La diputada nacional por Entre Ríos Blanca Osuna presidió la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación durante el 2020. Tuvo desafíos importantes en materia educativa frente a la pandemia por Covid 19. Ante el comienzo de clases presenciales en distintos lugares del país, la legisladora del Frente de Todos habló con Tiempo sobre la situación en su provincia. Criticó la política educativa durante el gobierno de Mauricio Macri y las decisiones del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sobre la presencialidad desde el 17 de febrero.  “Es para la foto”, señaló.

-¿Qué balance hace sobre la vuelta a clases presenciales?

-Es importante tener en claro el contexto en el que estamos hablando. Es una situación excepcionalísima, dolorosa y casi violenta,  que tiene que ver con la pandemia y que afecta no sólo a la Argentina sino a todo el mundo. En el caso de Argentina hay distintos componentes. Por un lado la decisión del gobierno nacional de definir a partir de marzo del año pasado el cierre de las escuelas. Y, al mismo tiempo, un proceso que tuvo dos grandes etapas. La primera fue hasta las vacaciones de julio. Hubo un gran esfuerzo de los gobiernos, el nacional, los provinciales, y fundamentalmente de los trabajadores de la educación y las familias para sostener el proceso educativo con una diversidad de elementos. En todo ese tiempo el gobierno tomó definiciones importantes de acompañamiento con distintas características. En esta etapa se agudizaron situaciones de desigualdad, que habían tocado fondo durante el gobierno de Macri. No todos los alumnos y docentes tenían la posibilidad de la conectividad y el equipamiento. Y cuando señalo la responsabilidad del gobierno macrista lo hago porque desinvirtió en un programa excepcional como el Conectar Igualdad.

-¿Cómo fue la segunda etapa del año pasado?

-Se dio un diálogo con distintos ministerios que promediando agosto, septiembre, habían empezado a tener clases presenciales en los establecimientos donde los contagios estaban en un piso manejable. Al mismo tiempo, el Ministerio y el Congreso trabajaron de manera concertada en la plataforma Juana Manso y toda una línea de capacitación y formación. Por otra parte el presupuesto que presentó el presidente para este año tiene una inversión en educación un 80% mayor que en el 2019 y en infraestructura escolar es un 100% más.

-Empieza febrero y algunos distritos van a comenzar con las clases presenciales, como la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo ve este debate y la implementación en su provincia?

-Me voy a centrar sobretodo en el formato de comunicación del que alardea la Ciudad sin sustento. Cómo se justifica esto por parte de quienes tuvieron la responsabilidad de disminuir en un 70% el presupuesto para educación y tecnologías digitales en educación. Por otro lado, en distintas provincias del país esta realidad de las clases presenciales se viene materializando. Definir que empiezan las clases tal día sin sostenerlo con fundamentos es complejo. Mientras fueron gobierno nacional enviaron una ley al Congreso por la obligatoriedad desde los tres años. Se aprobó en Diputados y luego la escondieron en el Senado porque suponía mucha inversión. Pero además niega una realidad general del país.

-¿A qué realidad se refiere?

-El ministro de Educación, Nicolás Trotta, que está haciendo una recorrida por las distintas provincias, va a poder dar cuenta de esa diversa realidad. Hay gobernadores y ministros que le vienen poniendo el cuerpo a que haya clases presenciales desde el año pasado. Y no se hizo para la tribuna como pasa en la Ciudad, que hicieron un anuncio, clases dos horas y se acabó. Nada más que para la foto o para Clarín.

-¿Con qué se va a encontrar Trotta cuando visite el 2 de febrero en Paraná?

-Se va encontrar con la escucha y el diálogo. Con que la educación en la Argentina, sobre la que hay muchas cosas por hacer, no pasa por el discurso mentiroso que quieren instalar Macri y sus seguidores, ni Larreta, con argumentos pobres de fundamentos y mentirosos. Un argumento de los ministros de educación del resto del país es que hay una diferencia entre los lugares donde los chicos y chicas se trasladan por sus propios medios y pueden acercarse a los establecimientos a pie. Y otra donde los chicos tienen que trasladarse en transporte público, como es el caso de Capital Federal. Creo que lo más importante es que hay una decisión de acompañar este proceso que lo está haciendo el gobierno nacional del presidente Fernández.

-¿Entre Ríos está preparada para comenzar de manera presencial? ¿Cómo se imagina que será la educación este año donde siguen los contagios por Covid-19?

-Creo que vamos camino a eso que algunos le llaman educación mixta. Creo que va a ser la forma donde poco a poco se pueda resolver. Quién tiene la respuesta exacta de cuándo va a terminar el riesgo de contagios. Todos apostamos a la vacuna y al cuidado y responsabilidad social pero nadie tiene una respuesta acabada. Son procesos nuevos y complejos. Si hay una respuesta será el compromiso de que la educación es un derecho humano que es reconocido en la Argentina, que tiene tradición educativa y que algunos gobiernos han intentado destruir. Me pregunto si todas las escuelas de la Ciudad están en condiciones sanitarias para volver a la presencialidad, tengo mis dudas, pero no es responsabilidad de los docentes, que la verdad han hecho un gran sacrificio. Es responsabilidad de poner recursos económicos en la educación.

-¿Cómo ve el rol de los gremios docentes?

-Se tienen que atender las voces de los docentes. Es fundamental. También creo que la decisión del gobierno nacional de reinstalar las paritarias educativas que habían sido dejadas de lado en un momento donde hubo docentes que murieron en el marco de la desinversión en educación, como En su momento en la provincia de Buenos Aires, fue fundamental. La voz de los trabajadores y la unión sindical que los representa es importante. Esto no significa que no haya diferentes posiciones y disputas. Cuando hablo de inversión, hablo de que hay que saldar el tema de los salarios de los docentes. En el caso de mi provincia, el gobernador ha establecido la fecha de inicio el primero de marzo y el responsable educativo ha terminado un relevamiento exhaustivo del estado de las escuelas. Además, las definiciones de cómo será el regreso a clases no ha quedado en manos exclusivas de los directores de las escuelas, como he visto que corre el riesgo de suceder en la Ciudad de Buenos Aires.