En el marco de la campaña para su reelección, la gestión de Horacio Rodríguez Larreta comenzó el traslado paulatino de las oficinas administrativas del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat adonde estaba el Elefante Blanco, en Ciudad Oculta, la Villa 15. Al iniciar las obras en 2017, el jefe de gobierno porteño había prometido que finalizarían en febrero o marzo de este año, pero el cronograma electoral modificó la fecha. El flamante edificio, cuya inauguración oficial se concretaría este jueves 11 pero al que ya se mudaron un centenar de empleados, incluida la ministra Guadalupe Tagliaferri, tiene tres pisos que cubren un total de 17.700 m2 sobre la Avenida Piedrabuena al 3200.

La iniciativa fue presentada con la promesa de crear fuentes laborales: “Dará trabajo a 1138 personas”, dice la web oficial de la Ciudad. Y con otra premisa: acercar la atención al público a casi 25 mil ciudadanos que habitan Ciudad Oculta. Por lo pronto, esas promesas no serán cumplidas. La nueva sede ministerial no recibirá a las y los vecinos ni supondrá un avance en términos de urbanización del barrio (que jamás comenzó, salvo la plaza seca que construyen contrarreloj junto al edificio para inaugurarlo) o de profundización del trabajo territorial. Sólo alojará a quienes realizan tareas administrativas.

“La primera vez que vino Horacio prometió que iba a ser un edificio de ‘puertas abiertas’, y ahora nos enteramos que los villeros no vamos a poder tramitar nada acá, que hay que seguir yendo al centro”, dice Daniela, vecina de Ciudad Oculta. Hay una mesa de seguimiento de la urbanización, “y promesas desde que Macri era jefe de Gobierno, que nunca se cumplieron -afirma a Tiempo Félix “Peky” Demonty, referente del barrio, hermano de Ezequiel Demonty, el joven torturado y asesinado por la Policía Federal en el Riachuelo, y titular del comedor que lleva su nombre-. Desde 2014 que están prometiendo la apertura de calles para que puedan ingresar ambulancias y bomberos, calles para que los vecinos no caminen en el barro, y no hicieron nada, tampoco cloacas. Encima van a inaugurar oficialmente un edificio al que le falta más del 50% de la obra”.

Casi 650 millones de pesos se habrán gastado en el nuevo edificio, en medio de un proceso de vaciamiento y de un importante recorte presupuestario en la cartera. Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas porteño, a abril de este año unos $ 1160 millones destinados a la población más vulnerable no llegaron a ejecutarse. De los fondos asignados a disminuir la pobreza estructural mediante el programa Ciudadanía Porteña, se subejecutaron $ 475 millones de los $ 1690 millones presupuestados.

En materia de género, “Desarrollo Humano destina menos del 2% del presupuesto total a la Dirección General de la Mujer -recuerda Sabryna García, integrante de la organización feminista Frente por la Igualdad Hilda Torres-. Son dos programas: el de Asistencia a Víctimas de la Violencia y el de Fortalecimiento de Políticas de Igualdad de Oportunidades. Entre ambos suman 250 millones de pesos, eso representa el 1,77% del total.”

Consultados por este diario, los funcionarios de Desarrollo Humano sostuvieron que «nunca subejecutan» sus partidas pero se negaron a brindar información concreta,

Las dependencias de la cartera donde sí se realiza atención al público contrastan fuertemente con la nueva sede. “Hace diez años trabajo en el edificio de Piedras 1281 acompañando a niños, niñas y adolescentes en situación de explotación sexual. En todo este tiempo, al sector no le pusieron techo, o sea que no podemos tener calefacción en invierno ni refrigeración en verano”, cuenta Nadia Polanco, trabajadora de Desarrollo. “Acá hubo descompensaciones por eso. La calidez no tiene que ver solamente con una estufa. Es lo que intentamos brindar a cada niña o niño que viene al programa”.

Entre fines del año pasado y el mes de mayo, el edificio recibió inspecciones de la Subsecretaría de Trabajo por pedido de sus empleados. En el expediente abierto (41205/18) constan decenas de irregularidades: tableros eléctricos que no están en condiciones; filtraciones de agua que van hacia los enchufes; depósitos en sótanos con materiales inflamables, papeles, telas, artículos de limpieza con alcohol; baños inhabilitados; falta de salidas de emergencia, etcétera. “Hay cucarachas, pero no hay plan de evacuación. Las condiciones son de riesgo de vida para todos y todas las que transitamos el lugar”, finaliza Polanco. Una de las situaciones más recientes, que pudo haber terminado en tragedia, ocurrió el 7 de mayo. Las trabajadoras detectaron que salía mucho humo de un enchufe, porque se había filtrado agua en una oficina inundada. Los bomberos terminaron desalojando el lugar.

Los hogares de Niñez y de la Mujer también sufren el abandono, no sólo por el estado de los edificios sino también por el hacinamiento. Donde por ley no deberían vivir más de 30 bebés, chicas y chicos, llega a haber más de 50. En el “Eva Duarte”, un hogar de la Dirección de la Mujer que aloja a adolescentes madres, el pasado 23 de mayo se detectó una fuga de gas. Las autoridades desestimaron el alerta. Días después, Metrogas confirmó el escape, y los médicos que las atendieron corroboraron que las jóvenes alojadas, algunas con sus hijos e hijas, inhalaron monóxido de carbono.

La Villa 31, a remate

El traslado de edificios públicos a los barrios más postergados ya es un modus operandi de la gestión macrista en la Ciudad de Buenos Aires: bajo la excusa de acercar políticas públicas a los sectores más vulnerables y mejorar la calidad de vida, se avanza con obras faraónicas que, mientras progresan, van haciendo a un lado aquellas promesas.

El nuevo edificio del Ministerio de Educación porteño, que se construye dentro de la Villa 31, prometía más de 2200 puestos de trabajo cuando se hizo el anuncio, pero en los hechos sólo supondrá el traslado de los trabajadores de Paseo Colón 255, donde funciona actualmente la cartera que conduce Soledad Acuña.

Lo más urgente para los habitantes del barrio no es la construcción del nuevo ministerio, sino la urbanización definitiva de la 31 y 31 Bis. Por el contrario, la mayoría oficialista en la Legislatura aprobó esta semana la venta de tierras del barrio Padre Carlos Mugica, para pagar la deuda contraída por la obra del Paseo del Bajo y avanzar, por supuesto, en un lucrativo negocio inmobiliario.

Un premio al ajuste para las ministras

Cuestionada esta semana por la deficiente atención de la Ciudad a las personas en situación de calle durante la ola de frío, Guadalupe Tagliaferri (foto) fue premiada por ser leal y profundizar las políticas de ajuste que inició su antecesora, Carolina Stanley: acompañará a Martín Lousteau como candidata a senadora nacional.

Desde el gobierno la presentan como una mujer joven, feminista y proaborto, pero quienes padecen las políticas de ajuste en materia de género no opinan lo mismo. Su ascenso tiene otro antecedente notorio: el de María Eugenia Vidal, titular de la cartera de Desarrollo porteña desde el año 2007 y quien inició, por ejemplo, la precarización en la educación inicial de la Ciudad, con la creación de los Centros de Primera Infancia.