Por Yenifer Paredes*

Mi mente tiene muchos momentos grabados que en realidad quisiera olvidar, me refiero al día 07 de diciembre, no sé por dónde empezar, pero lo que más recuerdo a las 11 de la mañana después de haber escuchado el menaje de la tv, bajé a ver a mi madre que si como lo imaginaba estaba orando y tenía los ojos llenos de lágrimas y no sabía qué hacer, más que pedir a Dios su ayuda. En eso llegó mi papá diciendo “nos tenemos que ir porque los de la marina van a venir a sacarnos”. Me asusté y corrí al segundo piso donde estaba Arnol y mi pequeña Alondra, a los cuales les dije “tenemos que salir”. Solo llevamos las cosas personales y la ropa que teníamos puesta, bajamos corriendo y teníamos el corazón acelerado, pero los carros donde siempre nos transportábamos estaban afuera listos para salir y cada carro con su respectiva seguridad. Mi papá se aseguró de que Arnol y yo estemos en el carro segundo y en el primero subió mi mamá, Alondra, mi papá (yo sentí algo raro porque Alondra, Arnol y yo siempre vamos juntos en el mismo carro pero estaba vez mi papá se aseguró de llevar alondra con él, creo que tenía miedo) y el Dr. Aníbal (NdR: Torres, ex primer ministro) junto a ellos, mi papá mencionó a la seguridad que teníamos que partir y partimos a toda velocidad, avanzamos unas cuantas cuadras todos estábamos muy nerviosos, tensos, no puedo explicar ese momento la verdad ni siquiera sabemos dónde íbamos, solo seguíamos al carro donde estaba mi papá. Por un momento me sentí segura porque al final estábamos todos, me refiero a mi familia, mi mirada era fija hacia el frente, nunca dejé de ver hacia al frente, la verdad sentí alivio de salir del palacio y de pronto veo que se detienen y la verdad pensé que era solo una coordinación, como siempre la seguridad hablaba por teléfono pero los minutos pasaban y, no sé, las personas empezaron a decir “está huyendo a la embajada”. Es este el momento que más me duele describir y será el mas doloroso: vi dos efectivos de la policía que llevaban pasa montañas que nos apuntaban con armas a mí y Arnol y pidieron que avancemos en una (sic) la verdad no entendía nada ya la seguridad no decía nada. No conocía Lima, al ver que llegamos a la prefectura sentí miedo y solo quería llorar. Llegamos y nadie decía nada, luego vi bajar a mi papá y el alma se me rompió, sabía que era la última vez que lo veía, lo supe porque el que estaba a cargo de ese operativo antes me había detenido a mí y sé como trabajan, tenía temor de que le hicieran algo a mi papá. Solo puedo decir que en mi mente decía “él es fuerte”, luego nos fuimos a refugiarse en una casa de unos amigos. Luego de todo llegamos y mi madre estaba en otra dimensión, estaba un poco pálida y no quería decir nada mi sorpresa era habar con Alondra no sabía qué decir, ella es una niña muy inteligente pero también sentía mi dolor… quiero olvidar ese día… pasaron algunas horas y es momento de que Alondra nos comenta que vio que le amenazan con un arma, ella se aferraba a mi papá dice que él lo llevaba marcado entre sus piernas, al momento que mi papá vio eso de la amenaza del arma es donde menciona “está bien pero sin violencia”, antes de bajar del carro mi papá menciona lo siguiente: “Yo nunca voy a traicionar a mi pueblo y si es por ellos a la cárcel tendré que ir”. Al volver a hablar con Alondra siento su dolor con cada palabra que menciona, llevamos mucho dolor por dentro, me siento culpable de tanto dolor hacia mi familia, soy la mayor y no los pude defender. Es difícil vivir pensando en mi pequeña Alondra, está muy mal mentalmente. No entiendo por qué el poder puede violar todos los derechos humanos de una niña de 11 años, quiero justicia para mi hermanita, yo puedo hablar de todo lo ilegal que fue desde que la detención, que se hizo antes de que vacado, todo lo demás: quiero decirle al mundo todo lo que nos hicieron y es nuestra fe en Dios y ver libre a mi papá que nos levanta cada día y seguir, no te puedo explicar lo que se siente ser una familia unida y de repente quedarte totalmente sola. Tengo a mis hermanos y mi mama en México y mi papá en Barbadillo. Hay días que no quiero seguir, las fuerzas se me van, pero recuerdo que mi papá lleva dos meses sin hablar con mis hermanos (sin comunicación telefónica porque no le permiten tener llamada, cuando aquí en el Perú sí se tiene derecho a una llamada diaria), extrañamos mucho a mi papá, ayúdanos por favor.

Estimado Guido, tengo muchas cosas más que decir y aclarar pero si deseas podemos hablar de esto a detalle no lo puedo hacer por aquí porque aun me duele, por favor te pido a tí, a don Zaffaroni, que ayuden a mi papá, él es un hombre muy bueno, luchaba por su pueblo todos los días y sacrificó muchas cosas por el bien del país a mí me consta. Mi familia y yo suplicamos su ayuda internacional, estaremos eternamente agradecidos.

Bendiciones.

Yenifer Paredes, hija de Pedro Castillo, presidente de Perú

*Texto envíado por la hija mayor de Pedro Castillo al abogado argentino Guido Croxatto, quien ejerce la defensa del presidente destituido junto con el exjuez Eugenio Raúl Zaffaroni