En Irlanda, todo es historia. Por estos días, está de visita el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que dice que se siente como «en casa», ya que sus antepasados salieron de acá y él se siente irlandés. ¿Qué significa eso? ¿Por qué en Irlanda del Norte los políticos unionistas (es decir los pro británicos) lo acusan de ser anti británico y simpatizante de la IRA?

Deberíamos ver la historia larga y la corta para entender estos dramas de hoy en día. Básicamente, Irlanda fue colonia británica por siglos, pero se consiguió una independencia parcial (en la parte sur del país) en una feroz guerra de independencia entre los años 1919 y 1921. Quedaron seis condados en el norte en manos británicas: en parte porque se rebelaron los unionistas descendientes de colonos en su mayoría protestantes.

En 1969 empezó una guerra en los Seis Condados de Irlanda del Norte entre el IRA (el Ejército Revolucionario Irlandés, descendientes directos del IRA de 1919-1921). Al comienzo fue por los derechos civiles para la minoría católica, pero en definitiva, por causa de la reacción militarista del gobierno británico, se convirtió en una clásica guerra de liberación nacional. Eventualmente, en 1998, después de 3500 muertes, se firmó un tratado de paz entre el IRA y el gobierno británico, mediado por la Unión Europea (ambos, Irlanda y el Reino Unido eran miembros) y el gobierno de los Estados Unidos, donde había una simpatía latente por la causa de la reunificación irlandesa.

Todo andaba más o menos bien hasta el 2016, cuando sucedió el referéndum del Brexit, que inmediatamente causó un problema serio en Irlanda, porque el sur se mantenía en la Unión y el norte se separaba. Pues entonces, ¿dónde pasaría la frontera aduanera?: en la isla de Irlanda (no aceptable para Irlanda, la Unión Europea y los EE UU) o en le mar de Irlanda (no aceptable para los unionistas probritánicos porque los separaba del Reino Unido). Resolver este problema es la mayor tarea política de hoy en día, en tanto el gobierno británico, después de Boris Johnson, ha aceptado la necesidad pragmática de no dar prioridad a los intereses políticos de los unionistas.

Hoy, 25 años después del tratado de paz llamado Acuerdo de Belfast o también Acuerdo de Viernes Santo (Good Friday Agreement) estamos en una situación muy diferente de cuando se firmó. De un lado el Brexit significa que hay una dinámica hacia le reunificación de Irlanda, ya que Irlanda del Norte efectivamente sigue formando parte de la Unión Europea como resultado del Protocolo que firmó el gobierno británico con la Unión. Es una parte del Reino Unido que tiene que seguir las reglas europeas.

Pero el cambio principal está en el nivel político. Acá vemos el rápido ascenso de Sinn Féin, una vez el brazo político del IRA pero ahora como partido independentista, socialista, feminista y con fuerte arraigo comunitario en las dos partes de Irlanda. En el norte, Sinn Féin llegó a ser el partido mayoritario en las ultimas elecciones y en el sur, la intención de votar por Sinn Féin es mayor que los dos partidos tradicionales (Fianna Fail y Fine Gael) combinados.

En unos años veremos un gobierno Sinn Féin en las dos partes de Irlanda. El gobierno británico ha perdido la paciencia en relación con los unionistas y les interesa más tener relaciones estables con la Unión Europea. Entonces, seguramente permitirá un referéndum por la reunificación de Irlanda.  «