El joven economista Andrés Arauz tendrá su revancha en las elecciones anticipadas del 20 de agosto en Ecuador, representando al espacio del expresidente Rafael Correa. Arauz, excandidato que perdió en el balotaje de 2021 frente a Guillermo Lasso, es el favorito para encabezar la fórmula presidencial en nombre de la Revolución Ciudadana, en un escenario que se presenta favorable al regreso del correísmo, que gobernó entre 2007 y 2017.

De todos modos, en caso de acordar otra figura del espacio, según confirmó el propio Arauz, podrá secundar al candidato presidencial o ser parte de los asambleístas que conformarán el nuevo Congreso hasta la finalización del presente período, tal como establece el artículo 148 de la Constitución ecuatoriana. El mismo que fue invocado por Lasso hace once días, decretando la «muerte cruzada» de los poderes Ejecutivo y Legislativo, como una cuestionada maniobra para evitar un juicio político que avanzaba a su destitución inminente.

La candidatura se definirá por estas horas en una reunión clave entre Correa y Arauz, quien se encontraba en Panamá previo al encuentro con el expresidente. «Somos la principal fuerza política y estamos en nuestro mejor momento político», se entusiasmaba Correa la semana pasada.

Arauz no es el único nombre en danza para representar ese espacio político. El excandidato a vicepresidente, Carlos Rabascall, también anunció su intención de postularse y sonaba como otro posible nombre el de Luisa González, asambleísta del bloque de RC en condiciones de renovar su banca. Si bien es cierto que RC se mantiene como uno de los espacios de oposición más sólidos, y que en las últimas elecciones regionales triunfó en ciudades estratégicas como Guayaquil y Quito, la clave del triunfo en agosto estará marcada por las alianzas que puedan establecerse con otras fuerzas populares y de izquierda. En ese sentido, es crucial el amplio movimiento indigenista representado por la Conaie. Su presidente, Leónidas Iza, anunció esta semana que será candidato por el brazo político del movimiento, el Pachakutik, que también atraviesa diferencias internas.

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Lapsos estrechos

Según el calendario electoral, los partidos políticos tienen hasta el 10 de junio para inscribir a sus candidatos, pero tres días antes deben definirlo internamente por alguna de las vías previstas en la Constitución. Por el corto tiempo, se especula que todas las fuerzas políticas apelarán a elecciones representativas a través de sus estructuras orgánicas. La mayoría de los espacios ya presentaron precandidatos. Con una imagen devaluada por una gestión que cosechó el rechazo popular, el oficialista CREO aún no se define entre dos legisladores renunciantes.

Sin candidato propio, el derechista Partido Social Cristiano (PSC) apoyará al empresario Jan Topic, especializado en seguridad y excombatiente «en Ucrania, Siria y África», según su relato. El ex vicepresidente de Lenin Moreno, Otto Sonenholzner, es candidato del partido Avanza. El liberal Centro Democrático competirá con el empresario Eduardo Maruri. El partido Pueblo Igualdad Democrática ya adelantó su respaldo a Daniel Noboa Azín, hijo del magnate Álvaro Noboa que aspiró a ser presidente en seis ocasiones. Yaku Pérez, excandidato de Pachakutik en 2021, se presenta por la alianza Unidad Popular, Democracia Sí y Somos Agua. Las candidaturas de Pérez y de Iza dan cuenta del quiebre del movimiento indígena. En su declaración de aceptación de candidatura, Iza y la Conaie impusieron a un dirigente de su riñón para conducir el partido y también demandaron que «los exasambleístas que traicionaron al movimiento indígena sean separados del PK», además de invitar a la ciudadanía «a sumarse y construir un proyecto amplio de izquierda para el país».

Como ya se dijo, la «muerte cruzada» implica la disolución de la Asamblea y la renuncia del Ejecutivo, pero en forma escalonada. El Congreso ya no funciona y hasta la renovación, el presidente gobierna por decreto, algo que Lasso parece estar llevando con entusiasmo (ver recuadro). El actual presidente podría presentarse aunque no lo hará.

 De la misma manera, todos los legisladores cesados están en condiciones de volver a postularse. El calendario oficial establece que las nuevas autoridades legislativas asuman el 4 de octubre, pero si hubiera segunda vuelta presidencial, se realizaría recién el 15 de ese mes, lo que presentaría la situación anómala por lo que, hasta la posesión, prevista para el 30, Lasso seguiría gobernando con una Asamblea renovada, y presumiblemente opositora en su mayoría. Curiosidades de una experiencia que el Ecuador vive por primera vez en su historia. «

Lasso, a puro decretazo antes de entrar al quirófano

El presidente Guillermo Lasso fue operado con «éxito» de la próstata en un hospital de Estados Unidos, según informó la Secretaría general de Comunicación de la sede de gobierno en Quito. El mandatario de 67 años fue «sometido a una intervención en la próstata, en el Hospital Houston Methodist», señaló la cartera en un comunicado.

Lasso viajó el miércoles a Estados Unidos para la intervención. Durante su mandato, fue varias veces a ese país por motivos de salud: un cáncer de piel y una lesión en la columna. Su retorno a Quito está previsto para las próximas horas.

Horas antes, el presidente ecuatoriano había firmado su segundo decreto-ley, tras la disolución de la Asamblea Nacional que dispuso el pasado 17 de mayo. Al igual que el primero, se trata de reformas de carácter tributario. Pero en esta ocasión los cambios están relacionados con la creación de nuevas zonas francas que ofrecerán excepciones en actividades productivas, industriales, de servicios y logísticas, según anunció oficialmente. La norma anterior también impuso beneficios impositivos a sectores de la economía.

Las centrales gremiales, por su parte, se mantienen en estado de alerta ante la posibilidad de que llegue a aparecer un nuevo decretazo, pero que vaya en dirección de modificar las leyes laborales, algo que fue preanunciado una y otra vez por varios funcionarios del Poder Ejecutivo, algunos realmente muy cercanos a Lasso. No se debe olvidare que el presidente no pudo imponer que esa reforma que tanto ansía, sea tratada en la Asamblea Nacional por el rechazo mayoritario que producía en sus miembros. 

Justamente, esta semana el presidente presentó su informe de Gestión a los dos años de su mandato, aunque no pudo hacerlo ante el Congreso, como marca la ley, producto de su propia decisión. En cambio lo hizo en un mensaje público a través de la Plataforma Gubernamental. Allí justificó su decisión y aseguró que «la inmensa mayoría ha aplaudido la aplicación de la muerte cruzada como la mejor sanción moral contra los obstruccionistas, con evidentes afanes golpistas, que traicionaron los principios democráticos».