El candidato presidencial de ultraderecha Javier Milei arrancará la segunda etapa de la campaña a mediados de septiembre. Hasta entonces buscará capitalizar la centralidad que tiene por haber resultado el más votado en las PASO del 13 de agosto. Este miércoles podría volver a calzarse el traje de diputado nacional porque es uno de los firmantes del pedido de sesión que impulsó Juntos por el Cambio para tratar la derogación de la Ley de Alquileres y que ahora apuntará a aplicarle cambios. Serán resistidos por el oficialismo, que impulsa un dictamen con otras reformas que no alteran los tres años de duración de los contratos, ni el reajuste anual que rige con la Ley 27.551. La pulseada dependerá de que la oposición consiga el quórum necesario de 129 presentes para sesionar, pero la atención estará concentrada en lo que hagan Milei, su compañera de bancada y candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, y la aliada Carolina Píparo, que es candidata a gobernadora bonaerense y quedó en tercer lugar en las primarias provinciales.

En La Libertad Avanza no confirmaron si Milei estará en la sesión. El tema no está en el radar de un equipo de campaña que transitó esta semana entre el road show por distintos medios, la nominación de posibles ministros en caso de ganar las elecciones, y la reunión virtual que tuvo con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), dentro de la ronda de consultas con los principales candidatos que las PASO dejaron en pie.

Cerca de Milei sólo recordaron que firmó el pedido de sesión para derogar la norma. Esta semana el interbloque de JxC resolvió avanzar igual con la sesión. No será para tratar la derogación porque los proyectos en ese sentido no tienen dictamen y para ser tratados sobre tablas requieren dos tercios de los presentes, un número que la oposición no reúne. Apuntarán a los 129 y buscarán sumar de todos lados, pero la presencia de Milei, Villarruel y Píparo podrían hacer menos tirante la búsqueda del quórum.

La sesión de este miércoles no será una más para el bloque de ultraderecha, luego de una elección donde su principal integrante resultó el precandidato presidencial más votado con más de 7 millones de votos en todo el país.

La proyección de esos datos aporta un primer contorno sobre el impacto que tendría en el Congreso. Si la foto de las PASO se repite en las generales del 22 de octubre, el bloque de La Libertad Avanza podría llegar a tener, a partir del 10 de diciembre, 30 bancas en la Cámara de Diputados y ocho en el Senado. Dos números envidiables para las demás fuerzas políticas que pueblan ambos recintos, pero insuficiente para garantizar la mayoría que necesitaría un eventual gobierno de Milei con las reformas drásticas que vende en esta etapa de la campaña.

El posible regreso de Milei al recinto de la Cámara Baja lo devolverá al incómodo espejo de su función legislativa. El diputado no ha participado de la mayoría de las sesiones, tampoco ha presentado un proyecto propio, sólo es cofirmante de textos impulsados por Villarruel y sus intervenciones han tenido más acusaciones a gritos contra sus pares que debates sobre los proyectos que estaban tratando. Por ahora es un termómetro que en LLA prefieren soslayar, aunque admiten que será la primera sesión que afrontará Milei como candidato presidencial. Podría ser una oportunidad de campaña en un momento donde la atención se concentrará en lo que haga, pero también implica un riesgo porque podría ser víctima de su impulsividad y verborragia. Lo cierto es que si pega el faltazo, afrontará la lluvia ácida de quienes le facturaran no cumplir con su trabajo de diputado nacional y asistir a las sesiones.

El tema queda en un segundo plano para el cierre de la primera semana después de las PASO. En su entorno creen que Milei tiene grandes posibilidades de mantener el caudal de votos y se concentran en el comportamiento interno de JxC. Este sábado se anotaron como una victoria el impacto que tuvo en la alianza opositora la «idea» de Milei de designar en un eventual gobierno suyo a Macri como un representante argentino en el exterior por encima del Canciller. El magnate habilitó a su exsecretario General de la Presidencia, Fernando De Andreis, a negar cualquier posibilidad de aceptar ese ofrecimiento y ratificó que Macri trabaja para la candidatura de Bullrich. Semejante río revuelto a una semana de las primarias es una ganancia que Milei también anotó como propia, y sin dejar de jerarquizar a Macri en desmedro de Patricia, su directa competidora de JxC por la misma porción del electorado.

Al parecer, el vínculo con el fundador del PRO también incluiría aportes para la campaña, distintos articuladores que funcionan como recaudadores y el aporte de información que habría profundizado la enemistad de Milei con Bullrich.

«Es una idea. No implica que Macri acepte, pero sí manifestamos que después de ganar las elecciones a Milei le gustaría que se sume en ese rol», detallaron a Tiempo cerca del candidato de ultraderecha.

La reunión virtual con el Fondo aumentó su centralidad en el cierre de esta semana donde todo el arco político habla de él. Al igual que los funcionarios del FMI, el establishment comenzará a pedirle más definiciones. Milei seguirá jugando nombres para posibles ministerios y no detendrá su hiperexposición en los medios, aunque en algunos casos comience a cometer errores no forzados que sólo provocan rechazo hasta entre sus aliados. Antes de las PASO se guardó todo lo que pudo de los medios y dejó hablar a sus competidores. Ahora retomó la agenda de una alta demanda mediática, que es acorde al resultado que obtuvo en las primarias. Anticipan que no se privará de cargar nuevamente contra Bullrich sin pasar a llevar a Macri. Del otro lado del ring side, sus competidores esperan que el candidato sea víctima de sí mismo, aunque admiten que esa táctica, hasta ahora, le ha dado resultados.