La AFI de Cambiemos espió a la comunidad mapuche antes, durante y después de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado. Buscaron vincular a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) con el kirchnerismo. Y utilizaron la figura de la actual ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, para relacionar a la RAM también con Milagro Sala. De acuerdo con esos informes secretos, los mapuches tuvieron apoyo y financiamiento de la Universidad Madres de Plaza de Mayo. Vínculos con el anarquismo internacional, los movimientos de apoyo a los rebeldes del Kurdistán y entrenamiento de las FARC y los separatistas vascos de ETA. El entrenamiento incluía cómo ocultarse de la visión de los drones. ¿Por qué? Hay una única respuesta posible: porque los drones eran utilizados para espiarlos.

Todo parece un delirio. Pero forma parte de la investigación que tramita en los tribunales federales de Lomas de Zamora por espionaje ilegal, a la que tuvo acceso Tiempo.

La RAM –dice el informe de inteligencia– “utiliza la violencia como metodología única de protesta. Sueñan con un Estado mapuche autárquico en la Patagonia. Algunos de sus miembros fueron avalados por el kirchnerismo, habrían recibido el apoyo financiero de la Universidad Madres de Plaza de Mayo o el Instituto de Asuntos Indígenas, y la izquierda setentista”.

El referente de la RAM, según el informe, era Facundo Jones Huala. “Se pudo establecer que la abogada Elizabeth Gómez Alcorta defendió ja Jones Huala. En la actualidad, Gómez Alcorta integra el equipo de defensa de Milagro Sala”.

El 7 de agosto de 2017, seis días después de la desaparición de Santiago Maldonado, el entonces espía Leandro Araque le señaló a su colega Jorge «Turco» Sáez: «Fijate que la abogada del mapuche Jones Huala, que está preso en Chubut, es la misma abogada que tiene Milagro Sala. Ahí tenés la relación entre los mapuches del RAM y la gente de la Tupac Amaru. Me lo pasa ese Gustavo del sur».

Santiago Maldonado desapareció el 1 de agosto de 2017. Seis días más tarde, en un chat, Sáez le contó a Araque una versión hasta entonces desconocida: “Se tuvo información de una fuente confiable que el mismo había participado hace aproximadamente una semana junto a tres sujetos encapuchados del ataque a un puesto de una estancia. El puestero se habría resistido apuñalando a uno de ellos y poniéndolos en fuga. En ese contexto, no descarta que el herido sea el joven desaparecido”.


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Araque le anunció a Sáez: «Diego te va a preguntar». Parece referirse a Diego Dalmau Pereyra, por entonces jefe de Contrainteligencia de la AFI. Nueve días más tarde, el 16 de agosto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, contó la hipótesis ante el Senado. Ahora se sabe que su fuente fue un informe de inteligencia ilegal.

El 6 de septiembre Araque le anunció por WhatsApp a quien en los hechos era su jefe, Alan Ruiz: «El lunes a la noche está en Baires el muchacho del sur. Te va a llamar Susana por un muchacho del sur que según me dice puede servir”.

El “muchacho del sur” es el mismo que pasó el dato sobre Gómez Alcorta. “Susana” es Martinengo, la exencargada de documentación, con despacho en la Casa Rosada y confesa dependencia directa de Mauricio Macri.

La inteligencia ilegal sobre los mapuches, según documentación secuestrada en el teléfono de Araque, tiene un primer informe fechado el 28 de noviembre, cuando le envió a “Susi” un documento en formato Word titulado “Mapuches y petroleras”. Araque lo reconoce como «un informe nuestro». Y relata supuestos “vínculos entre comunidades mapuches e YPF para desvío de fondos del Estado”.

El 21 de noviembre de 2017, chatearon por WhatsApp los exespías Sáez, su hija Belén y Araque, sobre la base de otro documento titulado “Grupos Conflictivos”. Se trata de un informe extenso con un índice: “Antecedentes históricos Mapuches; (CAM); Referentes CAM; (RAM); Referentes RAM; Facebook y páginas de internet; Pasos fronterizos”.

El reporte indica que la CAM “es una organización política y comunitaria que reivindica la autonomía del pueblo mapuche respecto al estado de Chile y cuyos métodos han sido calificados de terrorismo”.

La CAM tiene su par en la Argentina, la RAM, que “es un grupo radicalizado que cree en la lucha armada como medio para llevar adelante su reclamo por las tierras”.

Sobre Facundo Jones Huala, su hermano Fernando, Rogelio Fermín (“referente de la comunidad Vuelta del Río”) y Moira Millán, hay fotos y fichas personales con todos sus datos.

En 106 páginas, el legajo explica que la CAM y la RAM “tienen puntos de contacto en común a través de redes sociales, intercambio de información, dirigentes que cruzan las fronteras por vías no habilitadas”.

El documento menciona “sospechas de que sectores políticos importantes a nivel nacional y ONG extranjeras financian parte de sus actividades. (…) Se detectaron mensajes a través de los servicios de Telegram y WhatsApp en los que hay diálogos que demuestran una coordinación ya consolidada entre los grupos, que bajo consignas de querer conformar una nación mapuche, contra la opresión capitalista y la extranjerización de tierras, están cometiendo todo tipo de ilícitos”. «