Una juez de la Corte de Apelaciones brasileña ordenó este domingo de forma sorpresiva la liberación del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, encarcelado desde comienzos de abril por corrupción y quien podría salir de prisión en las próximas horas.

La decisión judicial estipula que la liberación tenga lugar «según el régimen de urgencia, en esta fecha, mediante la presentación de esta orden a cualquier autoridad presente en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, donde se encuentra el recluso».

Pero antes de que las autoridades cumplieran la orden, Sergio Moro, de vacaciones en Portugal, dijo a la prensa que Rogerio Favreto, del Tribiunal Federal de la Cuarta Región no tiene competencia.

El entredicho revela la degradación de la justicia brasileña en torno al dos veces presidente, ya que Favreto es juez en segunda instancia y Moro en primera, de modo que no podría oponerse a su decisión.

Apareció entonces en escena el juez de segunda instancia, Joao Pedro Gebran Neto, encargado de la operación anticorrupción Lava Jato, y canceló la orden de liberación del expresidente brasileño.

«Determino que la autoridad coautora» de la orden y la Policía Federal «se abstengan de practicar cualquier acto que modifique la decisión colegiada» del tribunal, escribió el juez Gebran Neto.

Gleisi Hoffman, presidenta del PT,llamó a movilizarse para que se cumpla la liberación.