El objetivo del último tramo de la campaña será salir a pescar votos en aguas ajenas. Alberto Fernández va por el macrista desencantado. Tras su visita a Santa Fe, que incluyó una peronista salida al balcón, esta semana viaja a Entre Ríos y vuelve Córdoba, la única provincia con doble visita antes de las PASO. En tanto, Cristina Fernández de Kirchner arenga el núcleo duro para garantizar la mayor participación y fiscalización del voto propio en las elecciones que se llevarán a cabo en apenas dos semanas.

En la división táctica de tareas proselitistas, Alberto Fernández lleva adelante el rol que se definió cuando asumió su precandidatura presidencial: sumar puntos a la base que tiene la expresidenta. Y allí fue. La metodología de las recorridas tiene tres patas: en cada lugar se reúne con empresarios, después con la dirigencia peronista, y por último hace conferencia de prensa y da notas a medios de comunicación locales, preferentemente no afines al peronismo. Según explican, el diálogo con los medios es totalmente abierto, pero se priorizan a los locales, de llegada más capilar. En tanto, están descartados los actos masivos, por lo menos hasta después de las primarias. 

«Estamos interpelando a sectores que no nos votaron antes. Hay votos que no son ni kirchneristas ni peronistas, pero sí están decepcionados de este gobierno. El antimacrismo es muy grande en las provincias que tienen economías regionales deprimidas o zonas industriales paralizadas», explican a Tiempo voceros de la campaña.

«Es central en estas dos semanas salir a buscar en Santa Fe y Córdoba el voto que no teníamos en el centro del país», relataron. Es que estas dos provincias son el segundo y tercer distrito electoral, después de Buenos Aires. Y allí residen la mayor cantidad de productores rurales, sector que le guarda rencor al kirchnerismo.

Por lo pronto, en Córdoba y Santa Fe, Fernández logró reunir a la dirigencia y militancia peronistas para conseguir el compromiso del trabajo proselitista territorial. En el comando de campaña estaban contentos porque en ambas terruños los actos con la militancia, que pretendieron ser de ordenamiento interno, terminaron siendo de arenga en el balcón.

«Vengo a Santa Fe a pedirles a los santafesinos que cambiemos esta historia. No me preocupa que hayan votado al socialismo, al radicalismo o a Cambiemos. Bienvenidos sean los argentinos que quieran sumarse. No me preocupa de dónde vengan sino a dónde quieren ir», dijo en la misma conferencia de prensa en la que desafió a Mauricio Macri a debatir. «Me encantaría debatir con Macri. Me es grato debatir, lo que espero es que esta vez no mienta, porque su campaña es absolutamente guionada», dijo Fernández este viernes acompañado del gobernador electo Omar Perotti.

También les prometió a los santafesinos sumar a su gobierno, si llega a la Casa Rosada, a María Eugenia Bielsa, que compitió y perdió en la interna peronista provincial contra Perotti. Es la primera vez durante la campaña que Fernández adelanta el nombre de un posible integrante de su eventual gobierno. La mención de la dirigente, de la destacó su «ética» relata la intención de integrar referentes provinciales a un eventual Gabinete federal. En especial una santafesina con apellido Bielsa, como tenía el Gabinete de Néstor Kirchner.

Entre Ríos y Córdoba.

El próximo martes el precandidato del Frente de Todos viaja a Entre Ríos. Allí repetirá el esquema de Santa Fe,  las recorridas con la dirigencia, los sectores productivos y los medios, se harán de la mano del gobernador peronista, Gustavo Bordet, que fue reelecto este año luego de encabezar una alianza entre el peronismo provincial y el kirchnerismo, fórmula que se repitió con éxito en varias provincias.

Jueves y viernes el precandidato vuelve a Córdoba. El gobernador peronista Juan Schiaretti no quiso sumar su apoyo a la fórmula nacional de Todos ni a ninguna otra. Pero Fernández tiene un aliado local, el senador Carlos Caserio, presidente del PJ provincial, por lo tanto, sucesor inmediato en la estructura política del peronismo cordobés. Caserio tiene a cargo la militancia territorial de la boleta FF.

CFK

Cristina Fernández recorre el país con su libro para militar la cohesión interna. Pero de paso suma foto con gobernadores y dirigentes provinciales. El viernes llevó a cabo la presentación de Sinceramente junto al recientemente reelecto gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y al diputado y presidente del PJ nacional José Luis Gioja. Este sábado hizo lo mismo en Mendoza junto a su compañera de bancada, Anabel Fernández Sagasti, la primera candidata a gobernadora, que le puede arrebatar la provincia al radical Alfredo Cornejo en septiembre. La dirigente de La Cámpora quedó como postulante, producto de las PASO que integraron todos sectores peronistas mendocinos, y tiene chances de ganar en uno de los cinco distritos en los que gobierna el oficialismo nacional. Al cierre de esta edición desde el bunker de Todos señalaron que el cierre de campaña será en Rosario, con CFK y Alberto F.  «

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CFK: “Que la gente no pueda comer, es maltrato”

En la recta final a las PASO, Cristina Fernández intensificó los actos. El viernes visitó San Juan para conmemorar a Eva Perón. Ayer sábado, la gira promocional de su libro la llevó a Mendoza, donde retomó la polémica por la calidad de los alimentos «low cost». «La verdad es que es triste cuando uno ve que gente que puede pagar por una buena leche sale a decir por los que no pueden que tengan que contentarse con leche que no es leche», afirmó.