Los agentes de la Policía Bonaerense Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro fueron detenidos luego de que las pericias confirmaran que de sus armas reglamentarias salieron las balas que mataron a Diego Cagliero e hirieron a su amigo, Mauro Tedesco, durante un operativo cerrojo desplegado el 19 de mayo pasado en Martín Coronado, partido de Tres de Febrero, que perseguía la camioneta en la que viajaban los jóvenes.

Según la reconstrucción de la fiscal Gabriela Disnan, el oficial Canstatt disparó, al menos, diez veces contra la camioneta en la que viajaban Diego y su grupo de amigos. Uno de esos disparos entró por la axila del joven y llegó hasta el cuello, provocándole la muerte. El oficial subinspector Montenegro, por su parte, disparó e hirió en el abdomen a Tedesco.

Canstatt fue imputado por el delito de homicidio agravado mientras que Montenegro está acusado de homicidio agravado en grado de tentativa. Ambos fueron detenidos el viernes por personal de la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense.

“Esto es un paso más en una lucha judicial que recién empieza […] Sabemos que esto no se hubiera logrado sin la organización y lucha de familiares y amigos que, aún frente al dolor, se ponen de pie día a día para combatir la impunidad y la violencia institucional”, señaló la familia de Cagliero en un comunicado, luego de conocerse la imputación y detención de los policías.

El 19 de mayo, alrededor de las 13 horas, un grupo de jóvenes ingresó a un supermercado de la zona de Martín Coronado. De acuerdo a las cámaras del local, se produjo un altercado entre Diego y sus amigos y un hombre de seguridad. Según los testimonios de los mismos jóvenes, habían querido llevarse algunos productos sin pagar. Con el ánimo de finalizar el conflicto, dejaron la mercadería y se fueron.

Según la versión policial, en ese momento desde el supermercado realizaron un llamado al 911, denunciando el robo por parte de un grupo de jóvenes fuertemente armados. Más de media hora después, la Policía Bonaerense desplegó un operativo cerrojo en la avenida Márquez, a la altura de la comisaría 5ª de Eufrasio Álvarez. La camioneta circulaba a 40 km por hora cuando comenzó a recibir los disparos. Más tarde, luego de matar a uno y herir a otro, se registró el vehículo, pero no se encontró dinero ni mercadería robada.

Luego, y haciendo caso a la versión policial, se abrió una causa para investigar el robo. Cuatro amigos de Diego quedaron detenidos; uno de ellos fue Tedesco que, durante su internación por la herida en al abdomen, permaneció esposado y con custodia. Recién diez días después del hecho, la fiscal Disnan decidió separar la causa en dos: una que sigue investigando el robo y otro expediente sobre el ataque policial.

En las actas de procedimiento elaboradas tras el operativo, de los 10 policías que participaron, solo cuatro reconocieron ser los autores de los disparos contra la camioneta. La fiscal ordenó peritar las armas de esos cuatro efectivos.

Precisamente, fueron los resultados del informe de balística a esas pistolas los que derribaron la versión policial y confirmaron que se trató de un caso –otro más– de gatillo fácil.