“La fumamos y… recordamos los milagros del mundo / Recordamos a los que están lejos y cerca / Recordamos”. Memoriosos versos que cantaban en lengua sesota a principios del corto siglo XX en Sudáfrica los fumadores de marihuana, mejor dicho, dagga. La canción es rescatada en el libro Cannabis, obra fascinante firmada por el académico Chris Duvall, docente de la cátedra de Geografía en la Universidad de Nuevo México y autor de muy numerosos, inteligentes y variopintos artículos sobre biogeografía, el vínculo entre los seres humanos y las plantas y, por supuesto, geografía a secas.

En Cannabis, Duvall hace memoria y nos invita a recorrer la historia cultural y la geografía del cultivo más ampliamente distribuido de la humanidad, que nos brinda marihuana y el poco popular cáñamo. El libro fue recientemente publicado por Adriana Hidalgo Editora.

El académico Chris Duvall es autor del libro.

Fiel compañero de viaje en las migraciones humanas desde las pretéritas culturas paleolíticas de Asia Central hasta el presente, el cannabis ha tenido una relación milenaria y, por lo menos, compleja con hombres y mujeres. Duvall asume el desafío de retratar ese lazo. Lejos de la opinión banal y el lugar común, cerca de la mirada crítica, amena y minuciosa, Cannabis es una obra transgénero que combina dosis desparejas de ensayo de alto vuelo, la historiografía rigurosa, el tratado de botánica y aun el retrato delicado.

Silvestre, sativa, indica, ganja, hachís, maconha, Mariajuana, Mary Jane, cáñamo, indoor. Droga psicoactiva, materia prima para la confección de textiles, semillas comestibles, uso medicinal, desarrollo industrial, prohibicionismo. El cannabis representó la salud, el placer, la productividad,  la divinidad, la belleza, el veneno. Una ola verde que empapó el planeta Tierra y muchas veces ha sido tapada por una cortina de humo. El libro de Duvall echa luz en esa oscuridad.  

Una tapa verde que te quiero verde.

El ensayista rescata mil y una historias de la cultura cannábica. En su pesquisa incluye regiones históricamente marginadas por la historiografía tradicional, como África y Australia. La expansión del cultivo desde la Antigüedad, sus usos rituales y culinarios, la producción textil y la utilización de la fibra de cáñamo en las velas de barcos y sogas, el vínculo con el comercio de esclavos, las guerras económicas en su huerta, la irrupción de las políticas de la prohibición y de persecución. El cannabis contribuyó a la pujante y muchas veces dramática transformación del paisaje global.

También el libro cobija historias mínimas que en realidad son gigantes: como las de aves cantoras alimentados por décadas con las semillas de la planta, la deriva universal de las pipas, el trabajoso proceso para el procesamiento de las fibras y las penurias de los campesinos, la contracultura que crece cerca de la droga blanda a mediados del siglo pasado. El libro contiene decenas de ilustraciones y fotografías de época que son maravillosas: como la que rescata la producción de cáñamo en estas pampas en el 1900.

Escribe Duvall casi al final de su libro: “El ambiguo estatus actual del Cannabis puede oscurecer y distorsionar milenios de experiencia humana.” Este ensayo es una semilla que trae nuevos conocimientos, nuevas formas de acercarse a la historia cannábica. Crecerá más alto que la cortina de humo.