La obesidad es una enfermedad. Pero también es mucho más que eso. Así lo definió un grupo de referentes de organizaciones civiles vinculadas al sector de la salud: “Es una problemática más compleja, que requiere otro tipo de discusiones y una mirada social, mucho más amplia que la perspectiva estrictamente médica”. Sobre esa premisa, elaboraron un conjunto de 15 medidas para “abordar la obesidad de forma integral”.

“Educación nutricional desde la infancia, impuestos y subsidios para mejorar la alimentación, programas nacionales y locales, acceso a actividad física, urbanismo para adaptar ciudades y transporte, combatir el estigma social de la obesidad y tratamiento farmacológico y quirúrgico”, son algunas de las propuestas plasmadas en el Documento de Posición ‘Sobrepeso y Obesidad: un desafío para la salud y el desarrollo que requiere la participación de la sociedad civil’.

Lo elaboraron representantes de –entre otros- la Asociación Civil Sostén, la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO), la Federación Argentina de Diabetes, la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad, Enfermedad Metabólica y otras Relacionadas con la Obesidad (SACO) y el Instituto de Política, Economía y Gestión en Salud (IPEGSA). El trabajo conjunto surgió como resultado de un ciclo de diálogos entre expertos y expertas en la materia que comenzó en 2022, bajo la consigna “Obesidad, la necesidad de una política integral”.

Seis de cada diez adultos

La prevalencia de obesidad se duplicó en los últimos 25 años. En la Argentina, casi dos tercios de las personas adultas tienen sobrepeso u obesidad: seis de cada diez. “Eso nos muestra que no estamos siendo exitosos con las medidas que hemos tomado hasta ahora y precisamos una mirada más completa del problema”, planteó Rubén Torres, médico sanitarista, Presidente y Director de Políticas Sanitarias y Salud Pública de IPEGSA.

“Este informe intenta ser un llamado de atención, porque los niños y niñas de hoy tal vez sean la primera generación, en un siglo, que tenga una expectativa de vida inferior a la anterior y -en buena medida- eso se debe al desarrollo de enfermedades crónicas, muchas de las cuales son disparadas por el sobrepeso y la obesidad. Hoy se sabe que la obesidad genera o empeora muchas otras enfermedades, en algunos casos inclusive dificultando su tratamiento”, advirtió Silvia Fernández Barrio, presidente de AEPSO.

Los efectos de esta enfermedad en la salud en general no son novedad. Se sabe que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes y otros problemas de salud física y mental como hipertensión arterial, enfermedades respiratorias crónicas, enfermedad renal, cardiovascular, hepática y algunos tipos de cáncer, ansiedad, depresión, además de tensión en las articulaciones, disminución de la capacidad de movimiento y trastornos del sueño. A esto se suman las cuestiones relacionadas con la estigmatización, como discriminación y bullying. Menos conocido es el impacto que todo esto tiene sobre la economía de un país.

“El sobrepeso y la obesidad tienen un gran impacto en las economías nacionales, por la reducción de la productividad, el aumento de la discapacidad, de los costos de atención médica y la reducción de la esperanza de vida”, sostuvo Marisa Aizenberg, abogada y consultora en Derecho de la Salud, directora académica del Observatorio de Salud de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Agregó que “en países que los han estimado, como Brasil, los costos de atención de la salud relacionados con la obesidad se duplicarán, de US$ 5.800 millones en 2010 a US$ 10.100 millones en 2050”.

Obesidad, una cuestión social

Una de las conclusiones de este abordaje colectivo apuntó sobre la necesidad de “describir, de una vez por todas, el recorrido de la persona con obesidad”. Es decir, analizar desde el desarrollo de su obesidad y sus causas, los hábitos de ingesta, los patrones socioculturales, el acceso a la comida saludable, la actividad física y los estímulos externos que la promueven o no, los aspectos metabólicos involucrados, las emociones, el estigma del entorno, las dificultades en los vínculos, los intentos fallidos de descenso de peso, la consulta médica, los tratamientos conductuales y farmacológicos, y la cirugía, entre otros aspectos, “para identificar oportunidades de intervenciones que puedan cambiar el curso de la enfermedad”.

Todo esto apunta a intentar revertir la “percepción social, e inclusive entre algunos profesionales de la salud, de que la obesidad es meramente el resultado de las elecciones individuales relacionadas con la dieta y el ejercicio”. Para las y los autores del documento, tratar la obesidad como una elección de estilo de vida no logró detener su avance ni en Argentina ni en el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que el consumo promedio diario de alimentos per cápita en los países en desarrollo creció en 400 calorías: de 2.405 en 1985 a 2.850 en 2015. En infantes y adolescentes, las cifras crecen de forma aún más marcada: más del 40% tiene sobrepeso y obesidad en Argentina. Y es cada vez más un problema de las poblaciones más vulnerables.

Las 15 propuestas

El listado de acciones y decisiones por tomar para lidiar con la obesidad, elaborado por asociaciones de la sociedad civil abocadas a la salud, apunta a que los gobiernos tomen cartas en el asunto. A que haya políticas públicas diseñadas para trabajar sobre la obesidad en tanto problema social con múltiples aristas, que afecta cada vez más a las poblaciones jóvenes y vulnerables. Todo un desafío, sobre todo en un contexto en que llega al poder un gobierno que apela a que haya la menor presencia de Estado posible.

Los 15 puntos propuestos tienen que ver con políticas en sectores de agricultura, medioambiente, transporte, educación, fiscal y salud:

  1. Educación: fortalecer la educación y la información nutricional en todos los ámbitos, desde la edad escolar.
  2. Universidades: modificar la enseñanza en el pregrado de las carreras asociadas a la salud, dándole mayor lugar a la obesidad y su abordaje. Esto debería incluir el uso apropiado del lenguaje y las imágenes para que no resulten estigmatizantes.
  3. Información: ofrecer educación terapéutica para que pacientes, familias y entornos tengan información acerca de la obesidad, sus consecuencias, formas de prevención, alimentación saludable y actividad física. Para lograrlo, como ya existe en la diabetes, se necesitarán educadores capacitados y reconocidos en el ámbito prestacional
  4. Monitoreo de programas: contar con sistemas de información unificados que permitan conocer y monitorear los distintos programas que se llevan a cabo a nivel local en todo el país. Además, se debe facilitar a la población el acceso a información clara y de calidad sobre alimentación saludable y factores de riesgo, entre otros.
  5. Acceso a productos saludables: trabajar en medidas y formas para que la población acceda a productos saludables, ya que las frutas y verduras son proporcionalmente más costosas que la comida industrializada.
  6. Acceso a actividad física: asegurar los mecanismos e incentivar a los ciudadanos para que puedan realizar actividad física en lugares públicos y trasladarse activamente sin riesgos.
  7. Impuestos y subsidios: gravado impositivo de los alimentos poco saludables y subsidio a los saludables.
  8. Publicidad: limitación de la publicidad de alimentos no saludables a través de una serie de regulaciones y políticas.
  9. Urbanismo: mejora y rediseño urbanos mediante la promoción del transporte activo y el diseño y disponibilidad de espacios para mejorar la actividad física.
  10. Estigma: combatir la estigmatización social.
  11. Enfermedad: considerar la obesidad como enfermedad y tratarla como tal. Diseñar políticas de prevención y programas integrales de cuidado y desarrollar equipos preparados.
  12. Necesidades de los pacientes: adaptar la atención y las tecnologías en función de las necesidades de los pacientes con obesidad.
  13. Abordaje integral: abordar la obesidad de manera interdisciplinaria, integral y escalable.
  14. Clasificación: mejorar la clasificación a través de otros parámetros que vayan más allá del índice de masa corporal (IMC), como el sistema de estadificación de la obesidad de Edmonton (EOSS).
  15. Tratamiento: garantizar el acceso de la población al tratamiento de la obesidad, independientemente de su condición socioeconómica. Esto incluye el acceso a todo medicamento y tratamiento aprobados y con evidencia científica, incluyendo los tratamientos quirúrgicos en los casos indicados.