“Lactancia natural, más allá de los seis meses” es un documento que publicó este viernes la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en el marco de la semana mundial de la lactancia que se celebrará  del 1 al 7 de agosto. Son muchos los beneficios de la lactancia tanto para el niño o niña como para la persona con capacidad de amamantar. Los especialistas resaltaron en un comunicado de prensa, que la leche humana previene infecciones respiratorias y digestivas en los lactantes. De esta manera, reduce el riesgo de hospitalización en un 57% y 76% y, a largo plazo, disminuye el riesgo de sobrepeso en un 26% y de diabetes tipo dos en un 35%. Asimismo, quienes amamantan reducen el riesgo de tener cáncer de ovario y de mama.

Sin embargo, aún hay obstáculos y mitos que rodean la lactancia. En conversación con Tiempo, la médica Roxana Gabriela Conti, secretaria del Comité Nacional de la Lactancia de la SAP, se expresa acerca de la importancia de derribarlos.

Lactancia en contexto laboral

La SAP, en concordancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y el Ministerio de Salud de la Nación, recomienda que la lactancia sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida. A partir del sexto mes, se pueden incorporar alimentos complementarios, adecuados y seguros, hasta los dos años de vida o más. Si bien se suele fijar un lema para la celebración mundial, cada país puede adaptarlo en su contexto.

En Argentina, el lema “es promover y sostener la lactancia al volver al trabajo”. Al respecto, la pediatra y neonatóloga Conti, asevera que “uno de los motivos que hacen que se abandone la lactancia es la dificultad en los trabajos formales donde se tienen licencias cortas ya que debería ser exclusiva los primeros seis meses de vida”. Si se consideran las recomendaciones internacionales, éstas no se condicen con la realidad de las licencias en nuestro país. “Muchas veces las personas que amamantan vuelven a trabajar a los dos o tres meses del nacimiento de su bebé en el caso de los trabajos formales”, señala. Y sigue: “Pero también hay mucho trabajo informal, personas que a los poquitos días del nacimiento ya están trabajando y esto atenta obviamente sobre la continuidad de la lactancia. Hay abandono porque es muy difícil de sostener”.

La especialista resaltó la importancia del cumplimiento de las recomendaciones del Ministerio de Salud y, en especial, de la Ley 27.611 de “Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia”, conocida como Ley de los 1000 días. “Está reforzada en esa ley la obligación de que haya en todos los lugares donde trabajan personas en edad fértil o con capacidades de gestar y amamantar, un espacio amigo de la lactancia”, indicó. El lactario debe ser un espacio privado, higiénico y cómodo para que quien amamanta pueda llevarlo a cabo allí o esté en condiciones de sacarse leche y guardarla. Y debe estar dispuesto en todos los espacios laborales donde trabajen 20 personas o más con capacidad de gestar.

La salud de los niños y niñas se encuentra relacionada de forma directa con el desempeño laboral de las madres y personas que amamantan. “Cuando un bebé recibe leche humana no solo es más sano en su vida pediátrica sino que tiene beneficios a lo largo de su vida adulta” asegura Conti. Asimismo, resalta que esos beneficios redundan también para quienes amamantan. “Si los bebés son más sanos, también lo son las familias y la comunidad, hay un impacto laboral porque si el bebé no se enferma, se evita el ausentismo”, señala la especialista.

Derribando obstáculos

“Los obstáculos se dan sobretodo durante los primeros meses de vida, cuando hay alguna dificultad o falta de acompañamiento, incluso del propio equipo de salud”, señala Conti. Por eso considera de vital importancia la capacitación de los equipos, a fin de que puedan informar a las familias acerca de los beneficios. “Cuando una familia está informada de que algo es bueno para su hijo o hija obviamente lo van a tratar de sostener, eso no pasa cuando no se valora y por eso el rol del equipo de salud es muy importante”, asegura. La especialista resalta que ante alguna dificultad y falta de información, algunas familias recurren a la fórmula o biberón. “Entonces comienza a mermar la propia producción y es factible que el bebé se destete porque cada vez hay menos producción de leche”, asevera. La leche se produce en la medida en que las tomas de un recién nacido son frecuentes.

No obstante la vital importancia de la lactancia exclusiva de los primeros seis meses de vida, Conti destaca la centralidad de continuar amamantando hasta los dos años o más.

“En el segundo año de vida, por ejemplo, un bebé que es amamantado va a tomar cuatro o cinco tomas al día y esto representa casi un litro de leche diaria que le brinda aproximadamente el 30% de las proteínas que necesita”, expresa.

Los mitos frecuentes

Existen varios prejuicios que rodean la lactancia y desfavorecen su sostenimiento. La SAP, señala en su comunicado la creencia de que las mujeres que tienen pechos pequeños no pueden amamantar o tienen menos leche. Al respecto, la médica Conti aclara: “El tamaño de los pechos no tienen nada que ver con la capacidad de producción de la leche, ésta se produce en la medida en que el bebé es puesto al pecho, cuando hay una buena prendida, un buen acople entre la boca del bebé y el pecho materno, a partir de allí va a haber un buen traspaso de leche”. En relación a este mito existe otro, que afirma que por tener los pezones planos tampoco se puede amamantar. En ese sentido, Conti indica que no depende de cómo sea el pezón. Es de destacar que existen dispositivos diseñados para solucionarlo y que, además, los pezones pueden comenzar a sobresalir con la succión del bebé,  

Entre las creencias a combatir, también se encuentran los comentarios de desaprobación cuando un niño o niña lactante tiene más de 1 o 2 años. “Tengamos en claro como sociedad que amamantar es un acuerdo entre la mamá y su bebé, entre la persona que amamanta y el lactante”, expresa. En este sentido, cabe mencionar que muchas veces la persona desea seguir amamantando pero el bebé ya no tiene interés o, por el contrario, el niño desea seguir pero las familias han decidido terminar con esta etapa. “Como pediatra y equipo de salud tenemos que acompañar esas situaciones que generan mucha angustia, acompañar con información adecuada”, asegura. La lactancia es una decisión de la persona que amamanta. “Es un derecho de la madre y tenemos que acompañar su deseo de hacerlo o no”, manifiesta.

Amamantar con tratamientos médicos

Otra creencia falsa que la SAP señala se relaciona a la toma de medicamentos. “En ocasiones, la persona que amamanta debe iniciar un tratamiento con medicación y, por desconocimiento, interrumpe de manera abrupta la lactancia, cuando en realidad muchos medicamentos son compatibles y, en caso de que no lo sean, se puede continuar con la extracción de leche para luego retomar la lactancia”, comenta Patricia Barrios Skrok, médica pediatra, miembro del Comité de Lactancia de la SAP, en un comunicado. En caso de tomar medicamentos, Barrios Skrok recomienda “preguntar al médico antes de tomar una decisión” y menciona, como referencia, la página web e-lactancia.org, donde puede consultarse la compatibilidad de la lactancia con un amplio número de fármacos.

La SAP, en su comunicado resalta como fundamental no culpabilizar ni juzgar las decisiones de las personas que amamantan. “Destacamos como necesario sostener y acompañar estos procesos con una mirada y escucha ampliada, atenta a cada caso singular”, asegura.

Los beneficios de la lactancia

Según expresó la SAP, la leche humana varía en su composición a lo largo de la lactancia, durante las distintas horas del día e incluso en cada toma, adaptándose a las necesidades del lactante.

A nivel internacional, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que la lactancia es la “forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado, así como brindando protección contra las enfermedades”. En su sitio web, afirma que “amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19% en el riesgo de leucemia en la niñez, comparado con un período más corto o con no amamantar” y que “los bebés que son amamantados tienen un 60% menos de riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados”.

Por otro lado, tanto la SAP en su documento como la OPS en su sitio web sostienen que la lactancia también ofrece beneficios para la persona que amamanta, ya que, establecida con continuidad en el tiempo, reduce el riesgo de cáncer de ovario y de mama.