Trata de no alejarse de aquella chica de La Paternal, que comenzó a trabajar a los diez años en Rincón de luz, bajo el ala de Cris Morena. Lali Espósito intenta ser como es. O ser como sería si no se le hubiesen cumplido todos los sueños que tenía desde pequeña. La fama la alcanzó desde el principio, pero porque ella va por lo que quiere y es detallista, desde lo estético a lo artístico, y siempre  su futuro es encarado con convicción.

En Soy, su segundo disco (con el que desembarcará en España y México), Lali siente que creció, más allá de lo musical, siente que tiene una visión del mundo distinta, que siendo más chica no tenía. “Escribí desde el corazón, busqué que sea lo más personal posible, tenía la necesidad, me pintó así; me pasaron muchas cosas fuertes y salió esto. Espero poder llegar a un público que esté atento a lo que sucede musicalmente en este disco pero que esté atento a lo que digo”, afirma.

–¿Cómo hacés para que la fama o el éxito no te afecten en tu sensibilidad artística?

–La verdad, no sé. Tengo un gran temor, que es el de sentirme vacía. Ante eso, trabajo todo el tiempo en que no sea así. Si sólo me quedara con lo que pasa con la fama, por llamarlo de alguna manera, no tendría qué decir, sería rarísimo.

–¿Te sentís un referente juvenil?

–Es raro. Por un lado, no me hago cargo de que alguien me tome como ejemplo y, de hecho, no lo recomiendo (risas). Pero soy consciente del tipo de público que me sigue. Digo lo que pienso, me parece que estamos perdiendo de vista al otro y que está todo muy lindo el mundo, pero estaría bueno sentir el cariño del otro. Lo pongo en una canción y listo. Esa sinceridad es la clave, creo.

–¿Cuánto pesó el 2015 tan intenso que tuviste en este disco?

–Mucho. Fue un año de mucho quiebre en muchas cosas y en lo profesional ni hablar. La apuesta en lo popular fue enorme, la llegada que tuvo mi trabajo en Esperanza Mía tuvo un alcance enorme que cambió mi manera de vivir. Entré en la casa de la gente y por primera vez lo sentí fuerte. Me siento más plantada que el año anterior. Que el programa tenga música y llevarlo al teatro ya lo había vivido. Trabajé más y me metí en un lugar de entender el tipo de proyecto, pero nunca descuidé a Lali con sus intenciones musicales.

–¿Por eso no querías un segundo año del programa?

–No sé, cuando hicimos Esperanza Mía ya tenía el disco A bailar en la calle pero lo hice igual y fue una gran decisión. Lo que me pasó para el segundo año es que soy una gran cerradora de momentos. Ya está, fue un gran año y estuvo buenísimo lo que pasó, pero ya tenía muy planeado el lanzamiento de mi segundo disco y la gira para presentarlo. Lo que hice el año pasado fue una locura, una vida de mucho laburo.

–Te debe ayudar para tener humildad cuando sos el centro de un proyecto, ¿no?

–Sí, pero más allá de la humildad, que es un concepto muy raro… Ser humilde, como que no entiendo el contexto. Creo que porque hay gente que se tiñe de un montón de cosas malas, entonces el que no es así es humilde. Pero en realidad sos vos, este no es un agrandado porque no es humilde sino porque tiene esas cosas malas que lo vuelven el ser que es. Pero entiendo cuando me dicen que soy humilde porque quizá debería tener otra actitud.

–¿Pero sos un poquito creída?

–Obvio, me la re creo. Cuando voy a trabajar me creo lo mejor, cuando me subo al escenario siento que soy Céline Dion. Pero en el buen sentido. No me creo lo que no soy.

–Entonces, es un concepto vacío la humildad.

–No, depende el sentido que le des a la palabra. Me gusta cuando me dicen “sos normal”, eso me mata (risas).

–¿Cómo sobrellevás que se haga un paralelismo de tu carrera con la de Tini Stoessel?

–De corazón, no entiendo la comparación. Creo que no hacemos ni música parecida. Entiendo que desde afuera, por una cuestión de edades, pero igual ella es mucho más chica que yo. La exposición mundial que ella tiene yo no la tengo; y nunca trabajé con Disney, aunque sí con Cris Morena, pero es otra escala. No entiendo la comparación, de verdad. Es mucho más delgada que yo (risas).

–Y más alta.

–Desde ya, eso cualquiera (risas).

Una chica con mucha acción

No para. Hace dos semanas Lali presentó Soy (grabado en Buenos Aires, mezclado en Miami y masterizado en New York), por el cual recibió el Disco de Oro, rodeada de fans y con firma de discos incluida. Se le ocurrió organizar un evento, todo ideado por ella, «para que sea especial, una experiencia para los fans» y no sólo un acto formal. Por otra parte, está preparando la  presentación oficial en vivo: será el 8 y 9 de septiembre en el teatro Ópera, el 6 de octubre en el Teatro Metropolitano de Rosario y luego encarará una gira nacional.

Antes, el próximo 4 de agosto, estrenará Permitidos, del director Ariel Winograd, una comedia romántica que protagoniza junto a Martín Piroyansky en la que también participan Liz Solari y Benjamín Vicuña.

Tras su ruptura con Mariano Martínez, los rumores indican que tampoco pierde tiempo para el amor. Según la revista Paparazzi hay asiduos encuentros en su departamento de Palermo, con Nicolás «Tacho» Riera, quien fue compañero suyo en Casi Ángeles. Habrá que esperar por la confirmación del romance.