El capitán de navío Claudio Javier Villamide, responsable de la fuerza de submarinos de la Armada cuando ocurrió la tragedia del ARA San Juan, volvió a sugerir que la responsabilidad por el naufragio fue de los tripulantes, especialmente del comandante de la nave, el capitán Pedro Martín Fernández.

“La reglamentación establece que era Fernández quien debía decidir cómo traer el buque.  Sabemos que volvió a inmersión para efectuar la inspección del tanque de baterías. Han aclarado también en el Consejo de Guerra que en medio del temporal es difícil prender los motores por la escora que toma. Dado que el buque estaba cerrado por el estado de mar, fue a inmersión para que se mueva menos. A partir de ello y que se corta la comunicación voluntariamente, ya desconocemos qué pasó”, describió Villamide en una ampliación de indagatoria ante la jueza federal de Caleta Olivia Martha Yáñez. 

La jueza; el secretario, Miguel Biscardi; el fiscal Lucas Colla y las querellantes, Valeria Carreras y Lorena Arias, apenas cruzaron miradas. Villamide estaba acompañado de sus abogados, Juan Pablo Vigliero y Magalí Crespo. 

Villamide fue destituido por el Consejo de Guerra de la Armada por su actuación en la crisis que derivó en la muerte de los 44 tripulantes del ARA San Juan. Su objetivo era demostrar que el hundimiento no lo tuvo entre sus responsables y específicamente hizo hincapié en responder por qué no le ordenó a la nave, que había tenido un ingreso de agua que afectó a sus baterías, que permaneciera en superficie. 

ARA San Juan. Crédito: Telam

“De lo actuado surgió la polémica si yo debí haberle ordenado a Fernández durante el transcurso de esa noche, quedarse en superficie (sintéticamente). En el medio hay un punto que dice que debí haber informado al Jefe del Estado Mayor pero ese artículo es para el comandante del buque, no era aplicable a mí. (…) Yo, como autoridad de control operativo, lo que ordeno son misiones, le dije que regresara a Mar del Plata, está el mensaje en el que le digo que puede regresar en inmersión o superficie según factibilidad. (…) El ordenarle a Fernández que se sumergiera podía generarle un cuadro de mayor dificultad en su situación, porque era él quien vivía esa situación, quien tenía el conocimiento absoluto del estado de su buque y las condiciones meteorológicas de ese momento”.

Villamide introdujo reflotó otra hipótesis sobre qué ocurrió con el submarino. “Hay quienes dicen que creen que hubo una explosión de hidrógeno previa a la implosión y otros que descreen eso por el sistema de detección moderno de hidrógeno que alertaba e indicaba si los sensores había fallado en la pantalla. La realidad es que nunca se detectó la explosión previa. A mí me parece razonable que pudiera generarse un aumento de hidrógeno, lo que no me explico es cómo no lo detectaron, cómo no fueron a plano de periscopio para ventilar”.

Villamide insistió en que el submarino estaba en condiciones de navegar: “Yo había embarcado en el SUSJ en abril (de 2017; el naufragio fue en noviembre, ndr) para el lanzamiento de torpedo. Había presenciado, navegado y visto cómo se encontraba el SUSJ y había estado durante el lanzamiento a lo largo de un día completo de navegación. Conocía el detalle de cómo se encontraba el SUSJ”.

Las razones del hundimiento del ARA San Juan

La principal hipótesis sobre lo que ocurrió con el submarino habla de un ingreso de agua que afectó a las baterías. Según el imputado, ello también pudo haber sido un error de la tripulación. “El ingreso de agua de mar a la batería de proa gira en torno a la válvula E19, que no es una válvula de casco, y no es cubierta por el carenado. Las tarjetas de mantenimiento de esta válvula, cuyo recorrido de mantenimiento es cada 72 meses. Es parte del sistema de mantenimiento planificado del fabricante, había sido cambiada en la media vida. Además en esta sede, el Suboficial (Osvaldo) Figueroa, declaró que la válvula estaba mal cerrada”.

Por el ingreso de agua lo llamé al capitán de fragata Fernández y le hice saber que debía verificar ese sistema y me dijo que me quedara tranquilo”.

La jueza Yáñez le preguntó entonces si era “prudente tratar de reconectar las baterías” en ese escenario. El capitán Villamide respondió: “Yo opino que no había necesidad de hacerlo pero sí él debía mirar qué pasaba en el cuarto de baterías. Propulsando con circuito dividido el buque podía llegar a puerto sin inconvenientes”.

Foto: Ignacio Sánchez

Villamide restó importancia a las cuestiones de mantenimiento que pudieron haber afectado a la nave, incluso una que parece grave. “La última de las obras pendientes de ejecución era una relacionada con el desfasaje de tres grados del timón”. 

Villamide explicó que “el sistema de gobierno permite corregir esos errores eléctricamente. Eso se había hecho. Eso hay que corregirlo entrando a dique pero el timón de gobierno funcionaba sin novedad”.

También minimizó que no se hubiera chequeado la máxima velocidad del submarino (“El SUSJ puede navegar sin alcanzar su velocidad máxima y navegar en forma segura”) y también en ese contexto deslizó que pudo haber responsabilidad de la tripulación en la profundidad de navegación: “el SUSJ no debía navegar a más de 100 metros, es una limitación que se había impuesto. El SUSJ había descendido hasta 100 metros, había probado todos sus sistemas hasta la profundidad operativa determinada por su comando. (…)  Acá quiero aclarar que eso no impide que un submarino navegue en áreas de gran profundidad, mayoritariamente navegan en áreas que exceden su profundidad operativa, e incluso de colapso”.