Desde hace 24 años, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y comienza durante esa jornada y hasta el 10 de diciembre, 16 días de activismo para visibilizar y prevenir la terrible problemática que tiene lugar en todo el mundo.

En la Argentina, de acuerdo a los datos proporcionados por el Observatorio Adriana Marisel Zambrano de la Casa del Encuentro, se habían registrado en 10 meses 275 víctimas de violencia de género. Desde el 1 de enero de 2013 al 31 de octubre de 2023, se produjeron 250 femicidios, 4 trans/travesticidios y 22 femicidios vinculados de varones. De allí, los datos más relevantes son que 308 hijas e hijos quedaron sin madre, 59 % son menores de edad; el 56 % de los agresores eran parejas o exparejas. El informe de este observatorio, como el de otros dos -Observatorio Lucía Pérez y Ahora que sí-, no son oficiales.

Desde la formación de Ni Una Menos, los femicidios descendieron con demasiada lentitud, sin embargo, el movimiento, que reúne una corriente diversa de feminismos, logró incorporar otras luchas que buscaron prevenir la violencia de género.

«Como punto de partida es importante resaltar que cuando hablamos de violencia por razones de género, lo hacemos situadas en Argentina, donde hay un movimiento feminista que ha tomado las calles, que es un movimiento masivo que se ha transversalizado en distintos ámbitos: universidades, escuelas, lugares de trabajo. Y ha hecho una gran pedagogía para mostrarle a la sociedad que la violencia por razones de género no se puede aislar, que tiene que ser pensada en conjunto con violencias económicas, institucionales, con violencias políticas», expresó Luci Cavallero, integrante de Ni Una Menos. «Ha sido muy importante visibilizar cómo la violencia por razones de género y la autonomía económica deben pensarse en conjunto. Por ejemplo, cómo se relaciona la posibilidad de salir de una situación de violencia con el incumplimiento de la cuota alimentaria, con el endeudamiento, con la brecha salarial, con las brechas laborales», expresó la socióloga.

En ese sentido, desde la creación del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, se elaboraron dos programas que fueron fundamentales para contribuir con la prevención de las violencias: el programa Acompañar y el Producir. «Desde el primer NiUnaMenos hay demandas importantes que todavía no están cumplidas, como por ejemplo el patrocinio jurídico gratuito. Pero también, hay avances importantes como el programa Acompañar, que tiene una perspectiva importante ya que no exige una denuncia para acceder al subsidio. Sin embargo, queda todavía una agenda muy importante para que una persona pueda salir o incluso prevenir una situación de violencia», agrega Cavallero. «Debería ser mucho más activo el Estado en destinar presupuesto, por ejemplo, a soluciones habitacionales, a planes de alquileres social, como está puesto también en la Ley de Alquileres vigente para personas en situaciones de violencia de género. Todavía hace falta profundizar en una agenda de igualdad y de ataque a las desigualdades económicas para que sea una realidad efectiva poder salir de las violencias y poder prevenirlas».

Contra la violencia patriarcal

Este año hubo dos juicios que marcaron la agenda feminista. Uno de ellos es el pedido de justicia por Luna, una nena abusada por su progenitor, cuya causa tuvo un recorrido largo en la Justicia (ver recuadro) y que finalmente llegó a un juicio que terminará este martes.

El abuso sexual infantil  forma parte de la agenda feminista. Madres de niños y niñas abusadas por sus progenitores sufren persecución y violencia desde que deciden denunciar. Al cierre de esta edición se conoció el informe 2023 elaborado por la Línea 137, creada en 2006 para brindar contención, orientación y acompañamiento a víctimas de violencia familiar y sexual.

Según esos datos, la línea atendió 16.286 casos de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual. De esa cifra el 77,8% de las víctimas de violencia sexual son femeninas, un 21,1%, masculinas y un 0,1% transgénero. El 81,7% de los agresores pertenecen al ámbito de confianza de la víctima. De los que tienen un vínculo familiar con la víctima NNyA, el padre es el principal agresor, seguido por padrastro y otro familiar. «El contexto del juicio es particular y está ligado al electoral», explica Yama Corín, mamá de Luna. «La abogada del abusador expresó sus intenciones de desarchivar una denuncia que me hizo, denunciar a las testigos que declararon y a las psicólogas. O sea, todo el método de la persecución antifeminista. Por eso, el resultado de este juicio va hablar de que haya justicia o no. No solo para Luna sino para muchas otras. Porque también la conquistamos entre muchas más». «

Un juicio que llega a su fin

El martes llega a su fin el juicio por el abuso sexual cometido contra Luna por parte de su progenitor. Luego de 12 años de iniciada la investigación los jueces Virginia Sansone, Adrián Martín y María Elisa Gaeta, del Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, emitirán su veredicto.
«Las expectativas que tenemos, tanto Luna como yo después de haber transitado este largo juicio es de que exista una condena y que sea efectiva a partir del momento de la sentencia. El juicio otorgó la posibilidad de que se pusieran en el debate todas las pruebas necesarias, es un juicio en el que, como no en todos los casos de abuso sexual en las infancias, existe la contundencia del relato, que en este caso estuvo: la declaración de Luna.
La posibilidad de que haya terapeutas que pudieran sostener ese relato porque acompañaron a Luna, peritos también oficiales que pudieran dar cuenta de la veracidad del relato, y hasta testigos.
Hubo una persona testigo, aparte de haber otras tres víctimas. Lo cual habla de un grado de contundencia que desde ya creo que no puedo, que sería muchísimo más forzado una absolución que una condena», dijo Yama Corín, mamá de Luna.