La inflación volvió a golpear con fuerza en agosto. La medición que realizó el Indec sobre los precios al consumidor arrojó una suba para ese mes de 3,9%, con lo que la variación interanual (la comparación con el mismo mes del año pasado) ya es de 34,4%.

Se trata del alza más brusca desde junio de 2017, cuando el organismo comenzó a difundir un índice de precios que representa a los hogares de todo el país en reemplazo del que sólo abarcaba el área metropolitana. El acumulado desde enero es de 24,3%, apenas cinco décimas porcentuales menos que en todo el año pasado.

Según el detalle proporcionado en el informe oficial, el salto más brusco se dio en el rubro Comunicaciones, con 12,4%, originado en los aumentos en las tarifas de telefonía celular. Lo siguió el capítulo Vivienda, agua, gas y otros combustibles (6,2%), a partir de las continuas actualizaciones en el precio de las naftas que están realizando las compañías petroleras. Alimentos y bebidas, el sector que tiene mayor peso en la elaboración del índice, subió 4%, a tono con el promedio general.

Aunque cada rubro tiene una explicación puntual para justificar su evolución, lo que refleja el número final es el efecto que la devaluación está causando a partir del traslado al consumidor de la nueva cotización del dólar, que desde abril a la fecha duplicó su valor. Los reiterados tarifazos dispuestos por las autoridades también tienen su impacto: esa es la razón por la que los precios regulados (uno de los tres grupos que estudia el Indec, junto con los estacionales y el resto que integra el llamado “núcleo”) subieron 6,2% en agosto y 48,2% en los últimos 12 meses.

En paralelo, la Dirección General de Estadística y Censos porteña dio a conocer su propio cálculo válido para la Ciudad de Buenos Aires. Las cifras fueron levemente inferiores: 3,7% en agosto, 23,9% desde enero y 33,6% de variación interanual.

Los datos conocidos este jueves reafirman la necesidad de reconfigurar todos los pronósticos para los próximos meses, complicando aún más la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que se está realizando en estos días. Algunas consultoras están alertando que en septiembre la inflación minorista podría superar la barrera del 5%. Los papeles del gobierno estiman que a fin de año la inflación acumulada será del 42%, pero otros estudios privados (como el del Citigroup, que calcula un 50% para todo 2018) son mucho más pesimistas. Estas previsiones, que quintuplican la meta que el equipo económico se había planteado para este año (un 10% que visto desde el presente suena a chiste), dejan además un fuerte lastre para 2019.