La ley 26417 establece una fórmula de movilidad jubilatoria que se aplicará semestralmente, es decir dos veces al año: la primera en marzo y la segunda en septiembre. En marzo se paga el resultado de la fórmula del último semestre del año anterior (julio – diciembre) y en septiembre, se abona el incremento correspondiente al primer semestre de ese año (enero junio).
La fórmula es un logaritmo complejo que básicamente refleja: el aumento salarial y el aumento de la recaudación previsional. A su vez, el aumento salarial se mide por el INDEC (salarios) o por el RIPTE (Índice del Ministerio de Trabajo de la Nación que recoge los aumentos en determinados regímenes sobre todo industriales, en blanco). De estos dos índices, se debe elegir el más favorable a los trabajadores. Es decir, el más alto, que en los últimos años fue el INDEC. Por lo tanto, a los jubilados se les debe aumentar con el promedio del aumento salarial del INDEC más la recaudación previsional, dividido dos.
Después de 12 años de aumento de los haberes jubilatorios por encima de la inflación, en el 2016, esta fue del 42%, mientras que las jubilaciones crecieron un 27%. Desde entonces no se recompuso el haber jubilatorio. La única forma, para que los jubilados mantengan su poder adquisitivo, sería modificar la fórmula de movilidad, incorporando la inflación, previa recuperación de los valores a diciembre del 2015.
En agosto del 2016 la Anses anunció un 14,16% y en septiembre se pagó. En cambio, en enero del 2017 la Anses anunció un aumento del 14% pero en marzo pagó el 12,6%. Ante un revuelo parlamentario, la Anses informó que aumentaría el 12,9% y que pagaría los aumentos al mes siguiente. Pero al mismo tiempo, por resolución, ordenó liquidar sólo por el RIPTE, conforme a la inconstitucional ley de Reparación Histórica, criterio hoy unánimemente rechazado por los tribunales.
Tres días antes de la PASO, Macri anunció un incremento del 10%. Sin embargo, Basavilbaso informó que el incremento sería del 13,32%, (índice del INDEC salario) que sería superior a la inflación semestral.
Según AFIP, el aumento anual de la recaudación previsional arrojó un 27,5%. Pero con un fuerte incremento en diciembre y una brusca caída a partir de enero. Con lo cual el crecimiento en el segundo semestre de 2016 sería del 17% y el índice del primer semestre 2017, no superaría el 11%.
Teniendo en cuenta el aumento salarial del INDEC del 13,3% más el de la recaudación previsional del 11%, la fórmula de movilidad, lamentablemente, debería quedar alrededor del 12%.
En definitiva, recién en septiembre sabremos cuánto le van a aumentar a los jubilados. Mientras tanto, es seguro que no puede ser el 10% como dice Macri, ni el 13,32% que afirma Basavilbaso, pues a este le falta la mitad de la fórmula (aumento o disminución de la recaudación previsional.)
Seguimos esperando que el gobierno y la Anses apliquen la interpretación más favorable a los jubilados, que prometan lo que corresponde por ley y que paguen lo que prometen. Máxime cuando, en el mejor de los casos, la canasta familiar del jubilado asciende a $ 16.134, la jubilación mínima pasaría a $ 7.250 y la pensión universal para adultos mayores a $ 5.800.