Ante la falta de respuestas del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que conduce Lino Barañao, más de 200 investigadores volvieron a tomar la sede de la cartera, en las ex bodegas Giol de Palermo. Se trata del conflicto por los 500 despedidos del Conicet, que habían aprobado entrar a la Carrera de Investigador a fines del año pasado y se les denegó ese ingreso por un recorte presupuestario.

En diciembre, tras días de toma y acampe en el Ministerio, las autoridades y los científicos firmaron un acta acuerdo donde el gobierno se comprometía a incluir a todos los cesanteados en organismos públicos de ciencia, para que pudieran continuar sus investigaciones. Sin embargo, pasados nueve meses ninguno fue incorporado en ningún sitio. Apenas se les amplió la beca que arrastran hace siete años, que entre otras negativas no incluye aportes patronales. En el medio, Barañao cambió lo estipulado en el acta acuerdo y les propuso como única alternativa que pasen a ser docentes en universidades públicas (que también sufrieron recortes). Así, por ejemplo, la UBA necesitaría crear 107 nuevos cargos.

Pero el ingreso a las universidades tampoco sería estable. Se tratan de cargos de Jefe de Trabajo Práctico (JTP) con dedicación exclusiva, con duración de dos años de manera interina. Luego pasarían a concursar. Al ser con dedicación exclusiva, les obliga a dejar cargos docentes con dedicación simple que la mayoría de ellos ya traen, y con el que podían complementar el cargo de investigador en el Conicet. De esta forma, ganarían diez mil pesos menos de los que iban a recibir en el principal organismo de ciencia del país. “Por un lado, ya no podríamos investigar de la manera en que lo venimos haciendo; teniendo que estar frente a cursos, con dedicación exclusiva todo el año, tendrás que elegir una cosa o la otra. Eso antes, con dedicación simple, era perfectamente combinable. Por otro lado, se ve afectado nuestro salario. Perderemos entre 6 mil y 10 mil pesos respecto a lo que íbamos a ganar en el Conicet. Otro conflicto es la estabilidad, porque de entrar a planta permanente de investigación pasamos a ser JTP interinos por dos años, que luego tenemos que concursar en condiciones totalmente desfavorables, nos insertan en universidades que también están siendo vapuleadas por el recorte”, relató a este diario Soledad Cutuli, una de las damnificadas. “Es medio una trampa, postergar el despido”, acotó un compañero Nicholas Rauschenberg.   

Los científicos se nuclearon en la Red Federal de Afectadxs, donde hay casos de investigadores que no tienen una universidad cerca donde desarrollar sus temas de estudios, por lo que además deberían dejar sus ciudad. Además en todos los casos implicaría abandonar sus equipos de trabajo. 

Hoy se desarrolló una nueva reunión de la Comisión Mixta de Seguimiento, establecida por el acta acuerdo de diciembre. A ella acudieron los investigadores exigiendo tres adendas: garantía de estabilidad para los cargos docentes, para sus investigaciones y para sus salarios, equiparándolos a los que deberían estar recibiendo en el Conicet. “Dijeron que no se podía definir acá porque no está la Secretaría de Políticas Universitarias. Les pedimos que lo hicieran ahora, dijeron que no. Les pedimos una fecha, dijeron que no. Les pedimos un plazo, dijeron que no. Entonces no dejaron otra salida que la medida de fuerza hasta que respondan eso”, relata a Tiempo Guadalupe Maradei, otra de las despedidas. Por la tarde realizarán una asamblea para definir los pasos a seguir.