Mantener su perfil como «gran elector» dentro de Juntos por el Cambio y estimular el contacto con sus votantes, a quienes considera propios, retomar la idea de candidato eterno del PRO, mitigar la soledad política que lo aqueja y evitar que el despoder lo aleje más de la mesa chica de JxC que ya no ocupa: son algunas de las razones que llevaron al expresidente Mauricio Macri a lanzar una fundación que lleva su nombre y se concentrará, al menos discursivamente, en la educación y los docentes. Es uno de los públicos que más obsesionaron al fundador del PRO y el más reactivo a su figura desde que decidió construir su carrera política.

El lanzamiento no sorprendió a sus socios de Cambiemos y en el PRO no fue leído como una novedad. «Muchos sabíamos. No es una mala estrategia. Empezó así hace más de quince años, con la primera Fundación Pensar. Posiblemente, le vuelva a funcionar, pero confirma que para Mauricio la campaña también empezó», confió a este diario un dirigente del partido amarillo que ahora tiene despacho en el Congreso.

En la UCR, la Coalición Cívica y el PRO hubo un pacto básico ante el nacimiento de la Fundación MM. Acordaron no cuestionar públicamente el nuevo sello que lanzó el expresidente, aunque el núcleo cerrado que lo motorizó refleja la poca influencia que actualmente tiene Macri sobre la estructura de la alianza y del partido que fundó, salvo por la fidelidad que le ofrenda su exministra de Seguridad y actual titular del PRO, Patricia Bullrich.

La difusión del sello fue en las redes y su armado estuvo en manos del exsecretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis, parte del actual círculo áulico de Macri. En el armado de los programas estará el senador Esteban Bullrich, exministro de Educación, y una de las primeras autoridades de la Fundación Pensar en 2005, cuando trabajaba para la candidatura porteña del magnate. Junto a él habrá un representante la exgobernadora María Eugenia Vidal, el exministro bonaerense Gabriel Sánchez Zinny, que ahora está a cargo del área de evaluación educativa del alcalde Horacio Rodríguez Larreta.

Pero la estética y los nombres de la FMM no se condicen con los contenidos. Tal ausencia de profundidad no cayó bien en un conglomerado opositor que se prepara para cuestionar al Gobierno sobre el retorno a clases y el desarrollo del plan de vacunación contra la pandemia. Junto a la presentación de la web, Macri solo pidió el urgente regreso a clases. En su página, se puede apreciar que se concentrará en educación, innovación, cambio climático y propone tres programas: uno es de «liderazgo educativo» para directores de escuela, otro para maestros y un tercero para jóvenes que buscan su primer empleo.

Pero no hay un solo documento ni elaboración intelectual al respecto. Todo lo contrario al paper que presentó la UCR el mismo día, a través de la Fundación Alem, para enumerar una serie de críticas técnicas al plan de vacunación, la vacuna Sputnik V y la urgencia de un calendario escolar. El documento, al que accedió este diario, enumera siete propuestas y polemiza con el Gobierno. Las 26 páginas de «Antes de que sea tarde. Propuestas para un 2021» contrastan con el despliegue de marketing de la Fundación MM y la nula presencia de contenidos acordes con su propósito por la educación.

La ausencia de profundidad fue interpretada en silencio dentro de JxC. Confirmó el apuro y la improvisación de su equipo ejecutor para mantener vigente la presencia de Macri en el arranque del año electoral, su verdadera preocupación frente a una carrera interna por las candidaturas que se aceleró con intensidad en los últimos días.

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Por eso, a pesar de la hojarasca conceptual que tiene la naciente Fundación, los nombres del primer team revelan algunas apuestas y movimientos de su titular. Sanchez Zinny es un puente y un guiño hacia Vidal, en un momento en el que el expresidente buscará pelear la candidatura de sus más cercanos. Uno de ellos es su excompañero de fórmula, el actual integrante de la Auditoría General de la Nación, Miguel Pichetto, que esta semana recorrió obras en Lugano y el barrio Rodrigo Bueno junto a la ministra de Hábitat y Desarrollo Social porteña, María Migliore, de estrecha confianza de Rodríguez Larreta. Cerca de ambos lo vendieron como una forma de distender diferencias entre el ala dura y la dialoguista del PRO, aunque Pichetto buscaría candidatearse en la provincia de Buenos Aires.

No tiene un camino fácil para obtener un lugar en la boleta para este año. El territorio bonaerense se le ofrece árido ante la cantidad de posibles contendientes. Uno de ellos es el expresidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, que esta semana instaló carteles con su candidatura a gobernador bonaerense para 2023 en tres secciones electorales del interior provincial. El exdiputado, que se definió un «apátrida» del PRO a fin de año, impulsará candidatos propios en el armado de las listas de JxC y quiere pelear internas con las demás partes de la alianza. En esa disputa, las chances de Pichetto dependen exclusivamente del peso que tenga Macri para meter a los suyos, en una lista de prioridades encabezada por Bullrich, ahora concentrada en presentar su libro Guerra sin cuartel en la costa atlántica.

Ya lo instaló la semana pasada, luego de recibir el saludo de un grupo de efectivos de la policía bonaerense que se cuadraron ante ella y después dijeron haber sido utilizados por la exministra. Ante semejante competencia de impactos y recordaciones, Macri hizo lo propio antes de terminar el mes. Para marzo, planea presentar el suyo, Primer Tiempo, título que repiten sus voceros desde el año pasado para transmitir que en algún momento buscará pelear por el segundo, una posibilidad que sus socios consideran remota y producto de la confianza que le transmite su núcleo más cercano, en la oficina que comparte con De Andreis y, a veces, con Pichetto.