El presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, eligió el portal de internet de Radio Mitre para que se conocieran las cartas documento que les envió este miércoles, «simplemente como un ciudadano que está obligado a defender su honor y el de las personas que lo rodean», a la jueza federal María Servini y a la diputada Elisa Carrió exigiéndoles que se retracten «en el plazo de 24 horas» de las imputaciones que formularon públicamente en su contra.

Tanto es así, que poco antes de las 10.30 de este miércoles Tiempo se comunicó con la jueza Servini, quien respondió: «no tengo nada para decir porque todavía no leí nada. Me acaba de llegar la carta». A esa hora, los facsímiles de ambas misivas ya aparecían con marca de agua en el portal de internet de la radio del Grupo Clarín.

En ambas cartas, Lorenzetti se consideró una víctima de las mujeres. Y, más allá de exigirles a cada una por separado «que desmienta de manera pública, y por los mismos medios que las ha efectuado, esas falsas afirmaciones en el plazo de 24 horas», deslizó que habrá demandas civíles, y planteos de juicio político ante el Consejo de la Magistratura.

Por distintas vías –según el presidente de la Corte- tanto Servini cuanto Carrió intentaron «presionar» al Poder Judicial. «Durante más de un año ha injuriado sistemáticamente sin prueba alguna, ha promovido panfletos y, más grave aún, ha intentado presionar al Poder Judicial», le enrostró a la diputada oficialista. «Tampoco es admisible que quiera presionar a la Corte, al Consejo de la Magistratura, ni a quien suscribe. Sabe usted, además, que no soy una persona a la que se pueda presionar», disparó contra Servini.

Las cartas no fueron difundidas por los canales habituales del máximo tribunal. De hecho, fue virtualmente imposible establecer comunicación con los voceros de la Corte para confirmar el efectivo envío de las misivas.

«Presionar» al Poder Judicial es un delito. Lorenzetti es funcionario público, y como tal está obligado a denunciarlo, si cree que efectivamente hay indicios de que se haya cometido. El texto de las cartas muestra que cree que el intento, cuanto menos, existió. El próximo paso debería ser la denuncia penal. En caso de no hacerla, el propio Lorenzetti podría estar incurriendo en una conducta delictiva.

A Carrió, le endilgó: «En su conducta hay una afectación de mi honor y de mi imagen personal que ya no puede ser tolerada. Usted ha excedido el comportamiento esperable de un diputado de la Nación, protegido por la inmunidad. Eso no le permite hacer acusaciones falsas, fuera del ejercicio de la función que no constituyen críticas sino agravios, calumnias y lesiones graves al honor. Ha excedido todo límite de la tolerancia que se exige a una persona que ocupa un lugar público como el mío.»

Sobre Servini, puso en dudas sus conocimientos del derecho. En referencia tácita al fallo de la Corte que restableció el límite de 75 años de edad para la continuidad de los jueces, Lorenzetti sostuvo: «que un magistrado diga que es un acto del presidente y no de la institución implica un desconocimiento de las leyes y del reglamento de la justicia nacional que resulta asombroso».

«Lamentablemente, usted se ha apartado de todo lo que es esperable de un magistrado(…) Nunca imaginé que una jueza de la Nación podría utilizar injurias, agravios y difamaciones mediáticas para intentar modificar decisiones de la Corte Suprema y del Consejo de la Magistratura.»