“Es una victoria colectiva, principalmente de las comunidades y el pueblo mapuche movilizados y organizados, una pequeña batalla ganada en esta gran confrontación contra los Estados opresores y el sistema capitalista”, dijo Facundo Jones Huala a poco de levantar la huelga de hambre de 24 días, luego de que el Servicio Penitenciario Federal (S.P.F.) cediera al reclamo de practicar la ceremonia del Wiñoy  Tripantu (año nuevo mapuche) tal como lo habían realizado en 2016.

La ceremonia se llevó a cabo este lunes, con la presencia de  18 miembros de la comunidad mapuche en la Unidad Penal N°14 de Esquel, donde está detenido desde hace justo un año. «Es mucho más acotada de lo que debería ser», reconocieron en el entorno de Jones Huala. Mucho menos de lo que habían pedido al juez federal Gustavo Villanueva para cumplir con el ancestral rito.  El lonko de la comunidad Pu Lof en resistencia Cushamen está a la espera de definiciones sobre su situación anta un pedido de extradición de Chile. Su defensa tiene argumentos para afirmar que la detención es ilegal.

Vanesa Millañanco, integrante de la comunidad Pu Lof, explicó en qué consistió la celebración de este lunes, que tanto parece haber alterado a los directivos de la cárcel y del gobierno nacional: “Wiñoy Tripantu es la ceremonia por la renovación del ciclo de la naturaleza. Agradecer y pedir por lo que viene y por lo que ha sido el año. Por la salud, por los animales, por las comunidades, para que todo vaya bien en el año. Los trabajos son levantados por nuestras autoridades ancestrales: los Machi, los Lonkos, las Pillan Cushe, todas las autoridades que tiene el pueblo mapuche. Se hace una gran ceremonia que tiene todo su protocolo, no es tan sencillo. Para la celebración se necesitan 24 personas, que deben presentes en el momento de la ceremonia. No se puede hacer con cualquier persona, hay personas necesarias para hacer esos trabajos. En el caso justamente, de la espiritualidad del Lonko y por todo lo que él está viviendo, es fundamental hacer esto.”

Tiempo había logrado un  pequeño diálogo con el lonko cuando aún no había levantado su medida de protesta.  «En realidad quiero decir muchas cosas, pero estoy medio perdido y es como que estoy medio mal, como que la huelga me está afectando bastante la lucidez. Quiero aprovechar el espacio pero no estoy coordinando mucho», dijo Jones Huala.

Las autoridades del Servicio Penitenciario conocían la situación del Lonko, pero el hostigamiento no cesó, declaró su abogada. Sonia Ivanoff señaló a Tiempo que “le sacaban la ropa, y lo  filmaron porque el Juez  necesitaba un informe cada doce horas. Lo filmaban hasta en mi entrevista. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) se quejó con el Director del penal. Pero siguió. Les pedí que no lo filmaran más, ya que era vejatorio: ‘Es por seguridad, si se cae y se lastima después nosotros somos los responsables´. Él tan harto de que lo filmen, los mandó a la mierda y lo sancionaron, porque los mandó a la mierda.»

La pregunta obligada es por qué tanta saña. “El Director Nacional Penitenciario, Emiliano Blanco, recibe órdenes del Ministerio de Seguridad (de la Nación) y de Pablo Nocetti (funcionario del Ministerio de Seguridad y muy cercano a Patricia Bullrich), el articulador actual entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, que dijo: ‘Sepan los mapuches que los vamos a detener’”.

¿Hay motivos válidos para la detención? Había un pedido de Chile, «pero desde el 30 de mayo de 2017 el juez Guido Otranto comunicó a la delegación de la Policía Federal de Chubut que se daba de baja al pedido de captura internacional».  En ese marco, Jones Huala es apresado durante un control policial en El Bolsón. Luego hubo una apelación ante la Corte Suprema del primer juicio, «que declaraba la nulidad, y que se resuelve el 3 de agosto con muchísimas presiones hasta de Pablo Nocetti», recuerda Ivanoff.

Por tal razón, la letrada entiende que “se trata de  una detención ilegal, sin orden judicial”. Según la defensora de Jones Huala, ahora buscan  “quitarle el tinte político al caso y ponerle un sesgo de una persona violenta, porque no pueden aplicarle la cuestión terrorista, Otranto había dicho, ‘esto no es terrorismo, sino una defensa de ocupación territorial’. Entonces ¿hay argumentos legales para extraditarlo? Este caso no es extraditable, porque siendo delitos políticos conexos es una causa de no extradición”. 

La defensa del lonko presentó una apelación ante la Corte, pero el tribunal no tiene plazos para resolver. «Creo que va a ser un poroto político de va a jugar la Corte. Y en esto, los mapuches van a seguir siendo el poroto político, el fusible», remató Ivanoff.

Ceremonia religiosa

La huelga de hambre de Jones Huala se inició porque el director de la cárcel, Gustavo Blanco, no autorizaba la celebración del año nuevo mapuche. 

«No me quieren dejar entrar a la gente que yo necesito que esté y yo no puedo trabajar sólo. Una ceremonia sin mi comunidad no tiene sentido, nosotros no somos como los católicos, u otras religiones así», recordó Jones Huala a Tiempo. 

 Para Ivanoff, el rechazo inicial forma parte de un racismo muy arraigado en  la sociedad. De allí las dificultades en hacer comprender de qué se trata el rito. «¡Imaginate si hubieran dicho de comer carne de potranca! ¿Qué habría publicado Clarín? Ni hablar de hacer un curanto, que es calentar las piedras y cocinar con piedras. Iban a decir, ¿qué les pasa a estos mapuches? Y éstas son contradicciones, dentro del penal quienes me escoltan son sus guardias y me dicen: “-yo con este tema estuve estudiando…” “¿Y qué estuviste estudiando?”. “Esto, de la ceremonia mapuche. Tiene más de doce mil años”. ¡Es como si descubrieran el agujero del mate! No hay una sola queja en el legajo por el Wiñoy Tripantu del 2016, ni antes, ni durante, ni en la evaluación posterior. No hubo razones de seguridad para proscribir el número de integrantes».

Cuando Facundo Jones Huala levantó la huelga de hambre y líquido e invitó a compartir la ceremonia ancestral, a través de un comunicado en el que no olvidó que otros miembros de la comunidad mantienen su protesta y continúan siendo hostigados. «El Machi Celestino sigue en huelga de hambre, tenemos más presos políticos mapuches, nuestra gente es perseguida en ambos lados de la cordillera por las fuerzas represivas del Estado opresor. Se acerca otra fecha más del asesinato del weichafe Rafael Nahuel. De esta maldita prisión política. Del asesinato de Estado del compañero Santiago Maldonado en la comunidad en resistencia de Cushamen. Por eso no hay que cesar las movilizaciones, Porque Benetton y Lewis siguen en nuestra tierra».