«Las empresas esperaban lanzarse la semana que pasó a ganar espacio en las plataformas electorales para su agenda de reformas económicas, pero chocaron contra la negociación política que acaparó la corta semana hábil con la formación de las listas para las elecciones.

Superado ese trance, esta semana prevén empezar a encontrarse con los candidatos a presidente, en especial con los tres que tienen mayor visibilidad.

Los negociadores del sector privado esperan la señal de largada con la reforma laboral entre ceja y ceja, pero de punta en blanco: días atrás brindaron en un almuerzo de la Asociación Cristiana de Empresarios (ACDE) porque las demandas del sector privado se instalaron transversalmente en la campaña presidencial bajo el filtro discursivo del consenso nacional.

Incluso hicieron trascender que 160 de los más influyentes empresarios participan de un grupo de WhatsApp, un detalle que le aportó un rasgo de popularidad a una dirigencia que es percibida como elitista.

Mientras tanto, pasearon los oficios del lobby por pasillos locales y escenarios internacionales, como la OIT. En este último plano se destacaron las declaraciones del ministro de Producción, Dante Sica, y del empresario Daniel Funes de Rioja, quienes, respectivamente, anticiparon una reforma laboral y resaltaron la importancia de la negociación tripartita como vehículo de esa transformación.

El que se metió en el barro, presumiblemente por consejo electoralista, fue el propio presidente de la Nación, quien en el acto del Día de la Bandera acusó al líder camionero Hugo Moyano de mafioso, además de culparlo por los costos, en este caso salariales, que afrontan las empresas transportistas.

Fue una estocada a dos puntas: contra Moyano, por diferencias políticas, y a favor de la reforma laboral, que será la primera que le pedirán las empresas al gobierno que venga. En la percepción de los empresarios, hizo un poco de agua.

Agendas

«El problema no es el salario sino todo lo que lo rodea», planteó Miguel Blanco, referente del Foro de Convergencia Empresarial (FCE), cuando Tiempo le preguntó sobre ese tema. «Nosotros hablamos del costo salarial total, no de lo que se lleva el trabajador. La carga fiscal es mayor por las retenciones y las cargas sociales que sufre el empleado», moderó en medio de la polvareda que generaron los dichos del presidente.

Tras el estancamiento de la semana pasada, Blanco afirmó que las reuniones que promueve el FCE con los presidenciables empezarán a tomar forma en los próximos días. En el horizonte se preparan invitaciones al Instituto para el Desarrollo Empresario (IDEA), otra entidad representativa de las grandes empresas del medio local.

Blanco, que también es directivo de Swiss Medical, relató que los técnicos del empresariado definen propuestas laborales, como «adecuación de los convenios» presuntamente desactualizados. Pero también habrá reclamos impositivos. El viernes último, de hecho, el FCE le marcó la cancha a la Corte Suprema que se prepara para decidir en un caso sobre tasas locales que enfrenta a la petrolera Esso con el Municipio de Quilmes.

Por el lado de los mercantiles, el secretario de la Cámara de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, espera que las reuniones se empiecen a acordar cerca de la primera semana de julio.

La CAC irá a las reuniones con una propuesta elaborada similar a la del FCE «para bajar la presión impositiva, la inflación, el costo de la logística y mejorar la calidad institucional».

En este caso, la cuestión laboral también sobresalió. Grinman reconoció que es un tema que pica en punta en la agenda privada, pero habló de una «modernización del marco laboral en sintonía con lo que hacen los principales países del mundo. Nosotros estamos atados a una ley laboral de la primera revolución industrial y así no vamos a poder proteger a los trabajadores», argumentó.

En ese marco, los mercantiles evaluaron positivamente los dichos de Macri sobre Moyano. «Es enorme la incidencia del transporte carretero sobre los demás costos», dijo Grinman, quien sumó que «más allá de la oportunidad del mensaje, sabemos cómo funciona el sindicato aludido y coincidimos en la crítica».

A manera de contraste, el propio presidente de la federación empresarial del transporte de cargas FADEEAC, Mario Eliceche, respondió el viernes en una entrevista con FM La Patriada que el costo de la logística «no es caro por lo que se le paga al trabajador».

Pese a la promoción del consenso, el tejido patronal exhibe fisuras que empiezan a jugar en la campaña.Aunque están en el Foro de Convergencia, los empresarios del comercio avisaron que llevarán sus demandas por separado: «Somos el 65% del PBI y tenemos una vida y una trayectoria propias por encima de cualquier otro estamento», marcó el secretario de la CAC.

Sin rencores

El discurso de trinchera de Mauricio Macri en Rosario contrastó incluso con la formalidad de los funcionarios de su gobierno.

Como la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, que la semana anterior pidió el voto de los financistas en un evento del IAEF, esta semana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hizo lo propio en un almuerzo de la Amcham, la cámara de comercio argentino estadounidense.

Aunque reconocen el descontento con el resultado de la gestión Cambiemos, buena parte del llamado Círculo Rojo ha resuelto apoyar a Mauricio Macri. Eduardo Costantini, que en 2018 protestó por dejar de ser billonario, anticipó que volverá a votar al mandatario actual en las presidenciales que vienen. «