La línea B del subte porteño no tiene respiro. Inspectores del Metro de Madrid detectaron elementos cancerígenos en una unidad CAF 6000 de la línea 9 que opera en la capital española. El gobierno porteño, en manos de Mauricio Macri, había adquirido en una escandalosa maniobra 86 de estos vagones en 2013. Por el mismo problema, a mediados de febrero la empresa estatal porteña que administra los subtes debió sacar de circulación de la línea B tres formaciones (un total de 18 vagones) modelo CAF 5000, que habían sido comprados en 2011.

Las luces de alarma se encendieron cuando el Metro de Madrid reconoció que uno de sus trabajadores tenía asbestosis, un tipo de cáncer que se produce luego de décadas de manipulación de materiales con asbesto, también conocido como amianto.

El uso y la comercialización de productos elaborados con este tipo de elementos están prohibidos en España, en la Comunidad Europea y también en la Argentina desde 2000. Este material está presente en los modelos CAF 5000 y 2000, construidos hace 35 o 40 años, cuando la veda aún no existía. Específicamente, se utilizó asbesto para recubrir «un pequeño componente eléctrico» que «está fuera del alcance de los pasajeros», se defendieron desde Madrid.

Lo llamativo es que el gobierno porteño adquirió 36 CAF 5000 cuando la prohibición de la comercialización de este tipo de productos ya regía. En retrospectiva, sería apenas un detalle de lo que luego se convirtió en uno de los negocios más polémicos de Macri al frente del poder porteño.

Con la idea de reemplazar a toda la flota Mitsubishi de la línea B, en 2013, el gobierno porteño adquirió otros 86 CAF 6000, aunque al día de hoy la gran mayoría nunca fue puesta en servicio. En el sitio especializado enelsubte.com se explican las razones de su inconveniencia: habían sido diseñados para funcionar en la línea 9 madrileña, de tráfico medio-bajo, por lo que los asientos están enfrentados y no lateralizados. Además, están construidos para que las formaciones tengan dos unidades, cada una con su cabina motriz en los extremos, «lo que provoca que al armar trenes de seis coches, quedan cuatro cabinas intermedias inutilizadas», un sinsentido para un servicio usado por medio millón de pasajeros diarios.

Tal como indicaron medios de comunicación españoles, el Metro de Madrid hizo un gran negocio con la Ciudad de Buenos Aires, ya que el otro destino de los vagones hubiera sido el desguace. De hecho, algunos trenes fueron explotados para apreciar el impacto de una bomba en su interior.

Generalmente, cuando se adquiere un nuevo tren, se lo adapta a la infraestructura. En este caso pasó lo contrario: se reformuló todo el trazado de la línea B: se instaló una catenaria rígida, se removió el tercer riel y se readaptaron todos los coches de la flota antigua, con un costo total de más de mil millones de pesos.

En España, en estos días se detectó que al menos una unidad CAF 6000 había sido «recauchutada» con partes de sus modelos antecesores, por lo que había vestigios de asbesto. Por ahora, desde Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) minimizan la noticia. Si hubiera que retirar más unidades, el servicio se vería seriamente comprometido.

El tren a El Palomar, otro guiño para Flybondi

El Ministerio de Transporte juega fuerte a favor de Flybondi, la única empresa low cost que opera desde El Palomar. En las últimas horas, la cartera que conduce Guillermo Dietrich salió a promocionar que se trata de la única terminal de aviones a la que se puede acceder a través de un ferrocarril, el San Martín.

De hecho, la estación El Palomar está a unos 200 metros del ingreso al aeropuerto, que hasta hace unos meses era sólo de uso militar. Reconvertirla para su uso comercial no fue fácil: el gobierno nacional y Flybondi debieron sortear medidas judiciales encabezadas por vecinos que se oponen a su uso por cuestiones ambientales y de seguridad. Incluso el Concejo Deliberante de Hurlingham y parte de los concejales de Morón y Tres de Febrero se opusieron al avance de las obras. Además, Flybondi, empresa claramente apadrinada por el gobierno nacional, ha tenido varios contratiempos en sus escasas semanas de vida, como la imprevista suspensión de servicios o el desvío de vuelos por mal tiempo. «