Acá el tiempo es otra cosa es la última pieza estrenada por la española Macarena Trigo en Espacio 33, con función los sábados de julio a las 21. Si se parte de la frase a secas, resuena por común. ¿Quién no la usó estando de visita en un lugar ajeno? Título de un o una foránea, entonces, desde el vamos sabremos que iremos a ver lo que alguien manifiesta como “otra cosa”, “otro espacio”, “otra verdad”, la que no se tiene, la que no está, cuando no permanecemos en casa. Y algo de certeza. Será así, la obra propone una realidad distinta, que emerge en novedad aunque esté de visita. Una realidad, tal vez, hinchada, nebulosa o suspendida. En el espacio eso se huele, se ve, se escucha. En los accidentes de “acᔠhay una fantasmagoría en el aire poco filtrado. En la luz, las ausencias. Y en los accidentes, el trío.

Formulada a partir del universo del escritor Tomás Downey (libro de título homónimo de sello Interzona), Acá el tiempo… escenifica cuatro relatos destinados a tres actores: Juan Manuel López Baio, Pablo Pandolfi y Ary Pardal. Ellos son quienes articulan los fantasmas desde sus textos, en un pasado que resiste deshacerse. 

Una muerta y el cuerpo de un niño debajo de un cielo enorme. La tía Susana, las primas, Anita, Julia, papá o Raquel, el zapping familiar gira los clics entre las voces y las diapositivas escondiendo algo. Los tres rebombean los cuerpos que no existen más que en el relato que los compila. ¿Qué deberíamos entender cuando las cenizas y la tierra seca vuelan sobre la cornisa, en la oscuridad que ahoga? Esa composición física del trío en el aire fantástico que sopla Trigo, en el ahogo actuado por López Baio, Pandolfi y Pardal, nos hace llegar al invierno de la pieza con preguntas, zumbidos y una lluvia por desatarse, una precipitación recurrente de la directora. 

El guión narrativo del autor del libro se propone como “zapping escénico” por las diapositivas en serie o los fragmentos arrojados que se reactivan en cadena. En la obra de rincones, sombras y tecleo lento, resaltan la entrega de los actores que densifican el fantástico escénico, motivados por la música de Nicolás Blum, a veces en cuerdas o al bandoneón, tan compañeras del caminar lento o el tango de Boedo, descomponiendo al oído la casa llena de babosas, entre calles desiertas. “Hablaba como si estuviera viendo”, dice en un momento uno de ellos. Tal cual es esto: el fantasma, la hipótesis de la comparación nunca real, sin límites en la visión porque “el sentido común pasa como si nada”. 

Antes o después del silencio mortuorio y de la niebla espesa, los torsos se asoman mientras la nube tarda en disiparse. Aquí habrá llamados equivocados, soplidos y relinchos. Tal vez, un sol que lastima a todos y una verdad por encontrarse entre tres que hablan los relatos del pasado.

Ficha técnico artística

Actúan: Juan Manuel López Baio, Pablo Pandolfi y Ary Pardal. 

Asistencia de dirección: Ariadna Mierez. 

Texto original: Tomás Downey. 

Música: Nicolás Blum. 

Gráfica: Dalmiro Zantleifer. 

Producción: Espacio 33. 

 Adaptación y dirección: Macarena Trigo.