César Augusto Lerena, actual presidente del Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, elige definirse como “experto en Atlántico Sur y Pesca”. También preside la Fundación Agustina Lerena y entre sus antecedentes figuran haber sido secretario de Bienestar Social de la provincia de Corrientes, ex Profesor en las universidades UNNE y FASTA, ex asesor en la Cámara Diputados de la Nación y también en el Senado, consultor, escritor, autor de 26 libros, con varios de ellos que abordaron la cuestión Malvinas, así como de cientos de artículos y de trabajos profesionales.

Lerena conversó con Tiempo sobre la soberanía de los recursos estratégicos en el Atlántico Sur, – cuestión atravesada por el reclamo soberano argentino sobre las Islas Malvinas-, en medio de una serie de charlas que brindó en la Ciudad de Buenos Aires. “La Argentina tiene que declarar toda esa zona como zona de emergencia pesquera y ambiental”, reclama. 

César Lerena
Foto: Prensa UEJN

-¿De qué hablamos cuando hablamos de recursos estratégicos en el Atlántico Sur y cuáles son los ejes principales a tener en cuenta?

Aunque hay otros recursos, fundamentalmente me refiero a los pesqueros, que hoy están siendo explotados ilegalmente por una población de buques extranjeros que andan en el orden de los 350/500 buques chinos, taiwaneses, coreanos y españoles que se llevan aproximadamente más de 700.000 toneladas de recursos pesqueros anuales. Y por otro lado, también hay más de 100 buques que pescan ilegalmente en el área de Malvinas ocupada por el Reino Unido, que se llevan otras 200.000 toneladas de recursos pesqueros.

Cuando uno refiere a la pesca no es meramente una cuestión de orden económico, que lo es, y muy importante, porque estamos hablando de recursos, en el caso de Malvinas de valores finales del orden de los 6.000 millones de dólares. Y pensemos que la Argentina está exportando por valor de 2.000 millones de dólares, generalmente exportaciones que son de escaso valor agregado. O sea que eso hay que multiplicarlo por seis en el mercado final, generalmente de España, donde se destinan esos productos.

-¿Qué consecuencias trae esta pesca ilegal?

Esto hace que esta pesca,  que es de origen argentino compita -porque incluso la pesca que está en alta mar es de origen de la Zona Económica Exclusiva Argentina- y afecte el comercio nacional de las empresas que está radicadas en el territorio nacional. Compiten con esas empresas en condiciones subsidiadas sin pagar aranceles, fundamentalmente en Europa o en los países asiáticos, donde se destina y se trata como mercadería propia.

Pero ese es un aspecto. El otro aspecto tiene que ver con la biología. La biología se ve afectada por la pesca de esos recursos porque, ahí no hay ningún tipo de control sobre las capturas. Por lo tanto, como el Atlántico Sur funciona como un ecosistema, lo que se pesca sin control en esos lugares que le mencioné afecta necesariamente a la población de peces que están en la Zona Económica Exclusiva.

-Es una problemática que excede al reclamo soberano argentino sobre las Islas Malvinas.

Esos recursos también están en posesión de los británicos, por eso es una cuestión que no se limita a Malvinas. Malvinas es un territorio de unos 11.410 kilómetros, pero los británicos están ocupando más de 1.600.000 kilómetros cuadrados de territorio marítimo, donde hacen esa explotación.

Es un tema difícil, pero hay más de 700.000 toneladas que capturan los chinos, taiwaneses, coreanos y españoles, y donde necesariamente la Argentina debería buscar acuerdos para que en forma equitativa, razonablemente participativa, los argentinos podamos hacernos por lo menos del 50% de esas capturas.

Y si pensamos que en la Argentina están desembarcando 800.000 toneladas por año, es significativamente muy importante la recuperación de esos recursos, porque generaría una ocupación poblacional en La Patagonia, la radicación industrial, generación de empleo, etcétera.

¿Cuáles son las propuestas que usted viene planteando?

Hay varias que escapan a la propuesta habitual que viene haciendo la Cancillería argentina desde hace más de 50 años. La Cancillería argentina limita su accionar a reclamarle al Reino Unido la recuperación de la soberanía de Malvinas, lo cual es una hipótesis casi absurda, porque el Reino Unido no está ocupando ese espacio solamente por proteger a 3.000 habitantes. Está ocupando ese espacio porque es un espacio estratégico , de acceso al océano Pacífico, al Índico y a la Antártida.

Por lo tanto, toda nuestra estrategia está limitada a una acción casi inconducente. También un pedido de apoyo argentino a países vecinos que, en los hechos, no se realiza. Porque Uruguay le está dando apoyo logístico a las embarcaciones que pescan ilegalmente en Malvinas. Y Chile les da los vuelos aéreos que les permiten toda la logística de productos frescos, etcétera. Por lo tanto, hay otras herramientas políticas activas que el Gobierno tiene que llevar.

Por ejemplo, en concreto, algunos aspectos muy importantes: la Argentina tiene que administrar el Atlántico Sur, porque si no lo hace, está favoreciendo precisamente la pesca (ilegal) en Malvinas. Esos buques de distinta nacionalidad que están pescando están ‘ocultando el elefante’ digamos. Es como el viejo dicho, ‘para ocultar un elefante, no hacen falta más que muchos elefantes’. La presencia de todos esos buques, más de 500, pescando en el Atlántico Sur, no permiten aislar al Reino Unido en una práctica que es a todas luces ilegal.

Además de ser un territorio argentino, las propias Naciones Unidas han declarado que no se puede innovar en ese territorio en disputa. La Argentina tiene que declarar esa zona como una zona de emergencia pesquera y ambiental, porque al no controlarla no tiene ninguna certeza que no se esté depredando el recurso. De hecho se depreda.

Foto: AFP

-En declaraciones periodísticas, el presidente electo Javier Milei expresó la posibilidad de buscar, en la cuestión del reclamo soberano argentino en Malvinas, un acuerdo similar al que logró Inglaterra con China en relación a Hong Kong. ¿Hay similitudes? ¿Cómo analiza esta posibilidad?

Empecemos por decir que hay una gran diferencia entre un acuerdo entre Inglaterra y China a un acuerdo entre Inglaterra y Argentina. Porque es evidente la debilidad que tiene la Argentina. Como dije, lo que tiene que empezar a hacer Argentina es administrar el Atlántico Sur. Y luego, por supuesto, tener una presencia activa, naval y de seguridad de tal manera de tener una suerte de disuasión digamos. Mejorar sus condiciones generales, acordar con los vecinos.

Dicho sea de paso, la Argentina tiene que acordar con Chile, con Uruguay esta cuestión de Malvinas. De hecho, lo podría hacer con bastante facilidad con Uruguay, y no lo ha hecho. Es porque el puerto de Uruguay está abierto, como lo mencioné, al desembarco y a la logística de los buques que trabajan en el Atlántico. Es decir, hay una serie de condiciones que, por el contrario, Malvinas viene haciendo. Por ejemplo, acaban de licitar un puerto de 400 metros.

La Argentina no tiene un puerto estratégico en Ushuaia, o en Río Grande, en una zona de tensión entre China y Estados Unidos. Es decir, la debilidad extrema de la Argentina hace que las condiciones no se parezcan para nada al acuerdo entre el Reino Unido y China.

-¿La administración sería conjunta con Inglaterra? ¿La soberanía quedaría en otro plano?

La administración del Atlántico Sur es patrimonio de la Argentina. Al contrario, ha habido una serie de acuerdos que la Argentina oportunamente ha firmado, entre ellos el Acuerdo de Madrid, pero también firmó el Acuerdo de Nueva York, que gracias a Dios no lo ha ratificado, pero que le hubiese dado mayor participación al Reino Unido en el resto del Atlántico Sur.

La administración del Atlántico Sur por parte de Argentina es un derecho inobjetable y tiene todas las facultades de acordar con los buques que están extrayendo ilegalmente los recursos, más la propia Zona Económica Exclusiva. Y de hecho, la Argentina tiene un precedente muy importante que firmó el General Perón en el año 1973, y lo ratificó en 1974, que es el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, firmado entre Argentina y Uruguay, que permitió hacer una zona común de pesca entre ambos países.

Lamentablemente no se siguió avanzando en otras cuestiones, por ejemplo en un régimen común de administración portuaria, lo que hubiera mejorado bastante más la cuestión.

-¿Cuál es la situación en relación a los hidrocarburos?

Es mucho más que preocupante porque la Argentina, por ejemplo teniendo dos leyes que permiten sancionar a todo buque que pesca en territorio argentino, no lo ha hecho sobre los buques que pescan en Malvinas. Y tampoco ha tenido toda la energía para sancionar a las primeras exploraciones de petróleo en el área de Malvinas. Y si eso ocurriese, nos debiéramos olvidar de Malvinas, porque la condición de fortalecimiento del Reino Unido sería extraordinaria.

Las dificultades que podría presentar en un futuro a raíz del Brexit Inglaterra, derivado inclusive de la separación de Escocia, que ya ha demostrado interés en pertenecer a la Unión Europea y donde tiene la mayor cantidad de explotaciones petroleras el Reino Unido, vería como un lugar interesantísimo si encontrasen los volúmenes adecuados de explotación de petróleo.