“Es ilógico que te quieran mandar a un bar o a tu casa, que pretendan correrte del espacio público por hacer algo que es lo más natural del mundo, mientras a la tres de la tarde la televisión se llena de minas en bolas. Ella es mi cría y le doy la teta cuando me la pide”, dijo Luisina y se puso a alimentar a Ema junto al mástil de una plaza céntrica de San Isidro, el mismo lugar donde el martes pasado otra joven, Constanza, fue abordada por dos agentes de la Policía Local, que amenazaron con detenerla por amamantar a su bebé en la vía pública. Ayer, allí y en el Obelisco y en decenas de plazas del Conurbano y de casi todas las capitales provinciales, miles de madres organizaron una “teteada” nacional o “piquetetazo” contra la violencia institucional, que sirvió para visibilizar un debate que es político, que el conjunto de la sociedad tiende a rehuir y en cuyo centro está el cuerpo de las mujeres, resumido en una paradoja: la desnudez femenina que puede multiplicarse sin pausa cuando es ofertada, sobre todo en los medios, como mercancía para el disfrute de otros, pero que escandaliza cuando, privada de erotismo y llena de vida, se consagra al alimento de los hijos.

La noticia del acoso policial a Constanza Santos, viralizada a partir de una nota del sitio web El Argentino Zona Norte, generó un fuerte repudio y una espontánea movilización cuyo epicentro fue San Isidro, donde se congregó medio millar de madres con sus hijos, solas, en pareja o con toda la familia. María Eugenia y Emiliano llegaron con Lorenzo, de 10 meses, enfundado en un osito blanco. “Estudio puericultura y soy pro teta, estoy a favor de la teta a libre demanda”, dijo ella; él decidió acompañarla, “porque lo que pasó fue una locura”.

Lucía va a cumplir seis meses y ayer no tenía hambre, así que Julieta, que es psicóloga, la paseaba en brazos entre el gentío, que cortó la calle e incluyó canciones y batucadas. “Hay que tener libertad para amamantar en cualquier espacio, es una atrocidad ir contra algo tan natural. Un chico no tiene horarios”, dijo. A su lado, Octavio mecía en brazos a Ludovica, una muñeca de estopa: “Anita y yo todavía no tenemos hijos, pero vinimos a apoyar”.

Junto a las muchas tetas en la maravillosa tarea de nutrir, florecían los carteles por el derecho a la lactancia materna –“ni en mi casa ni en el baño, doy la teta donde se me cantan los ovarios” o “la única teta que les molesta es la que no pueden vender”– y algunas presencias notables: la diputada Victoria Donda, impulsora de una iniciativa que busca extender la licencia por lactancia, y el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

Mientras Ema tomaba la leche, Luisina explicaba que a sus gemelas, que hoy tienen cuatro años, también les daba cuando quisieran, donde quisieran». Elba, la bisabuela, no pudo ocultar su orgullo: «¡Y de las dos tetas». «

Leche materna: todos los nutrientes

La Ley 26.783 de Promoción y Concientización Pública sobre la Lactancia Materna asegura que amamantar es un derecho de las mujeres y de los niños, y adhiere a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de que sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida y complementada con otros alimentos hasta los dos años. La leche materna contiene todos los nutrientes que necesita el bebé y le da anticuerpos que lo protegen de infecciones, además de proveerle un mejor desarrollo mental y menor riesgo de muerte súbita.

Las agentes, a un taller de lactancia

El intendente de San Isidro primero calificó al episodio como un «incidente», pero después de tomar nota de su repercusión, Gustavo Posse cambió de postura y le pidió al jefe de la Policía Local que las agentes que quisieron llevar detenida a Constanza Santos asistan a talleres de lactancia en el Hospital Materno Infantil del distrito. El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, informó que la Auditoría General de Asuntos Internos les inició un sumario administrativo. Sin embargo, los dos agentes varones que pasaron antes por el lugar y se burlaron de la joven madre no recibieron sanción alguna.