El director Sebastián Berenguer y el actor Pablo Razuk le ofrecieron a Alejandra Darín una propuesta diferente: sumarse a una obra que cuenta la vida de un personaje histórico, pero con un lenguaje teatral y hasta onírico, que también permite pensar a la humanidad por encima del nombre. Darín dijo que sí de forma inmediata y se sumó a Scalabrini Ortiz, la obra de Florencia Aroldi que se enfoca en el costado humano de este gran referente nacional. “Raúl Scalabrini Ortiz es, para mí, uno de los próceres modernos. Fue agrimensor, historiador, filósofo, periodista, escritor, ensayista e hizo política. Con este texto entendemos mejor su visión del mundo y de la vida”, afirma Darín. Para ella, el lado poético que caracteriza a esta puesta permite profundizar aun mejor en nuestra historia.


La obra se desarrolla a partir de un hecho puntual. En 1974, la policía desalojó a Mercedes Comaleras, esposa de Scalabrini Ortiz, de la casa donde vivieron juntos y en la que él murió, en 1959. A partir de la anécdota, Aroldi se permitió crear un espacio/tiempo imaginario donde se encuentran él, Raúl y su compañera, madre además de sus cinco hijos. “Está bueno el permiso que te da el teatro para ir metiéndote, de a poco, en su historia y su legado. No es fácil, en una hora, contar una vida, y menos una tan agitada y rica”, explica Alejandra Darín sobre el trabajo que interpreta sobre el escenario del teatro Picadero.


“Explicamos de una manera más amena la mirada aguda de Scalabrini. Eso es un gran logro de la autora. Por suerte, pudimos darle vida a esa maravillosa letra que, se nota, tiene mucha investigación e ingenio detrás”, señala la actriz.


Darín se confiesa admiradora de Scalabrini Ortiz por la claridad de su pensamiento, su defensa de la industria nacional y de la independencia de las potencias extranjeras.


“La historia parece lejana, pero la realidad es que es bastante reciente, y todo lo que plantea tiene mucha actualidad. Junto con Jauretche y Dellepiane, Scalabrini estuvo entre los primeros en pensar sobre la liberación nacional. Esto nos compete y nos constituye como argentinos”, puntualiza la artista y actual presidenta de la Asociación Argentina de Actores.


En cuanto la pandemia lo permitió, la actriz pudo también reponer la obra A la izquierda del roble, un homenaje al poeta uruguayo Mario Benedetti, que puso en escena en el Centro Cultural de la Cooperación, junto con Pacho O’Donnell. “Me gusta que el teatro sea un acto reivindicativo de esas figuras tan importantes, sobre todo para que las nuevas generaciones las tengan en cuenta. Está bueno conocer o recordar esta información necesaria: hay que seguir esparciendo estos legados. Es un acto de justicia invocarlos”.


Con 55 años, Darín sabe que su actividad como representante gremial hace que algunos la miren con desconfianza: “Pero creo que es parte de la actividad y las reglas del juego. La tarea profesional, como la defensa de los derechos laborales, son aspectos que me constituyen como persona y no tengo conflicto con eso. Es verdad que muchas veces se pone en mi boca lo que todo el colectivo intenta decir, pero yo solo asumí el rol que me tocó. Soy una más, elegida por mis compañeros, para encarar la lucha conjunta y constante que requiere nuestra tarea. No me aferro a un puesto, no me interesa, simplemente sigo porque las circunstancias así lo requirieron. Estaría bueno que, aunque pensemos distinto, seamos cuidadosos y respetuosos. Y hay que comprometerse no solo con las luchas propias, sino con las de los otros”, puntualiza la actriz. «


¿Cuándo?

Scalabrini Ortiz. Con Alejandra Darín y Pablo Razuk. Obra de Florencia Aroldi con dirección de Sebastián Berenguer. Sábados a las 17:30, Teatro Picadero: Pasaje Santos Discépolo 1857.