Diego Soto fue el martes pasado al hospital de Villa Regina de Cipolletti, Río Negro, por un dolor de muela. Le aplicaron una inyección. Lo mandaron a su casa. Horas después murió.

Si bien los resultados preliminares de la autopsia indican que murió por un edema pulmonar agudo, su familia denuncia por mala praxis al centro de salud: aseguran que no tenía síntomas de ese cuadro cuando ingresó a atenderse.

La víctima, de 23 años, había ido esa noche a la guardia del hospital de la ciudad rionegrina por un dolor de muela. Los médicos le dieron una inyección, para aliviar el dolor, con diclofenac y dexametasona y lo mandaron de vuelta a casa.

Por la madrugada, cuando dormía con su pareja, se despertó preocupado al notar que el cuerpo no le respondía. Llamaron a la ambulancia, que se retrasó. Entonces la familia lo llevó al hospital. Ahí lo tuvieron en observación hasta que tuvo un paro cardíaco.

Síntomas

“Mi pareja no mostraba ninguno de los síntomas correspondientes a ese diagnóstico [edema pulmonar]”, detalló Abril, la pareja de la víctima al portal AN Roca.

“En todo momento, él presentaba una respiración normal, sin vómitos y estaba muy lúcido, incluso hasta el último momento en el que estuve presente”.

“Estaba tranquilo porque al otro día tenía que ir a trabajar a Neuquén. Cerca de las 23:30 nos acostamos y después se despertó asustado y me dice que no se puede mover. Lo incorporé en la cama y ahí él se desvaneció. Decidimos llamar a sus padres. Él estaba consciente y lúcido incluso charlamos con sus papás”, agregó al diario Río Negro.

Aldana, la hermana de la víctima explicó que el joven se encontraba lúcido, pero paralizado: “a las 4 de la mañana me llama mi mamá para ver si podía ir a ver a Diego a la casa, y cuando llego él estaba sentado en el piso y me decía ‘Aldi no me puedo mover, no siento las piernas ni los brazos’».

«Llamamos a la ambulancia y no vino. Entonces con mi papá lo cargamos en una reposera en la camioneta y lo llevamos a la guardia. Recién estaban dignándose a salir los de la ambulancia. Él estuvo consciente en todo momento, pero no se podía mover ni bajar”, acotó.

El joven estuvo en observación acompañado por su madre, pero luego a las 6, los médicos les informaron que tuvo un paro cardíaco y que a pesar de los intentos por reanimarlo no lograron estabilizarlo y murió. “Nunca nos explicaron su parálisis, ni nada de lo que pudo haberle pasado”, señaló Aldana y dijo que le habían dicho que tenía “un ataque al hígado”, denunció la hermana.

Y completó: “Mi suegra y yo nos quedamos esperando la respuesta en la guardia. En un momento sale la médica y nos pregunta si teníamos datos sobre alguna alergia y ella misma nos dijo que si hubiera tenido ese cuadro hubiera tenido algún impedimento para respirar”.

Sospechas

Desde ese momento, la familia comenzó a hacer averiguaciones y comenzó a sospechar del tipo de atención que tuvo en el hospital al ser inyectado. Actualmente la causa es investigada por el Ministerio de Salud provincial y las autoridades del Hospital de Villa Regina están trabajando en una investigación para determinar lo que realmente sucedió.

En las redes sociales, la familia expresó que el joven había pasado recientemente por exámenes para entrar en una empresa, por lo que dudan de los resultados. “(Diego) Era sano. Le habían hecho todos los estudios para entrar a la empresa. Le gustaba hacer deportes, hacía bicicleta y le gustaba salir a correr, era una persona muy activa”, describieron.