«Buenas tardes, distinguidos estudiantes, clientes de la Universidad de Buenos Aires. Soy el nuevo C-E-O de la Junta Administrativa de esta Facultad, que va a estar a cargo del Proceso de Reorganización Institucional». Con esas palabras comienza su performance uno de los protagonistas de un video que realizaron en la Facultad de Exactas y Ciencias Naturales de la UBA, situando la escena en una clase «algún día de 2024», bajo un gobierno de Javier Milei.

Uno de los movimientos que se dio espontáneo a partir de las PASO fue el de la «micromilitancia». El resurgir de las bases de la sociedad civil, temerosas y advertidas de cómo les impactaría las políticas y agresiones de La Libertad Avanza. Se vio en salud, se vio en transporte, y también en educación, donde la plataforma electoral de los libertarios habla de la instalación de un voucher, a la medida de Chile.

En ese contexto, alumnos, docentes y graduados de Exactas armaron un video escenificando cómo sería una clase bajo un posible gobierno libertario, entre vouchers, oficina de comercio biológico y el mercado como regulador.

«A partir del día de hoy van a tener que estar abordando cada una de las materias que están cursando», advierte la pareja de CEOs.

«El gobierno les va a estar ofreciendo unos vouchers equivalente a alrededor de 30 mil pesos. Solo por hoy, las materias de tronco común a 10.000 pesitos. Las de tesis e investigación, 20.000. Y las de Laboratorio, una ganga: 30 mil sin materiales. Aprovechen porque con esta inflación se va todo…»

En caso de que no puedan abonar le solicitan al alumnado «poder dirigirse a una nueva oficina que tenemos en el pabellón 2, la Oficina de Comercio Biológico». Allí van a poder ofrecer «alguno de sus órganos a cambio de financiación». Y completan: «Y al que no le gusta, se levanta y se va».

Para aquellos que no quisieran someterse «a las sagradas leyes del mercado», les podrán ofrecer orientación «para que vayan a otras universidades donde las materias seguramente sean mas baratas o bien que se dediquen a alguna otra cosa que no sea estudiar. Esto tiene que ver con que esta reforma busca competitividad respecto de nuestra universidad en el mercado, como debería haber sido siempre», rematan.

Luego ceden el espacio para preguntas. Pero ningún alumno hace comentarios. «Qué suerte, porque no nos interesan», acotan con espontaneidad. Y concluyen: «Así nos gusta, estudiantes obedientes que puedan ser parte de este proceso de reorganización institucional». Y un cartel final: «No a Milei».

Una facultad convulsionada

Si bien el video no es institucional, sino que fue encarado por un grupo de docentes, estudiantes y graduados, las autoridades ven con temor el posible contexto venidero con un gobierno libertario.

«En estas semanas de sube y baja emocional la facultad está totalmente convulsionada. Las declaraciones de Milei y diversos representantes de su partido son ataques a aspectos tan centrales del desarrollo científico y tecnológico y la educación pública que cada uno de nosotros teme por el futuro», relata a Tiempo Valeria Levi, investigadora del Conicet y vicedecana de la Facultad.

«Primero fue la propuesta de cierre de Conicet que pondría fin a la ciencia, pero mas importante, al proyecto de una Argentina con desarrollo tecnológico. Una propuesta que muestra un nivel de ignorancia absoluta en cuestiones tan básicas como desconocer que uno de los factores determinantes del desarrollo de los países ‘exitosos’ fue una gran inversión estatal en Ciencia y Tecnología. Esta propuesta de Milei nos sentencia a ser un país pobre», acota.

Luego menciona la propuesta de privatización y vouchers de la educación: «es sentenciarnos a un futuro de ignorancia donde se pueda decir cualquier cosa, sin fundamento, sin análisis. La aceptación no depende de la rigurosidad científica sino en algo mágico. Las propuestas de Milei y el desconocimiento de consensos científicos básicos (cambio climático, importancia de parques nacionales, privatización de las aguas y hasta de las ballenas) además de mostrar desdén e ignorancia, nos destinan a un país sin futuro».

«Durante estos días hemos charlado muchísimo entre estudiantes, docentes y graduados: nuestros estudiantes están preocupadísimos por la continuidad de sus carreras, ya que la inmensa mayoría no tendría fondos para poder pagarla –acota–. Por otra parte, la propuesta de cierre de Conicet también impacta en el dictado de clases: la mayoría de los docentes somos también investigadores (en mi caso, mi sueldo lo paga mayoritariamente el Conicet, por ejemplo) y si lo cierran tendremos que buscar otros trabajos. En esa condición, se vería además una pérdida masiva de docentes universitarios y una reducción drástica en la cantidad y calidad de nuestras carreras».