Un día René Pérez la pasó a buscar por la escuela para que grabara en una idea que él tenía con Eduardo, su otro hermano con el que ya eran Calle 13, diciéndole que su voz era perfecta. Ella respondió: «Pero, René, que yo toco el piano, que no canto». Su hermano mayor insistió y junto con Cabra la convencieron. Lo que grabaron se convertiría en la canción «La aguacatona».

Ileana Cabral tenía 17 años. Hoy, diez años después, tiene Ilevitable, su primer disco solista, en la calle. En el medio Ile pasó una década con Calle 13, con todo lo que eso implica, hasta que tras meditarlo bien luego del impasse que se tomaron como banda, decició ir por otro camino, y compartir su faceta vinculada a la tradición musical de su pueblo. “También, en verdad, fui instigada por mi familia”, confiesa.

Tanto ella como sus hermanos René Pérez (Residente) y Eduardo Cabra (Visitante) crecieron en el seno de una familia de artistas. Su padre ejerce de músico y publicista, y su madre es actriz. La abuela, cantante y así. “En mi familia la música estaba en todos lados, en la casa, en el carro… y ya desde chiquita empecé a tocar un piano que teníamos y eso es parte de mi cotidiano”, cuenta.

La fragilidad de su delgadez, con sus vestidos perfectitos y su mirada dulce se contraponen con la potencia de su canto. Más ahora, que eligió un rubro musical mucho más delicado y sutil, pero potente en cuanto los sentimientos que transmite.
Atrás quedó el agite de Calle 13, aunque ella sienta que es como la casa familiar en la que ya no vivís pero se siente propia. “Por ahora vamos concentrados en los caminos nuevos pero a modo de aprendizaje; que pase lo que tenga que pasar”, dice Ile con la dicción de la isla: pronunciando la «r» con una «l» bien marcada. O «malcada», digamos.

Lo que más le gusta de la música, dice la puertoriqueña, es que puede transmitir las emociones de la manera que uno quiera sin pensar en cómo debería ser o cómo se supone que sea. Para Ile la música es como pintar colores. “Se me hace mas fácil hablar con melodías que con palabras”, reconoce la cantante que estuvo por España y cerrará la gira con presentaciones de Ilevitable en Argentina, Chile, Puerto Rico y Uruguay.

–¿Siempre estuvo presente la posibilidad de hacer un disco?

–No quise forzar esa posibilidad, sino que quería tomarme mi tiempo.

–¿Por qué?

–Porque me siento más preparada para trabajarlo, y fue saliendo solo luego de algunas dudas y cuestionamientos que yo misma tenía. Se fue haciendo con paciencia, con mucha calma. Disfruté un montón el proceso, las ideas y el repensar cómo interpretar cada canción. Siempre me ha gustado lo que es la interpretación.

–Y las canciones de este disco lo permiten, además de repasar la historia musical de un género, ¿no?

–Sentí que era lo que tenía que hacer, mucha gente de mi generación no conoce estos géneros tan nuestros. La realidad es que no han cambiado un montón de cosas. Está bueno darnos cuenta de eso, todavía hay cosas que están pasando que tenemos que seguir expresándolas y no dejándolas en el aire.

–Además, hay más herramientas para hacerlo con nuevos sonidos.

–La cuestión técnica es algo que no me termina de cerrar, es como un arma de doble filo. Suena brutal, pero suena tan perfecto que suena de mentira. Te pongo un ejemplo: en una canción había dos saxofones, estaban tan afinados que parecían uno, y era raro decirles desafinen uno porque hay algo ahí que me suena impostado. Son locuras pero no quiero que suene como se supone, sino que se sienta más cercano, más real.

–¿Sentís que es tu estilo?

–Como mujer, me parece súper importante y necesito exteriorizar lo que nos pasa. Tenemos mucho para decir y muchas veces tenemos miedo a que la sociedad nos juzgue. A veces no puedo entender cómo en una época tan avanzada estamos atrasados en cosas que son básicas. Hay mucho por decir como mujeres.

–En ese sentido, sí sos una continuidad de Calle 13, ¿puede ser?

–Sí, creo que en la familia tenemos una necesidad humana de dejar claro lo que pensamos y en el fondo es para no sentirse tan solo en este mundo. Debe ser por ser Puerto Rico, un país tan chiquito, una isla. Más siendo colonia de Estados Unidos, que no nos enteramos lo que pasa en el resto del mundo ni nadie sabe de nosotros. Por eso creo que tenemos más necesidad de decir lo que sentimos o por qué nos sentimos así. Somos de cuestionar y nos dimos cuenta de que todo es más hermoso cuando la gente de otros lugares se identifica con tu emoción. Creo que la música y el arte tiene ese propósito, unirnos.

–La industria a veces puede atentar contra eso, ¿cómo se sobrevive en este medio?

–Hay que amar esto profundamente. Porque dentro de lo que a uno le gusta siempre tiene sus complicaciones. A mí esto me encanta, independientemente de lo complicado que pueda ser y lo sacrificado que puede ser por momentos. La meta es dar a conocer el proyecto y que crezca para poder mantenernos vivos, haciendo lo que me gusta, que es cantar. Creo que al final lo demás es secundario aunque sí es bien duro, bien complicado. Pierdes fechas importantes, familiares y eso. Tienes que estar siempre en movimiento. De afuera se ve más simple de lo que es, porque se ve divertido. Lo es, pero es agotador. Uno se acostumbra a no dormir y cuando se vuelve a casa uno está alterado y estás diciendo: “Cuándo me voy, a qué hora hay que estar”. Me cuesta mucho poder relajarme para compartir con la familia, porque se acaba el tiempo y te vuelves a ir, pero es así. Mientras te guste hay que hacerlo, con sus beneficios y sus problemas.

–¿Pensás en el futuro?

–Siento que no puedo darle mucha cabeza al futuro, porque no puedo esperar nada, no tengo idea lo que va a pasar. Mucha gente suele trabajar diciendo «todo va ir bien, o de seguro me puede pasar esto, o voy a llegar a esto», y pasa algo y se derrumba todo. Entonces, yo no quiero que se derrumbe nada, quiero aprender en el camino y si se complica, dar lo mejor para salir de ahí. Soy más del momento. Si uno no le mete ganas no arranca, soy bien de fuerza, pero sin tener el futuro muy claro. Solo pienso en el próximo show.

–¿Es ahí donde explotás?

–A mí me gusta que se logre una conexión entre el público y la escena. Que cada canción transmita algo distinto y muy único. Es el momento de soltar todo y lo importante es mantener ese calentón energético encendido.

–Sos una exploradora de sonidos, ¿qué te gusta de acá?

–Me gusta aprender de música y punto. De acá hay mucha influencia en mi familia. Somos muy fanáticos de mucha gente de acá. Algo que descubrí hace poco fue por mi cuñada (Soledad Fandiño, pareja de René), que me hizo escuchar a Goyeneche y se convirtió en uno de mis intérpretes favoritos. Tiene esa manera directa que es hermosa y terrible. De ellos aprendes. Por momentos uno se cuestiona si hace bien las cosas, tengo mis momentos insoportables de inseguridad. “Ya no voy a hacer esto, no vale la pena, no esta funcionando”, pero esos momentos, al final, aunque suene cliché, son claves, porque solo ahí sale lo mejor de ti. Si hago otro disco, me va a pasar lo mismo. Pero igual ya crecí con esto. Aunque tenga sus complicaciones va a ser de otra manera. Creo que lo lindo de la vida es que uno no para de aprender cosas nuevas. «

Reconocimiento veloz

A raíz del lanzamiento de su primera producción individual que tuvo como resultado el disco Ilevitable, Ileana “iLe” Cabra fue nominada en la categoría de mejor artista nuevo en la 17ª edición de los premios Latin Grammy que se celebró el 17 de noviembre pasado en Las Vegas. Fue una sorpresa, y aunque finalmente el galardón quedó en manos del colombiano Manuel Medrano, resultó un espaldarazo a su camino en solitario y la elección de acercarse a nuevos sonidos. “Estoy bien satisfecha y emocionada de saber que a sólo seis meses de haber lanzado esta producción como solista, he recibido el honor de estar nominada a un Grammy Latino”, reconoce iLe. “Ha sido todo un proceso de trabajo fuerte entre los que colaboraron en el proyecto, pero siempre lo hicimos guiados por el deseo de presentar algo genuino, creado con mucho amor y con el fin de expresar todas las ideas e inquietudes que tenía presente. Es algo positivo que sea reconocido con una nominación”, finaliza la cantante.

La familia, fuente de inspiración

Boleros y canciones rítmicas de corte tradicional del Caribe como el mambo y bugalú. Algo de eso y más tiene Ilevitable. Para este material, Ile trabajó con su actual pareja y baterista de Calle 13, Ismael Cancel, y juntos les dieron forma a las doce canciones, varias de ellas compuestas por la misma Ile, otras por su hermana Milena Pérez, y otras por su abuela Flor Amelia de Gracia (quien fuera cantante, compositora y gran influencia para Ileana). «Ella me enseñó a buscar un estilo propio, aportando mi espíritu a lo que me gustaba. Por eso esto no es una imitación de lo que se hacía sino que es una actualización de esos sentimientos que se repiten», recuerda.

La melancolía, el romance y el desengaño, típicos del paisaje del bolero, están más que presentes en las canciones del disco que contó con el aporte de 75 personas, entre músicos, compositores y arregladores. Hasta su padre tiene una participación en «Out of Place», única canción cantada en inglés, donde Joey «Papá» Cabra, coautor junto a Ile, toca el bajo. «Es un sueño hecho realidad», dice la artista y agrega: «Con este álbum hice lo que sentía que debía hacer, tenemos muchas riquezas musicales desconocidas y una historia detrás que es importante que vuelva a sonar un poquito y que no se quede en el olvido».