobre la paritaria con un documento que dio a conocer el 12 de agosto con el título de «Propuesta para la Argentina». Allí recoge de manera casi textual una serie de propuestas que estaban presentes en la versión original del proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno de Cambiemos que quedó trunco por el rechazo que cosechó y que habilitó el camino de la discusión convenio por convenio.

Por caso, se señala que «el cambio tecnológico y las nuevas modalidades de trabajo que en virtud de aquel se derivan hacen que en materia de organización laboral se diluya la nota de subordinación jurídica». Ello sería el puntapié para postular, entre otras cosas, una jornada mensual de 180 horas y el banco de horas, que busca adaptar la jornada laboral (y la vida de los trabajadores) a la productividad. Se avanzaría así sobre las horas extras –que se pagan el doble–con el propósito de absorberlas en los períodos de baja estacional de la actividad o, incluso, inducir a que se computen para las vacaciones. Del mismo modo propone contemplar el teletrabajo y las nuevas modalidades de contratación que generan las economías de plataformas en nombre de que su extendida informalidad plantea una «competencia desleal». De este modo, se propone atacar la informalidad precarizando el trabajo formal sobre la base de habilitar la modalidad de la «eventualidad» con trabajo por objetivos.

Además, se postula la implementación de un fondo de desempleo tal como ya ocurre en el gremio de la Construcción, donde se cofinancia la finalización de la relación laboral durante su transcurso y, de este modo, puede expirar sin costo alguno para la patronal.

Desde la Cámara Argentina de Comercio, su secretario Mario Grinman señaló a Tiempo que «hay otras urgencias entre los trabajadores de comercio que tienen que ver con el salario y donde nos vamos a poner de acuedo. Vamos a esperar eso, pero pretendemos discutir esa propuesta cuanto antes. Cavalieri es un hombre muy inteligente que conoce bien la realidad del sector desde ambos lados del mostrador».

De esta forma, hay riesgos de que las demoradas paritarias resulten el escenario de una reforma laboral hormiga.