El primer ministro haitiano, Claude Joseph, a cargo del poder Ejecutivo tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, decretó el Estado de Sitio para prevenir desborden en el castigado país caribeño. Joseph se escudó en el artículo 49 de la Constitución de esa nación y luego de haber convocado a un Consejo Extraordinario de ministros. «Un grupo de desconocidos, algunos de ellos de habla hispana, atacaron la residencia privada del presidente de la república e hirieron de muerte al jefe de Estado», dijo el premier tras confirmar que la esposa del mandatario, Martine, había resultado malherida durante el ataque.

Ataque en la madrugada.

Haití, el país más empobrecido de la región, ocupa la porción occidental de la isla a la que en 1492 la expedición de Cristóbal Colón pisó por primera vez tierra americana. Su objetivo de encontrar oro a como diera lugar fue sustituido con los siglos por la extracción de cualquier tipo de riqueza de modo que la población está sumida en la miseria más profunda.

Fue el segundo país en declararse independiente en esta parte del mundo, en 1804 y, tratándose de una región habitada por colonos esclavistas, esa osadía despertó las peores reacciones en las elites americanas que buscaban la independencia de España. Desde entonces, quedaron atrapadas entre el deseo/necesidad de alejarse de la metrópoli y el temor a las bases populares, lo que quizás haya generado algunas angustias, como entendió un ex presidente argentino.

Las primeras revueltas de los afroamericanos se registraron en 1791, alentados por las noticias sobre la Revolución Francesa, que había terminado con la monarquía y encabezaba las esperanzas del surgimiento de las libertades individuales y los derechos humanos. Que además, había abolido al esclavitud.

Pero pronto vieron que las promesas que venían del otro lado del Atlántico se daban de bruces con al realidad de que aquella revolución, la de Europa, peleaba por hombres libres, pero blancos. Para los negros que siguieron a François Dominique Toussaint Louverture la historia sería diferente.  

El propio Napoleón Bonaparte, que se ungió emperador enterrando los ideales de Libertad e Igualdad, también se olvidó de la Fraternidad.

Celebración en Francia.

Y si bien el Gran Corso murió en mayo de 1821, hace justo 200 años, el reconocimiento francés de la independencia de Haití habría de esperar hasta 1825 cuando el presidente haitiano Jean-Pierre Boyer firmó la Real Ordenanza de Carlos X con el último rey Borbón del país galo.

Por ese acuerdo, Haití se comprometió a reducir en un 50% el arancel a las importaciones francesas y pagar una indemnización de 150.000.000 francos (unos 21.000 millones de dólares actuales), en cinco cuotas, para resarcir a los colonos que habían debido entregar sus plantaciones al gobierno democrático.

Más allá de los cataclismos naturales -como el terremoto de 2010 que arrasó gran parte del país y que mató a no menos de 200.000 personas- y de dictaduras como la de los Duvalier, que con la excusa del combate al comunismo instituyeron un régimen de terror entre 1957 y 1986   con el apoyo de los gobiernos estadounidenses- el país está sumido en una crisis de conducción a la que no es ajena la injerencia externa.

El primer presidente elegido democráticamente fue el sacerdote salesiano Jean-Bertrand Aristide, considerado un portavoz de la teología de la liberación. Ocupó el poder Ejecutivo por unos meses en 1991, hasta que fue derrocado por un golpe militar. Volvió al poder para completar el mandato, acompañado por una misión internacional, entre 1993 y 1996. Nuevamente electo, en 2001, se acercó a los gobiernos progresistas de la región, como el del venezolano Hugo Chávez. Esto le granjeó más enemigos tanto en Haití como fundamentalmente en Washington y fue derrocado por otro golpe, en 2004.

La deriva del país parece no tener fin desde entonces y Moise fue quizás el gran exponente de estos manejos discrecionales del poder para mantener a una casta enriquecida por sus lazos económicos y políticos con Estados Unidos.

El pueblo empieza a rebelarse.

El futuro del país es una incógnita, lo mismo que por ahora los responsables del asesinato del presidente.