Empleados y funcionarios, pero también jueces y miembros de la Suprema Corte de Justicia. Los trabajadores judiciales de la provincia de Buenos Aires protagonizaron esta semana una inédita protesta en reclamo de aumentos salariales que unió en un mismo bloque a todos los niveles de un poder poco acostumbrado a la solidaridad de los niveles jerárquicos.  
Sin embargo, ese reclamo es ignorado dos veces: a la decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal de interrumpir el diálogo se le suma la indiferencia de los grandes medios.  “Si el gobierno no reacciona vamos a llegar a la paralización total de la justicia”, avisan desde el gremio.
Las negociaciones con Vidal están “congeladas” desde principios de abril cuando la mandataria amenazó con imponer el acuerdo salarial por decreto ante el rechazo rotundo del gremio a un aumento del 16,7% en cuotas para el primer semestre. 
Desde entonces, más de 2000 trabajadores marcharon a La Plata para protestar frente a la gobernación, otros miles se movilizaron el 19 de abril en el marco del paro nacional convocado por los trabajadores del Estado y los 18 departamentos judiciales de la provincia siguen votando medidas de fuerza que llegaron a la acción directa: la última semana se cumplió un paro de 72 horas que incluyó la toma de los Tribunales de Lomas de Zamora, el bloque  de los ingresos a los distintos edificios del Poder Judicial, y la quema de expedientes frente a la Casa de Gobierno.
“Nosotros estamos pidiendo una recomposición salarial del 45% porque estamos muy rezagados. Para que la gente tenga una idea, un ingresante, que es el escalafón más bajo, por ejemplo el auxiliar que atiende en la mesa de entrada, cobra un salario de 8200 pesos cuando en la Ciudad el mismo cargo se paga entre 15 y 16 mil pesos. Es casi un 100% más. En la provincia tenemos sueldos de hambre”, se queja Roberto Cristofano, secretario gremial de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB) de Lomas de Zamora. 
“La conflictividad social de nuestra provincia –continúa– es mucho mayor al resto del país. La Justicia se sostiene por la voluntad de los trabajadores, con una infraestructura deficiente e incluso nula y con escasos recursos materiales y por sobre todo, humanos”.
Cristofano se refiere a los cientos de trabajadores que en forma gratuita atienden las mesas de entradas de los juzgados, cumplen horarios y asumen responsabilidades bajo el título de “pasantías no rentadas” pero que no es otra cosa que trabajo precarizado dentro del Poder Judicial.
“El tema de los pasantes es un fraude laboral terrible. El pasante no solo cumple horario, sino que a veces se queda más tiempo, y hace lo mismo que un empleado pero no cobra. Depende de la buena voluntad de los compañeros, que juntan plata para que por lo menos cubra algunos gastos. En la departamental de Lomas hay pasantes que están trabajando hace tres años cuando la ley dice que no pueden superar el año sin ser contratados”, revela Marcela Dal Santo, trabajadora judicial y delegada congresal.
El salario de los judiciales bonaerenses ocupa el puesto 19 en comparación con el resto de las provincias y llega a ser un 50 % menos con respecto a Córdoba, Santa Fe o Ciudad de Buenos Aires.
“Ser la provincia con mayor conflictividad provoca que tengamos los peores sueldos del país. Si el gobierno sigue con esta postura irresponsable de no atender nuestro reclamo las medidas de fuerza se van a profundizar. La tendencia es llegar a la paralización total y la única culpable va ser la señora Vidal”, pronostica Cristofano.
El miércoles, en tanto, hubo una reunión entre representantes del Colegio de Magistrados y funcionarios de la gobernadora. “Desde el Ejecutivo ofrecieron un 28%, pero se rechazó y nos pidieron tiempo para analizar las propuestas. Tiraron la pelota para más adelante”, explicó una fuente que participó de la reunión.
 “Por primera vez –dice el defensor Federico Navascues– todos los judiciales de la provincia estamos unidos y eso porque tanto el gremio como los jueces y hasta la Suprema Corte provincial se dieron cuenta que los salarios y las condiciones de trabajo no están a la altura de las demandas.”