“Somos perejiles de este sistema”, dice Adriana Furano quien junto a Ana Florencia Sclani Horrac y Nicolás Breg –integrantes claves del Frente de organizaciones cannábicas argentina, FOCA –, convocaron a través de una conferencia de prensa a la Marcha Mundial de la Marihuana que se realizará en más de 20 ciudades.

Desde el sábado al mediodía, las diferentes agrupaciones y manifestantes se encontraran en plaza de Mayo para marchar horas después hacia Congreso con el pedido de cambio en la ley de estupefacientes, 23737, vigente desde 1989, el cese de allanamientos y detenciones a usuarios y cultivadores de todo el país y libertad inmediata a todos los detenidos por cultivar cannabis.

El objetivo de la marcha es evidenciar la cantidad de personas que exigen normalizar la situación de la planta de cannabis y terminar con la criminalización.

“Las políticas represivas lograron dejarnos en nuestra región más muertes que otra cosa. El aumento del poder del narcotráfico ha sido voraz y tiene mucho que ver con seguir, hay una gran parte de la población que consume cannabis, hay un libro sobre políticas de drogas que refiere a que de 200 millones de personas que consumen drogas en el mundo 166 consumen cannabis”, expresa Sclani Horrac integrante de Mujeres y Cannabis en Argentina y del grupo motor de la Red Latinoamericana de Mujeres Cannabicas.

“Los cannabicos estamos regidos por una dicotomía de leyes. Una es la 23.737 que prohíbe todo acto relacionado con el cannabis y la ley de cannabis medicinal 27.350 que se aprobó el año pasado que es la del cannabis medicinal y que desde varios puntos de vista no contempla nada porque no deja ni satisfecho a aquellos que la generaron que la promovieron”, expresa por su parte, Breg.

“En en su instrumentación se encuentran con más y mayores medidas restrictivas que impiden que muchas patologías para el que el cannabis funciona no puedan ser incluidas. Entonces, para acceder a él hay que hacerlo vía Israel o Canadá. Tampoco da la posibilidad de cultivar y generar soberanía. Ante esta realidad, el Estado argentino actual no entiende esta situación y favorece a los grandes conglomerados”, puntualiza. “Hay que promover el cultivo y buscar las variables para que cualquier ciudadano adulto que quiera acceder al cannabis no tenga que ir a un mercado centralizado”.

Adriana Furano fue víctima de la ley. En febrero de 2017 y luego de una denuncia radicada por un vecino, un grupo de policías entró a su casa y la llevó detenida. Estuvo cuatro días. Furano consumía marihuana en forma recreativa, pero luego cuando le diagnosticaron artrosis comenzó a hacerlo en forma medicinal. Además, produce aceite en forma solidaria para casos de salud.

“No existía la diferencia entre lo recreativo y lo medicinal cuando empezamos en 2009 y 2010 salimos a la calle con el mismo pedido que era el de libertad, que nos permitieran tener una planta para consumir sin recurrir al narcotráfico. Pero tenemos una ley que criminaliza y le da el derecho a cualquiera que pueda denunciarte. Acá hay una ley injusta y obsoleta. Necesitamos ese cambiarla”, agregó.

La mujer integra el colectivo FOCA que se organizó luego de su detención y debido a la cantidad de casos de cultivadores en que se producían allanamientos y detenciones.

“Hay un montón de gente que va detenida. Yo fui una. Yo estuve cuatro días en un calabozo. Esta ley no hace sólo que no podamos fumar un porro o hacer un aceite, hace que corramos peligro de muerte. El daño que puede producir cualquier persona amparados por esta ley es gigante. Así se vulneran nuestros derechos no sólo de usuarios, también de ciudadanos porque la prohibición favorece al circuito clandestino”, agregó.

La marcha se realiza el sábado a las 13 en plaza de Mayo. Además de FOCA, convocan alrededor de 70 agrupaciones y organizaciones políticas y sociales.