El anuncio oficial del acuerdo con el FMI y la corrida financiera que reveló la fragilidad del gobierno abrieron un nuevo escenario político. Así lo creen las 40 agrupaciones sindicales, sociales, de derechos humanos, políticas, de credos religiosos, multisectoriales contra el tarifazo y entidades que representan a las PYMES que convocan oficialmente a la concentración del viernes –feriado del 25 de mayo- en la avenida 9 de julio.

Con el repudio categórico al acuerdo con el Fondo al tope del temario, los organizadores montarán un gran escenario sobre la plaza de la República –el paseo público que rodea al Obelisco- bajo la consigna “La Patria está en peligro”. Se trata de una frase que retoma aquella arenga de José de San Martín que advertía que “cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

Pero no será un acto tradicional. Se presenta como una auto-convocatoria en la que todos los espacios participantes confluyen en igualdad de condiciones y equiparados en protagonismo: no hay responsables que puedan adjudicarse la gestación o se apropien de la iniciativa.

Los participantes coinciden en que, más allá de la relevancia, peso social o número de cada organización, todos serán parte en paridad y con un criterio horizontal. Desde las centrales sindicales –convocan la CTA de los Trabajadores, con Hugo Yasky al frente, la CTA Autónoma que lidera Pablo Micheli y el gremio de Camioneros, de gran poder de movilización- hasta el más pequeño colectivo cultural. Lo mismo con las familias que se acerquen hasta el Obelisco motivados por el aniversario de la fecha patria: la llamada ‘gente suelta’.

“Nadie está excluido y el que no ha sido convocado, o no se sintió convocado, siéntase convocado y siéntase convocante”, subraya en diálogo con Tiempo el coordinador nacional de la agrupación Túpac Amaru, Alejandro “Coco” Garfagnini. Miembro del Frente por Trabajo y Dignidad Milagro Sala, Garfagnini es uno de los participantes de las reuniones que se realizaron los últimos seis lunes en la sala de reunión de un templo religioso de la ciudad de Buenos Aires.

La decisión de no subordinar una convocatoria que se espera multitudinaria en tres o cuatro oradores, como si estos representaran a todos, explica por qué no habrá discursos del tipo clásico. La conmemoración del 25 de mayo y el repudio al FMI estarán simbolizados en una sucesión de artistas, que arrancarán con su música desde las 13 y hasta las 16: están confirmados La Bersuit, Arbolito, la cantante Cecilia Rosetto y el pianista Miguel Ángel Estrella, que tocará en vivo el himno para que lo cante la multitud.

Entre los músicos y el himno se leerá la proclama por el 25 de Mayo, un documento consensuado por las 40 entidades convocantes. La lectura estará a cargo de dos afiliados de la Asociación Argentina de Actores. El formato elegido para la concentración es el de los actos que, cada 24 de marzo, encabezan los organismos de derechos humanos. Eso explica por qué en el palco no habrá ni dirigentes políticos, ni gremialistas, ni legisladores: allí sólo estarán las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo.

Todo el arco de referentes políticos, sociales y sindicales, como también curas católicos, pastores protestantes, religiosos judíos y musulmanes, estará ubicado en el llano: sobre el mismo asfalto, en el clásico corralito. Allí también se instalarán representantes de PYMES, asociaciones de industriales, cooperativistas y ONGs que combaten al tarifazo.

Una de las claves de la concentración es, justamente, la búsqueda horizontal, esa multiplicidad: se propone representar –transversalmente- a los sectores sociales que serán afectados por el ajuste del FMI. Este 25 de mayo tendrá todos los ingredientes de una sociedad convulsionada, en efervescencia: mientras Mauricio Macri asista al Te Deum en la Catedral, a siete cuadras de allí, en el Obelisco, una multitud repudiará su gobierno.

De la resistencia a la ofensiva

Si el primer rasgo de la convocatoria es la amplitud, el segundo está dado por el contexto. Los organizadores creen que la crisis financiera mostró con crudeza que el modelo económico de Cambiemos es endeble y con fecha de vencimiento. Por eso, sostienen, llegó el tiempo de pasar de fase defensiva a una etapa distinta.

“Tenemos que aprovechar este momento conflictivo del país para lanzar una agenda programática. La idea es ponernos a la ofensiva, más allá de que hayan querido arrebatarnos esa palabra con la idea forzada de una supuesta ‘amenaza golpista’. Más que caras se necesitan ideas. Organización popular e iniciativa”, plantea el abogado Fernando Gómez, secretario político de Descamisados y dirigente del Frente Milagro Sala.

Garfagnini, Gómez y Eduardo Montes, de la Federación de Trabajadores de la Economía Social (Fetraes), integran el frente que lleva el nombre de la dirigente jujeña con prisión domiciliaria. Los tres conversan con Tiempo en un bar de San Telmo mientras ultiman los detalles para la participación en la jornada del 25 de mayo. Para ellos, efectivamente, “la Patria está en peligro”.

-¿Por qué la convocatoria incorporó la frase “la Patria está en peligro”?

Garfagnini: -Porque es así, simplemente: la Patria está en peligro. Por los acuerdos últimos con el FMI y por lo que viene haciendo este gobierno: quita de derechos, bastardear la democracia, perseguir a los trabajadores y a los dirigentes sociales. Sobre todo por los presos políticos que tenemos. Y por el hambre que cada vez más sufre nuestro pueblo.

-Elisa Carrió llegó a decir que había sectores de la oposición que querían desestabilizar al gobierno.

Garfagnini: -El 25 de mayo es el nacimiento de nuestra patria, que se gestó en la calle. La calle, los espacios públicos, son el lugar en el que se construye la democracia y se construye la ciudadanía. En la Argentina la democracia se defendió y se ganó en las calles. Así que hablar de un atentado contra la democracia por acciones realizadas en los espacios públicos y en la calle es algo totalmente antagónico con la realidad y con nuestra propia historia. Los que atentan contra la democracia son, por el contrario, los que están en la City. Los que se juntan en oficinas a conspirar y a generar un proceso de extracción de la riqueza de nuestro país concentrada en pocas manos.

Gómez: -La convocatoria del 25 de mayo va a estar atravesada por todos los sectores sociales que están en conflicto en la Argentina. Los tarifazos, por ejemplo, han despertado un malestar popular muy grande que hace que las puertas energéticas, o las puertas de las empresas prestadoras de servicios privatizadas, sean epicentro de protestas. Lo que está atravesando la Argentina es un conflicto social. Lo provoca este brutal proceso de transferencia de recursos desde el bolsillo de los laburantes y los humildes a los balances de un puñado de treinta empresas. El país está pasando un momento crítico. La vuelta al Fondo, que ya tiene dos años –porque hace rato que venimos recibiendo los informes del artículo IV-, puede condicionar lo que va a ser la Argentina de los próximos 20 años. Ya lo vivimos con Néstor (Kirchner). Cuando él dijo “vamos a hacer una quita sobre el endeudamiento externo y vamos a cancelar la deuda con el Fondo”, nos dimos cuenta que ellos (por el FMI) no querían cobrar. Porque cuando el Fondo te presta, lo que en realidad está haciendo es atarte a una cadena para someterte a sus intereses políticos.

-El gobierno anunció la convocatoria a un Gran Acuerdo Nacional. ¿Qué significa ese llamado? Parece referir el famoso GAN del dictador Lanusse, que buscaba excluir a Perón.

Garfagnini: -Efectivamente, el gobierno hoy está lanzando el Gran Acuerdo Nacional. Ante eso, nosotros, el 25 de mayo lanzaremos el Gran Encuentro Popular. Y ahí largaremos la gran Hora del Pueblo (frase que remite al documento multipartidario que presionó a la dictadura de 1970, de Roberto Levingston, para que convocara a elecciones sin ningún tipo de exclusión, NdR). ¿Y con quiénes? Con todos los actores del movimiento popular. Científicos, docentes, estudiantes, organizaciones de Derechos Humanos, gremios, centrales sindicales, las organizaciones políticas democráticas de la Argentina, APYME, los credos religiosos: porque se sumaron también los sacerdotes del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, los pastores evangélicos y los religiosos musulmanes y judíos. En el escenario va a haber artistas populares, también va a haber una feria de la economía social en las dos arterias paralelas: Pellegrini-Bernardo de Yrigoyen y Cerrito-Lima. Este 25 de mayo el pueblo no va a estar en el Te Deum. Va a estar en el Obelisco. Eso está claro.

Montes: -Uno de los criterios que motoriza la convocatoria es que con este gobierno no hay victorias parciales. No las hubo en el transcurso de estos dos años y meses. Todas las políticas sociales de este gobierno nos retrotraen, en vez de avanzar desde el punto en el que quedamos en el 2015. Pero el campo popular siempre tiene la calle a mano para tratar de defender sus conquistas.

Gómez: -El viernes se va a leer una proclama que sintetiza las reivindicaciones y las sistematiza en una propuesta política. El primer punto es el rechazo al acuerdo con el Fondo. Que es la gran cadena de dependencia. También hay un rechazo muy fuerte a la Reforma Laboral. Es una proclama que hace eje en la defensa del trabajo y la producción nacional. Porque la rueda especulativa, la gran bomba especulativa de este gobierno, es el palo en la rueda del desarrollo productivo e industrial de nuestro país. A eso se le suma la liberalización de las importaciones y el brutal tarifazo que hace inviable la producción nacional. Vamos a exigir que los trabajadores no tengan topes salariales en sus paritarias. Además, este gobierno ha desmantelado las cooperativas, los programas de empleo y la posibilidad de generar herramientas colectivas de producción. Y, por último, a pesar de que se nos acuse de golpistas o desestabilizadores, habrá una muy fuerte recomendación de que la democracia es el único camino para transformar la realidad. Porque cuando las democracias se debilitan los que terminamos perdiendo somos los trabajadores, los de abajo.