El viceministro de Economía de Uruguay, Pablo Ferreri, apuntó contra la alianza opositora, que encabeza Luis Lacalle Pou y que es favorita para la segunda vuelta electoral que se efectuará el próximo domingo. Defendió la candidatura de Daniel Martínez y el legado del Frente Amplio, que gobierna el país vecino desde 2005.

-Uruguay va a la segunda vuelta electoral este domingo. ¿Cuál es su apreciación de las fuerzas que se enfrentan?

-Estamos en la recta final de una elección donde se definirá la continuidad de un gobierno progresista o el arribo al poder de una coalición de derecha que plantea el recorte del Estado y el retiro del Estado de áreas sensibles y donde, además, el recorte de la agenda de derechos es algo que está arriba de la mesa. Esa coalición de derecha está formada por varios partidos, entre ellos uno nuevo que ha obtenido el 11 por ciento de los votos en primera vuelta, con un proyecto seudo militar, conservador, corporativista y que plantea temas que son un retroceso concreto en la agenda de derechos, lo cual nos preocupa mucho. Eso puede estar inscripto dentro de algunas tendencias que vemos a nivel regional.

-¿Cómo se imbrica la elección uruguaya con el contexto regional?

-Vemos el avance de posturas reaccionarias en la línea del recorte de derechos que a nosotros nos preocupa mucho en nuestro país.

-¿Qué posición tiene Uruguay sobre el Mercosur?

-Para nosotros la apertura al mundo es algo esencial en términos económicos y también desde el punto de vista de nuestra afirmación nacional. En ese esquema, el Mercosur es vital, visto no como una estación terminal ni como una jaula de oro, sino como una plataforma de despegue, de inserción internacional basada en el regionalismo abierto.

-¿Qué pliego tiene Uruguay para plantearle al Mercosur?

-Seguramente Uruguay precisa poder tener algo más de flexibilidad dentro del Mercosur a la hora de poder generar algunos acuerdos de carácter bilateral.

-La renegociación de la deuda uruguaya es recordada por estos días a la luz de la situación argentina. ¿Cree que se puede replicar esa experiencia?

-La idea de buscar una salida positiva es algo replicable; ahora, las herramientas para hacerlo serán diferentes porque las condiciones de la economía uruguaya de ese momento son distintas de la situación actual de la economía Argentina. En Uruguay no hubo quitas de capital, y yo no sé si eso es posible en la Argentina; obviamente eso lo debe discutir el gobierno entrante. Con lo cual, está la experiencia pero no sé si es estrictamente extrapolable.

-¿Qué valor le adjudica al hecho de que no haya habido quita de capital en la renegociación uruguaya de la deuda?

-La renegociación fue importante porque Uruguay no cayó en default y, por lo tanto, eso le dio credibilidad y confianza a nivel internacional. Uruguay es un país que goza de enorme confianza en el mundo. Eso le permite, entre otras cosas, una mejor inserción internacional; también poder salir a los mercados a conseguir financiamiento a tasas bajas: hoy Uruguay tiene grado de inversión otorgado por las cinco más grandes calificadoras del mundo, tiene un riesgo país muy bajo, colocó hace un mes deuda en dólares al 2055 a una tasa del 4,1 por ciento. Son muchas muestras de confianza en el país que se fueron cimentando a lo largo de la historia pero que tuvo un mojón importante en ese momento.