Travesti, ese disco de 1994 que como los buenos whiskys sabe mejor con el paso del tiempo, cumple 25 años. «Es una oportunidad ideal para un pequeño festejo; no quiere decir que no se reedite algún otro disco en el futuro, pero me pareció lindo hacer una edición limitada en vinilo y festejarlo de alguna manera coqueta como fue Travesti«, explica Daniel Melero

La presentación de este disco historicista, como le gusta definir al propio Melero, será este sábado en el ND Teatro. «Para mí Travesti me quitó la carga del supuesto tecno o del tecno-pop, fue el disco que me depositó en el rock. Justamente en el juego de llamarse travesti se ve que todo el tiempo es una vestidura que voy a ir eligiendo. Tiene algo de la afirmación sobre de qué se trata este camino que parece errático y que sigo teniendo hoy con los proyectos que encaro», revela Melero. Un camino que siempre fue desmarcarse, que con el tiempo se convirtió en una marca y «hoy todos esperan que vaya para otro lado de lo que está en la superficie».

Acaso por eso Travesti se convirtió en referencia inmediata de los músicos. «Tuvo una injerencia muy fuerte sobre los músicos jóvenes de aquella época, más allá de toda la actividad febril que yo estaba teniendo: durante dos años hice más de 24 álbumes en colaboración o como productor; me resulta muy increíble poder haber hecho todo eso».

Así que es más que un lindo aniversario: «Es parte de los discos seminales de lo que a mí me atrae, que es la cultura rock». Y por si a Travesti le faltaran posibles definiciones, Melero le agrega la del último disco que llevó al estudio «con todo muy claro: cuál tiene que ser el resultado sonoro de cada tema, la letra, saber cómo va a ser el armado hasta en términos de viaje; cuando se trata de álbumes a mí siempre me importa mucho el itinerario».

Muchos descubrieron a Melero a partir de su relación con Soda Stereo y Gustavo Cerati. «Me agrada que ese juego se haya producido, porque también tiene que ver con la inteligencia de los Soda de haberme involucrado, y de la mía de haberme involucrado tan profundamente. Porque yo me involucro por admiración, tratando de poner foco en las cosas que más admiro de aquel artista con el que tengo que colaborar», asegura el músico.

Melero fue un cuarto Soda, como también lo fue Richard Coleman: «Ellos me invitaron a seguir pero les dije que tenían que ser un trío. Como insistían, les dije que la única persona que se podía sumar era Richard. Pero también terminó diciéndoles lo mismo: suponíamos que era un trío, que creo que tienen una potencia muy especial, sobre todo a la hora de plantearse el rock: el trío tiene la administración, la descarga, la contención; y están todas especificadas, más allá de que sea un trío con un cantante como Led Zeppelin o Nirvana, que son como la apoteosis de esa idea».

El cantante, tecladista y compositor, agrega: «Había una comunión. Y éramos engreídos y considerábamos que teníamos una misión y la tratábamos ejecutar. Había una táctica y una estrategia que de alguna manera yo trato de implementar con los sónicos en los ’90. En los ’80 no había lugares en común donde uno se encontrase con (Luis) Spinetta tomando algo para ver una banda, eso no existía, había quedado todo muy fragmentado. El rock de los ’70 no quiero decir que estaba arrastrándose, pero sí continuaba sin ofrecer ningún cambio, salvo Virus, que también fue recibido como se lo merecía (ríe), al igual que Los Encargados luego. Pero uno sentía que pertenecía cuando era así de rechazado, pertenecías a algo nuevo. Era una provocación tan rockera que la gente te tirara hasta con el almuerzo, y hoy es imposible que pase eso. Del BA Rock de 1982 guardé una lata de paté que me tiró uno que estaba con otro que me tiró un pedazo de hormigón y tenía un símbolo de la paz en la remera. Lograr eso era que verdaderamente estabas diciendo algo nuevo a lo que estaba instituido y te convertía automáticamente en un fenómeno rockero».

¿Cuándo?

Daniel Melereo presenta Travesti. Sábado 16 de noviembre a las 21 en el ND Teatro, Paraguay 918. Invitados: Diego Tuñón y Carca.