El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunció la expansión del asentamiento de Eli, en Cisjordania, donde planea acelerar la construcción de 1.000 nuevas viviendas, en medio de una escalada de la violencia en los territorios palestinos ocupados, que este miércoles tuvo un nuevo capítulo con el asesinato de un palestino luego de que colonos israelíes atacaran la localidad palestina de Turmus Ayya.

La oficina del primer ministro emitió este miércoles un comunicado en el que se anunció la medida y aseguró que la decisión fue tomada por Netanyahu, junto a los ministros de Defensa, Yoav Gallant, y de Finanzas, el líder colono Bezalel Smotrich.

«Nuestra respuesta al terror es golpearlo con fuerza y construir nuestro país», afirmó el comunicado.

Por su parte, el referente de la colonia de Eli, Ariel Elmaliach, dijo que acogieron «con satisfacción la decisión» de Netanyahu pero estimó que «es una gota en el océano».

«Pedimos al primer ministro que en la próxima reunión del gabinete, el domingo que viene, avance una decisión para que el asentamiento de Eli sea la primera ciudad de Binyamin», dijo en referencia al Consejo Regional de Binyamin, que gobierna decenas de asentamientos en Cisjordania, según informó el diario israelí Haaretz.

En paralelo, este miércoles continuaron los ataques por parte de colonos israelíes en territorio palestino.

«Un mártir llegó al Complejo Médico Palestino de Turmus Ayya, con una herida en el pecho», informó el Ministerio de Salud palestino en un comunicado.

Un habitante de la localidad indicó que el ataque fue llevado a cabo por unos «200 colonos» israelíes, informó la agencia de noticias AFP, cuyos reporteros vieron casas y edificios incendiados.

«Los colonos nos dispararon y cuando la policía y el ejército israelí llegaron nos tiraron balas de goma y gases lacrimógenos», agregó el residente Awad Abu Samra.

La agencia palestina Wafa, que identificó al fallecido como Omar Jabara, de 25 años, dijo que el joven falleció por fuego del ejército, y que los colonos eran 400, y no 200 como informaron los medios occidentales.

Según el medio palestino, «alrededor de 400 colonos, protegidos por soldados israelíes, usaron la fuerza brutal contra los residentes desarmados de la ciudad, atacando a las personas, sus casas y vehículos, mientras los soldados brindaban protección a los colonos y se unieron al ataque contra la ciudad disparando bombas lacrimógenas contra las casas causando decenas de casos de asfixia».

Wafa estimó que al menos 12 personas resultaron heridas y que además fueron destruidas unas 30 casas y unos 60 vehículos.

La nueva escala de violencia se inició el lunes cuando el Ejército israelí desplegó una incursión en el campo de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, cuyo balance de muertos subió de seis a siete en las últimas horas.

En respuesta a la incursión, dos palestinos mataron el martes a cuatro israelíes en una estación de servicio cerca de la colonia de Eli, en la que este miércoles Netanyahu anunció que avanzarán con la construcción de nuevas viviendas.

Dos de las víctimas eran habitantes de ese asentamiento en Cisjordania y las otras dos eran del centro de Israel.

Además, cuatro personas resultaron heridas de bala. Una de ellas se encontraba este miércoles en estado grave pero estable tras haber sido operada durante la noche, según el hospital Shaarei Tsedek de Jerusalén.

Un civil que se encontraba en la estación de servicio asesinó a uno de los dos palestinos agresores y el otro fue abatido por las fuerzas israelíes.

El estallido de violencia de este miércoles se produjo pocas horas después del funeral de un adolescente israelí abatido en las cercanías por disparos de palestinos y del entierro de una niña palestina muerta en un bombardeo israelí.

Los soldados desplegados en Urif trabajan para «establecer los planos de las casas de los terroristas que perpetraron el atentado», afirmó el Ejército en su reporte oficial, recogido por la agencia de noticias AFP.

Este procedimiento se efectúa antes iniciar la destrucción de las viviendas, tal como lo hace Israel con los palestinos acusados de haber realizado ataques contra sus ciudadanos.

En ese sentido, el ministro de Seguridad Nacional, el líder colono Itamar Ben-Gvir, emitió hoy una declaración en la que exigía a Netanyahu que el ejército «derribe sus edificios», en referencia a las casas de los agresores, y pidió que «reanuden la política de asesinatos selectivos en Cisjordania».

Sin contar Jerusalén Este -ocupada y anexada por Israel-, cerca de tres millones de palestinos viven en Cisjordania. Pero el territorio acoge también a unos 490.000 israelíes, establecidos en colonias consideradas como ilegales por el derecho internacional.