Convocada por las redes sociales a medida que crecía la indignación, con la sensibilidad a flor de piel y un grito común de hastío y promesas de lucha. Con esa impronta -visible en los rostros y en las consignas- y bajo una lluvia que vació el cielo sobre el centro porteño y dejó a todo el mundo empapado. Así fue la movilización que este sábado protagonizó la multitud que se concentró al pie del Obelisco para exigir justicia y para recordar a Micaela García, la joven estudiante de Educación Física asesinada en Gualeguay, provincia de Entre Ríos. 

La muchedumbre se fue reuniendo primero sobre la Plaza de la República del lado sur, la plaza seca que se extiende desde el Obelisco hasta la calle Sarmiento. Pasadas las 20:40, mientras la lluvia seguía cayendo bajo cientos de paraguas y banderas de todos colores, los manifestantes se trasladaron al asfalto de la avenida Corrientes. Así cortaron el tránsito y ocuparon la calzada. “Yo sabía/ yo sabía/ que a los violadores/ los cuidan la policía/ y la Justicia”, coreaban grupos de mujeres.

La concentración agrupó a columnas identificadas con partidos políticos y organizaciones sociales –Micaela era la responsable de la JP Evita de la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay- con mujeres y varones que se habían acercado hasta el Obelisco de modo individual, alertados por Facebook o Twitter de que este sábado se realizaría la primera protesta por el asesinato de Micaela. Para el martes está convocada una nueva movilización.

“Ni una menos/ ¡vivas nos queremos!”, era otro de los cantitos que se repetía como un mantra, como una ola que viene, se diluye y vuelve. Entre las banderas se sucedían siglas, nombres de agrupaciones y frases emblemáticas del movimiento de mujeres. A juzgar por los estandartes, a la convocatoria habían respondido Pan y Rosas (en el FIT), Poder Popular, el Frente de Mujeres del Movimiento Evita, MP La Dignidad, Nuevo Encuentro, La Cámpora, ATE Capital, Las Rojas, PCR, Insurrectas, Izquierda Socialista, Plenario de Trabajadoras, PRML, Mala Junta (Patria Grande) y Amaguaña. También se vio la bandera de la FUBA.

En la concentración se sucedían momentos de fervor –grupos de chicas bailaban  pogo mientras gritaban sus lemas- con escenas de tristeza y conmoción por el reciente crimen de Micaela. “Poder popular/ poder popular/ y ahora que estamos juntas/ y ahora que sí nos ven/ abajo el patriarcado/ que se va a caer/ y arriba el feminismo/ que va a vencer”, corearon las militantes del Evita antes de gritar “Micaela García, presente, ahora y siempre”. Otra consigna apuntaba a la actuación del Poder Judicial y del Ministerio Público en estos casos: “Y dale alegría a mi corazón/ la sangre de las caídas se rebeló/ ya vas a ver/ las pibas que no cuidaste/ van a volver/ ya vas a ver fiscales y jueces al paredón.”   

Una de las discusiones que circulaba entre la multitud era qué hacer con los violadores, que suelen ser reincidentes. Mariel Fernández (39), responsable del Movimiento Evita de Moreno, se sumó al debate. “Una de las cosas que venimos hablando con las compañeras es que no puede ser que un violador salga en libertad, si son reincidentes. ¿Por qué decide un juez darle la libertad a una persona con esas características?”, cuestionó. “Entre los sectores populares el feminismo está creciendo, es un proceso muy positivo. El movimiento de mujeres está creciendo mucho en los barrios. Aunque los procesos culturales tardan mucho, pero las mujeres ya no se quedan en sus casas como cuando había pleno empleo, ahora tienen que salir a trabajar a la par del varón”, agregó.

A pesar de su condición de dirigente del Evita, Mariel no trató ni conoció a Micaela. “Sé que estuvo en el plenario nacional del movimiento. Era la responsable de la JP en Concepción del Uruguay”, confió en diálogo con Tiempo.

Entre la multitud también se lo pudo ver al abogado y dirigente de izquierda Luis Zamora, de Autodeterminación y Libertad. “Todo esto duele mucho. Lo primero es el dolor por la muerte de otra muchacha más. Es tan clara la cosificación de las mujeres y la violencia machista. A mí, sin embargo, me emociona ver la rebelión de las mujeres, que ante estas situaciones ya no siguen a sus dirigentes sino que se autoconvocan. Ellas ponen al desnudo la violencia patriarcal. Los varones tenemos que aprender de ellas a pelear contra la cultura machista que nos imponen desde pibes”, planteó Zamora ante la consulta de Tiempo.

Cuando paró un poco la lluvia, y la gente pudo cerrar los paraguas, un sector de la movilización se desplazó por Diagonal Norte hasta el Palacio de Tribunales. Al llegar, sobre la calle Talcahuano, se reclamó por el juicio político y la destitución del juez de Ejecución de Penas de Entre Ríos Carlos Alfredo Rossi. “Olé olá/ a Rossi lo vamos a echar”, coreó ese sector de la multitud. Eran las columnas del PTS y de otros espacios de izquierda.

En simultáneo y al pie del Obelisco, la franja mayoritaria de la concentración seguía coreando sus cantitos y haciendo flamear estandartes mojados, pesados por la lluvia. Allí se encontraba Meli Watanabe (38), estudiante de Filosofía y subdelegada del gremio APUBA. “Las mujeres iniciamos un camino de lucha y de concientización. Este camino nos va a conducir a cambios profundos, que ya se están dando pero son graduales. Crímenes como los de Micaela tienen la complicidad de la policía y de un sector de la Justicia”, aseguró.

La marcha estuvo acompañada por consignas famosas pero aggiornadas para la pelea feminista. “Alerta/ alerta que caminan/ mujeres feministas por América Latina”, cantaba un grupo. Algunas manifestantes se habían pintado la remera para homenajear a Micaela. “Vivís en cada compañera”, era la frase común. Una bandera muy grande de color rojo proponía “Destitución de jueces y funcionarios que amparen la violencia hacia las mujeres”.