La divulgación del espionaje contra el expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, impacta de lleno en la campaña presidencial en la que la Revolución Ciudadana, su partido, encabeza holgadamente las preferencias para reemplazar a Guillermo Lasso por el período que deja vacante tras su renuncia por «muerte cruzada».

La información revelada por el diario español El País, de que una empresa de esa nacionalidad lo habría espiado para la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), dio pie para que Correa ponga en contexto la persecución judicial que vive desde que dejó el cargo en 2017, razón por la cual permanece exiliado en Bélgica, impedido de regresar a su país sin riesgo de ser detenido. «Tenían total acceso a mi computadora, a mi teléfono, contrataron a empresas para investigar nuestras cuentas, nuestros movimientos financieros y migratorios, y, pese a todo eso, no les queda más que condenarnos ‘por influjo psíquico’ porque como somos gente de manos limpias, tienen que inventarse calumnias para acusarnos de algo», señaló en una entrevista para referirse al absurdo argumento jurídico con el que se lo condenó en su país por un supuesto hecho de corrupción.

Según relató El País, la Justicia española investiga a la compañía de seguridad Undercover Global y a su dueño, el exmilitar David Morales, quienes habían sido contratados por el propio Correa para que se ocupara de la seguridad de la embajada ecuatoriana en Londres, donde estaba refugiado el fundador de Wikileaks, Julian Assange.

De acuerdo con el periódico, UC Global espió en 2018 conversaciones de Correa con los expresidentes Cristina Fernández de Kirchner, de la Argentina; Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, de Brasil, y José Mujica, de Uruguay.

Las aparentes pruebas del espionaje surgieron de la revisión del contenido de la computadora portátil de Morales, ordenada por el juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional española, quien lo investiga hace más de tres años por diversos delitos.

Correa lamentó que en ese entonces hubiera reuniones para informar al presidente Lenín Moreno sobre todos sus movimientos. «Comenzaron a ofrecerle la información que se generaba ahí al expresidente Moreno, que la aceptó gustoso», aseguró. También repudió que el espionaje se trasladara a sus hijas, con la intención de hallar «algo ilícito, reñido con la moral», cosa que no ocurrió. «Nunca van a encontrar eso en mis hijas, que son unas chicas magníficas. Entonces se quedaron con la frustración, pero sólo el hecho demuestra que no tienen ni límites ni escrúpulos», afirmó.

Campaña intensa

Tras la salida forzada de Lasso, quien apeló a la «muerte cruzada» establecida en la Constitución para evitar el juicio político que se encaminaba sin obstáculos a destituirlo, la campaña entró en el segmento más intenso. El próximo 13 de agosto se realizará el debate público entre los ocho candidatos que aspiran al sillón de Carondelet. Entre ellos la única mujer, la correísta Luisa González, es la que reúne la mayor intención de voto, muy lejos del resto y equiparado solamente con un alto volumen de indecisos, votos en blanco o nulos. Según un informe publicado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG),  «González –cuyo candidato a vicepresidente es Andrés Arauz–, puntúa en todas las encuestas con cifras por encima del 30% de voto total (38% del válido) a un mes de la cita electoral y aún con niveles altos de indecisión». Según las cuatro encuestadoras citadas por el estudio (Informe Confidencial, Omar Maluk, Comunicaliza y Promedio), la referente de Revolución Ciudadana suma entre 29 y 34 puntos de intención, muy por delante de quien la sigue, el ex vicepresidente de Lenín Moreno, Otto Sonnenholzner, con 12 a 13 puntos, y luego el indigenista Yaku Pérez, quien no se presenta en nombre de la entidad indígena Conaie, sumando entre 10 y 11 puntos. En esta tabla, los votos nulos y en blanco, como los indecisos, reúnen entre el 24 y el 29% de los encuestados.

En estas elecciones inéditas, ya que es la primera vez que se invoca la cláusula incorporada en la reforma constitucional de 2008, acudirán a las urnas 13,4 millones de electores para elegir presidente y vicepresidente de la República y a 137 miembros de la Asamblea Nacional, que cumplirán los mandatos vacantes hasta 2025.

Si ningún binomio supera el 40% y 10 puntos de diferencia habrá balotaje.   «