El cáncer de pulmón es la forma más frecuente de cáncer en todo el mundo, con aproximadamente 2,2 millones de nuevos casos al año y 1,8 millones de muertes anuales. De cada 10 personas que lo padecen, nueve son fumadoras, por lo que dejar de fumar es siempre el principal objetivo de todas las iniciativas que buscan prevenirlo.

Un dato llama la atención: más de la mitad de los diagnósticos por este tipo de cáncer (58%) ocurre en las regiones menos desarrolladas del mundo, a lo que se suma una alta tasa de diagnóstico tardío y la consecuente disminución de las posibilidades de supervivencia.

En nuestro país se diagnostican unos 12.000 casos de cáncer de pulmón al año, lo que representa el 9,3% de todos los tumores. Es la principal causa de muerte por cáncer en Argentina. Y por lo general con muy mal pronóstico, porque apenas el 20% de las personas con esta enfermedad son diagnosticadas en estadios tempranos, cuando la chance de curar a los pacientes asciende hasta el 90% en los primeros momentos. La mayoría recibe el diagnóstico en etapas avanzadas, cuando esa chance es menor al 10%.

El problema del diagnóstico tardío

Con el objetivo de dar vuelta este escenario y para abordar el problema del diagnóstico tardío, se han desarrollado a nivel global programas de tamizaje o screening utilizando tomografías de tórax de baja dosis de radiación en población de alto riesgo, definida por su edad y su historia de tabaquismo.

La inversión en implementación de programas de tamizaje de cáncer de pulmón ha reportado aumentar la detección de la enfermedad en etapas tempranas y mejorar así la supervivencia en ensayos clínicos realizados en Estados Unidos y en Europa.

En Argentina, un grupo de expertos de distintas especialidades provenientes de los centros con mayor experiencia del país en el tratamiento de esta enfermedad elaboraron un documento que resume el Consenso Argentino para el Tamizaje de Cáncer de Pulmón.

«Estamos en vías de publicación de un consenso argentino intersociedades sobre tamizaje que involucra a todas las especialidades que trabajan en el tema, y desarrollamos un registro colaborativo de las instituciones que ya están trabajando con programas de tamizaje», comenta la neumonóloga Iris Boyeras, integrante de la Sección de Oncología de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), médica neumonóloga del Instituto de Oncología Ángel Roffo, y líder de la redacción de las guías que establece criterios para la detección temprana o tamizaje de cáncer de pulmón.

Son dos los factores clave que este consenso toma en cuenta para la recomendación de tamizar a las personas en mayor riesgo: la edad y si la persona es o fue fumadora. Una persona de entre 55 y 75 años con antecedentes de tabaquismo, con un historial de fumar 30 paquetes por año (equivalente a 600 anuales), que fume en la actualidad o haya dejado el cigarrillo en los últimos 15 años debe someterse a detección temprana.

Así lo establece el consenso de expertos que está en proceso de revisión para su publicación en una revista científica internacional.

“La enorme validez de este documento es que resume el acuerdo, según distintas características inherentes al paciente y a su exposición epidemiológica, que lo coloca en situación de riesgo para padecer cáncer de pulmón”, explica la doctora Karina Patané, coordinadora de la Sección Oncología de la AAMR.

Si bien la gran mayoría de los casos de cáncer de pulmón están relacionados al tabaco, el foco de la discusión actualmente es cómo implementar los programas de detección temprana para que sean sostenibles en el tiempo, cómo seleccionar la población objetivo sin crear inequidades y en disminuir los riesgos inherentes a la intervención.

Sin embargo, se observó que el tamizaje del CP puede salvar vidas y que el mejor método es con la tomografía computarizada de baja dosis (TCBD) con resultados muy por encima de, por ejemplo, la radiografía de tórax o la citología de esputo. Pero las tasas de implementación de programas de Tamizaje con TCBD a nivel mundial son bajas (4.5% de la población elegible), y en Latinoamérica se han reportado sólo aislados esfuerzos al respecto.

Las y los especialistas enfatizan que «federalizar la oportunidad de acceso a este método ayuda a salvar vidas. El objetivo final en un futuro es lograr que, así como se realizan anualmente las mamografías de control que permiten diagnosticar en forma temprana el cáncer de mama, de la misma manera se activen programas de rastreo tomográfico para la detección precoz del cáncer de pulmón. Para prevenir es fundamental dejar de fumar, para aumentar las chances de éxito en el tratamiento es clave un diagnóstico temprano».