La oposición de Venezuela, dividida entre quienes apuestan al diálogo con el gobierno iniciado el domingo pasado y quienes prefieren continuar protestando en las calles, espera que en los próximos días se produzcan «eventos muy interesantes y decisivos» en relación con la crisis política, institucional, económica y humanitaria que sufre el país.

«Creo que en los próximos días vamos a tener eventos muy interesantes y decisivos para este proceso complicado que lamentablemente estamos viviendo aquí en Venezuela», afirmó el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento), el opositor Henry Ramos Allup, en conferencia de prensa.

El líder del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD) agregó que los próximos días serán «importantes» porque «en todos estos procesos la dinámica suele acelerarse a pesar de la propia voluntad».

Sin embargo, la apuesta institucional de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a las conversaciones con el oficialismo -mayoritaria pero no unánime- recibió hoy un nuevo cuestionamiento implícito de parte del movimiento estudiantil opositor, que llamó a una manifestación de protesta para mañana luego de que la coalición suspendiera la que había convocado como gesto para facilitar el diálogo.

«Nos vamos a concentrar todos los venezolanos liderados por los estudiantes para alzar nuestra voz para que el gobierno y todos los sectores que están involucrados en este diálogo sepan que si no nos dejan expresarnos por un proceso electoral nos expresaremos en las calles», afirmó el presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, Hasler Iglesias.

El dirigente aclaró que los estudiantes no desean marchar mañana hasta el palacio presidencial de Miraflores, como sí estaba previsto para el caso de la movilización convocada por la MUD y suspendida ayer.

La convocatoria de la MUD había causado preocupación por el hecho de que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) gobernante había advertido que la marcha no estaba autorizada y movilizó desde ayer a miles de simpatizantes con el propósito de acampar frente a la sede del gobierno y permanecer allí hasta mañana.

De hecho, ayer, pocas horas antes de que la coalición opositora anunciara la suspensión de la manifestación de mañana, el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa, dijo por televisión que «ir a Miraflores es sumamente peligroso y no vale la pena» porque «hay grupos armados que pueden generar hechos de violencia».

Iglesias también exhortó al Vaticano, principal facilitador del diálogo entre el chavismo y la oposición, a que no acepte «el chantaje de que protestar es generar violencia, de que marchar es un delito».

De este modo, el movimiento estudiantil opositor volvió a coincidir con Voluntad Popular (VP), el partido del ex alcalde preso Leopoldo López, en el liderazgo de una posición menos conciliadora con el gobierno dentro de la MUD.

VP es el único de los cuatro partidos mayores de la MUD que no aceptó incorporarse al diálogo -aunque dijo que lo haría más tarde si observa resultados positivos- y se opuso ayer a la suspensión de la marcha de mañana y a posponer el proceso al presidente Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional, donde la mayoría opositora lo acusa de haber quebrado el orden democrático.

De ese modo se reproduce dentro de la MUD la fractura registrada en 2014, cuando López, el alcalde Antonio Ledezma -luego también encarcelado- y la diputada después destituida María Corina Machado, junto al movimiento estudiantil, lideraron las protestas cotidianas que se extendieron entre febrero y junio y causaron 43 muertos y cientos de heridos y denuncias de violación de derechos humanos, según datos oficiales.

En cambio, los otros tres partidos principales de la alianza opositora -AD, Primero Justicia (PJ, del gobernador y ex candidato presidencial Henrique Capriles) y Un Nuevo Tiempo (UNT, del ex candidato presidencial preso Manuel Rosales)- apuestan al diálogo y votaron por la suspensión de la marcha de mañana y el aplazamiento del proceso parlamentario a Maduro como vía para facilitar la fluidez de las negociaciones.

Sin embargo, los dos sectores coincidieron en advertir que si el 12 de este mes no hay avances, la oposición abandonará el diálogo y volverá a protestar en las calles, según advirtieron ayer Ramos Allup y y el diputado de VP Freddy Guevara.

«El próximo 11 de noviembre se vuelve a instalar la mesa de diálogo; ése es el momento para evaluar si los supuestos gestos que se iban a producir se produjeron», agregó hoy el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús «Chúo» Torrealba, en su programa de radio.

Torrealba también defendió a Guevara y a VP después de que Maduro los acusara anoche, en su programa semanal de radio y televisión, de terroristas, y subrayó que con esa declaración el mandatario «le está dando una patada a la mesa» de diálogo.

«Es terrorista Voluntad Popular; Freddy Guevara, terrorista, es un grupo terrorista, fuera de la ley, yo aspiro a que los tribunales tomen cartas en el asunto ante los llamados terroristas de este grupo», dijo Maduro.