El ex jefe policial durante la dictadura cívico militar, Miguel Osvaldo Etchecolatz, fue beneficiado con la prisión domiciliaria por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 (TOF) de La Plata. Los jueces resolvieron por mayoría aceptar el pedido del represor condenado por crímenes de lesa humanidad en dos de los tres expedientes en los que había solicitado cumplir la pena en su casa. El lunes resolverán el que quedó pendiente. Pero aunque se espera que fallen en igual sentido, la medida no se haría efectiva de inmediato por un fallo de primera instancia que fue desfavorable para el principal sospechoso de la desaparición de Julio López.

En un fallo emitido a última hora del viernes, los jueces Germán Castelli y Alejandro Esmoris -con la disidencia de Agustín Lemos Arias-, resolvieron “hacer lugar a la solicitud de prisión domiciliaria de Miguel Osvaldo Etchecolatz, efectuada por la defensa oficial”. Aunque advirtieron que “no se hará efectiva en virtud de encontrarse detenido con prisión rigurosa” en otros expedientes.

Una de las causas que mantienen al represor encarcelado es la que deberán resolver el lunes los mismos jueces. Pero además, el Juzgado Federal N°3 de La Plata, de Ernesto Kreplac, le negó hace una semana el beneficio de la domiciliaria pedido en el marco de la huelga de hambre que realiza el preso. Para ese expediente corre la instancia de apelación.

En el fallo -al que accedió Tiempo-, Castelli aseguró que “corresponde conceder el beneficio peticionado, en los mismos términos dispuestos en la resolución dictada el pasado 22 de julio”. En ese expediente, el juez había otorgado la domiciliaria por razones humanitarias para el detenido, de 87 años, pese a que los informes del Cuerpo Médico Forense aseguraron que la salud del represor era apta para la vida en prisión, y también la directora del Hospital de la Cárcel de Ezeiza, Nelsy Medina, había asegurado que el centro de salud estaba en condiciones de atenderlo.

La resolución de la justicia va en contra de los pedidos de los organismos de derechos humanos. “Otorgar la domiciliaria a Etchecolatz es mucho más que una domiciliaria, es aceptar la presión de los represores”, argumentó la abogada querellante en juicios por crímenes de lesa humanidad, Guadalupe Godoy.

Además, explicó que además de la gravedad que implica dejar a Etchecolatz a muy poco tiempo de irse a su casa, el fallo tiene una consecuencia mucho más grave: “si los jueces consideran que corresponde otorgarla a los 70 años de manera automática o por razones humanitarias, prácticamente todos los imputados de lesa humanidad quedarían en condiciones de obtener este beneficio”, detalló.

Con estos dos fallos, Etchecolatz ya fue beneficiado con domiciliaria en cuatro de seis expedientes en los que está condenado o procesado. Uno de esos fallos favorable lo otorgó el TOF1 en base al voto de Castelli, quien es el único de los tres jueces que continúa en el tribunal. De hacerse efectiva la medida, el principal sospechoso de la desaparición del testigo Jorge Julio López, volverá a su chalet de Mar del Plata, cuando se cumple una década de recibir la primer condena en el marco de un genocidio tras la caída de las leyes de impunidad.