El presidente Javier Milei participó de una invocación religiosa en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, la que fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, en el marco de los actos por el inicio del nuevo Gobierno.

El encuentro comenzó poco antes de las 20 y contó con la participación interreligiosa de los representantes de los cultos que se profesan en el país.

García Cuerva dijo que «nuestro país es nuestra casa» y refirió que «somos conscientes que nuestra casa ha sufrido y sufre muchas tormentas; sufre torrentes de exclusión, de dignidades pisoteadas, de inflación, de grietas, de intereses mezquinos, de desencanto y de sueños rotos».

Y amplió: «Como hermanos en la fe, todos los aquí presentes compartimos la creencia en un Dios liberador. Un Dios que nos quiere liberar de la opresión, de la codicia y la avaricia, de la injusticia y la iniquidad, y de toda forma de violencia; un Dios que nos hace libres, sí, pero para ser más dignos y solidarios» y «comprometernos especialmente con los que más sufren».

«Como nos dice el Papa Francisco: la verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad. No hay libertad sin amor. Sabemos que una de las concepciones modernas más difundidas sobre la libertad es esta: «mi libertad termina donde empieza la tuya». ¡Pero aquí falta la relación, el vínculo! Es una visión individualista», refirió el religioso.

Como ya es habitual en cada asunción presidencial, Milei y sus ministros fueron caminando desde Casa Rosada hasta la Catedral.
Foto: Gens Fernando Telam

Además de García Cuerva, participaron el arzobispo griego, Iosif Bosch; el Obispo anglicano, Brian Williams; el representante de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina, pastor Christian Hooft; el rabino Shimon Axel Wahnish y Sheij Salim Delgado Dassum, representante de la comunidad islámica.

Sin dudas, el momento que más cómodo se sintió Milei fue cuando tomó la palabra su amigo personal, el rabino Shimon Axel Wahnish, con quien el flamante presidente comparte largas charlas que, según él mismo contó, la acercó al judaísmo ortodoxo hasta el límite de querer convertirse a una nueva religión.

El fuerte abrazo final de Milei y el rabino fue el momento más emotivo en la solemnidad de la Catedral, donde el presidente ingresó del brazo de Victoria Villarruel y fue acompañado también por todo su gabinete de ministros, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y su novia, Fátima Flores.

Jorge Macri saludó efusivamente a Milei en la Catedral.
Foto: Presidencia