A pesar de la desconfianza sobre el rol del titular de la UCR, Alfredo Cornejo, en el gobierno todavía creen una parte del pronóstico que el presidente del centenario partido les anticipó hace tres semanas sobre la decisión que adoptará la Convención Nacional de la fuerza este lunes en Parque Norte.

Más por la debilidad de los rupturistas que por la convicción de los aliados, en la Casa Rosada aguardan una votación de dos tercios de los convencionales a favor de continuar en Cambiemos.

Sin embargo, tampoco descartan que la máxima instancia deliberativa del partido termine con decisiones incómodas: «ampliar» la alianza a «peronistas republicanos» o insistir con la definición de la candidatura presidencial en las PASO del 11 de agosto con una fórmula encabezada por el diputado y exembajador, Martín «Guga» Lousteau.

«Si no siguen en Cambiemos ¿dónde se van a ir?», se preguntó uno de los funcionarios que adhiere al pronóstico de un previsible resultado de la Convención a favor de Cambiemos, pero sin descartar «cierto escándalo». En el gobierno dicen que hay «más diferencias arriba, entre los jefes del PRO y la UCR, y especialmente entre Macri y Cornejo, que en los cuadros medios y territoriales de ambas fuerzas, «que se quejan igual de la crisis, pero cierran filas para evitar consecuencias políticas aún peores».

La incógnita que porotean desde el jefe de Gabinete, Marcos Peña, hasta el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, gira en torno a qué hará la conducción del partido para contener al tercio que amenaza con romper. Ese sector resiste cualquier salida negociada que suplante el plan original de anular la permanencia radical dentro de la alianza oficialista y habilitar «la libertad de acción» de sus integrantes para que puedan negociar con otras fuerzas políticas, especialmente  con el exministro y autoproclamado candidato presidencial, Roberto Lavagna.

En Balcarce 50 admiten un dato corrosivo aportado por el empresario, exministro y operador histórico del partido Enrique «Coti» Nosiglia. El dirigente se jacta de una amistad de 30 años con Macri y le recordó al gobierno que el PRO no tiene un mapa claro sobre la geografía de las voluntades radicales dentro de los 337 convencionales que integran la máxima instancia deliberativa a nivel nacional. La cantidad de representantes partidarios es igual a la sumatoria de diputados y senadores nacionales que tiene cada provincia dentro del Congreso, más 18 convencionales para la Juventud Radical, la Franja Morada y la Organización de Trabajadores Radicales (OTR). Los frentes juvenil, estudiantil y gremial del partido tienen seis convencionales cada uno.

En la Casa Rosada no auditaron los números que les aportaron los socios radicales y se alarmaron cuando escucharon las advertencias del «Coti». Aun así, confían en la ratificación de Cambiemos con los números provenientes de los distritos donde la UCR es gobierno, como Mendoza, Jujuy, Corrientes y la provincia de Buenos Aires, que hace dos semanas celebró su Convención local, ratificó la alianza y confirmó la candidatura de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, para su reelección.

Sin embargo, en ese panorama no hay posiciones homogéneas. Menos aún en los distritos donde Cambiemos no es gobierno.

La Convención de la UCR se realizará dos semanas después de los traumáticos comicios de Córdoba y estará signado por dos sabores amargos de los boinas blancas.

El más intenso tiene que ver con la serie de derrotas provinciales de Cambiemos detrás de los aspirantes radicales que se pusieron la campaña al hombro y terminaron en soledad, sin apoyo del gobierno y con el permiso oficial para despegarse de la figura de Macri.

El otro es alimentado por la desconfianza que mascullan los dirigentes radicales ante la relación que mantiene la Casa Rosada con los gobernadores que obtuvieron su continuidad en el poder, como el cordobés Schiaretti (PJ) y el neuquino Omar Gutiérrez (MPN).

En casi todas las elecciones desdobladas, los aspirantes radicales pugnaron por quedarse con la cabeza de lista, pero luego sucumbieron ante oficialismos locales. Esa foto política seguramente será  reeditada con el sanjuanino Sergio Uñac y el entrerriano Gustavo Bordet.

En Santa Fe puede haber sorpresas, a partir del duelo entre el socialista Antonio Bonfatti (que buscará retener el control de la provincia) y el peronista Omar Perotti. Detrás, en tercer lugar, corre el radical José Corral que arañó los 20 puntos en las PASO provinciales y, además de ponerle su nombre a la derrota cambiemita, tiene el riesgo de perder el control de la capital provincial, como le pasó a Mestre en Córdoba y como sucedió en la pampeana Santa Rosa, con la inesperada derrota del intendente radical Leandro Altolaguirre a manos del kirchnerista Luciano di Nápoli. «

El Tedéum – Pedido de unidad

«Es el momento de ir hacia un gran pacto nacional con mirada amplia y generosa, que no sea funcional ni coyuntural. Un gran pacto de honor que deje de lado las mezquindades personales», dijo el cardenal Mario Poli desde el púlpito de la Catedral católica de Buenos Aires, al presidir el tedéum con motivo del 25 de Mayo, ante el presidente Mauricio Macri y sus ministros. «Se trata de una propuesta superadora de todo partidismo y fracción, con la conciencia de que la unidad prevalece sobre el conflicto». El cardenal sostuvo que debe ser una iniciativa «que convoque a los principales actores de la política, que sean capaces de generar una cultura del encuentro con inteligencia, creatividad e imaginación, reunidos en una mesa de diálogo que acentúe las coincidencias y no tanto las diferencias».