Miles de mujeres y travestis marcharon desde el obelisco hasta Plaza de Mayo. Enojadas, doloridas, con rabia. Sus miradas transmitían tristeza. Se encontraban afligidas y se reunieron porque les hace bien, es un consuelo. Están unidas y organizadas. No tienen miedo pero se sienten mal. Quieren que paren de matarlas, de cosificarlas y de violarlas. La marcha fue detonada por el macabro femicidio de Lucia Pérez en Mar del Plata.

Los paraguas formaron un gran caparazón en el obelisco y todas caminaban debajo con los pies mojados y vestidas de negro. Marchaban al ritmo de los tambores. Agitando “las pibas que vos violaste van a volver”. Eran legiones de guerreras reclamando sus derechos. Pero, al llegar a la Plaza, fluyó la sensibilidad, se quebraron y contaron la pesadilla que les toca vivir.

“Estoy cansada. Tuve una pareja que me golpeaba, el hijo de puta violó y embarazó a mi hija de 14 años. Ella abortó en forma clandestina y murió. Hasta hoy está prófugo. Es un infierno. Estamos condenadas al sufrimiento. El fundamentalismo religioso es nefasto, hasta el punto que juega con muestras vidas. Somos víctimas de una sociedad patriarcal. Las instituciones son violentas y machistas”, se desahogó Paula.

“Me violaron varias veces en diferentes oportunidades, y fui golpeada hasta el borde de la muerte. Yo me prostituyo en la calle porque no tengo otra posibilidad: no me dan trabajo porque soy trava. Me discriminan. Fui cooptada por un perverso que tenía a más de diez chicas trabajando para él, por suerte pude escapar, algunas compañeras no pudieron y fueron víctimas del travicidio”, aseveró Jennifer.

A pesar de todo, ellas trabajan duro para producir un cambio. Piden que dejen de disparar la máquina de matar mujeres y ‘travas’. Consideran que la vida no puede ser tan cruel. Mientras las lágrimas se mezclaban con la lluvia y el agua se lleva la angustia: los gritos del silencio se hacen oír diciendo basta. “Ni Una Menos”.

“El Estado se tiene que hacer cargo de esta terrible situación. No puede ser que estén matando mujeres por doquier y nadie haga nada al respecto. Hay que legislar urgente. El machismo del Poder Judicial es perverso y punitivo. Existe una complicidad. Es lamentable reconocer que la historia se repite, y todos los años tenemos que salir a la calle. Nos están matando”, se quejó Pamela.

Según un informe del Observatorio de Femicidios Marisel Zambrano, de la ONG La Casa del Encuentro, entre 2008 y 2015 hubo en la Argentina un total de 2094 víctimas. De lo que va de 2016, han notado un incremento inmensurable hasta el momento.

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