De a poco, y con un largo camino todavía por recorrer, algunos abusos sexuales en el fútbol argentino empiezan a no quedar en la nada. El técnico de la Primera División femenina de Boca entre enero de 2022 y abril de 2023, Jorge Martínez, fue condenado esta tarde a un año de prisión en suspenso por el delito de abuso sexual simple en perjuicio de la periodista Florencia Marco, jefa de prensa del plantel.

Martínez, de todas maneras, quedó en libertad porque se trata de una condena excarcelable, aunque además incluye la obligatoriedad de participar en un curso de géneros, realizar trabajos ad honorem en Cáritas y la imposibilidad de acercarse a futbolistas de equipos femeninos.

La fiscalía había pedido tres años para el entrenador. El fallo estuvo a cargo del juez Sergio Padczak, del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 22, que también dio lugar al pedido de la fiscalía de investigar por falso testimonio a dos integrantes del Consejo de Fútbol del club, Jorge Bermúdez y Marcelo Delgado, quienes defendieron la postura de Martínez.

Marco se mostró agradecida y conforme: «Estoy conmocionada todavía. Levanté la voz que no es solamente por mí, sino por todas las mujeres que pasaron por la misma situación con esta persona. El mensaje del abuso llegó a todas las casas y a todos los lugares donde tenía que llegar. Estoy emocionada y contenta porque hoy se hizo justicia por mí y por todas esas mujeres y varones, y todas esas personas que durante este año me estuvieron escribiendo y agradeciendo para poder ponerle nombre a lo que estaban viviendo que era el abuso».

La jefa de prensa del equipo femenino acudió ante la Justicia en marzo del año pasado después de haber atravesado varias situaciones de abuso, acoso, violencia psicológica y moral y manoseo por parte de Martínez. El juicio oral comenzó el viernes 22 de marzo, tras el que Boca pidió la recusación de Paduczak, pero fue rechazado. Hoy se presentaron los alegatos y luego se dio a conocer la sentencia.

Marco fue empleada del club durante 12 años -en verdad sigue en relación laboral, pero bajo licencia y sin goce de sueldo- y jefa de prensa del plantel femenino cuando ocurrió el abuso, en numerosos días de 2022. A inicios de 2023, la periodista primero informó sobre lo ocurrido al Departamento de Inclusión y Género de Boca -presidido por Adriana Bravo, también vicepresidenta 3ª de la institución-, pero en el club le pidieron que se tomara vacaciones y luego una licencia.

Tras esa indiferencia institucional, Marco presenteó su demanda ante la Justicia en marzo de 2023 Recién entonces Boca decidió que el técnico dejara de entrenar al primer equipo femenino de Boca -fue reemplazado por Florencia Quiñones-, aunque a diferencia de Marco sigue cobrando su sueldo. “Me descuidaron y me desprotegieron, y protegieron y cuidaron al abusador. Bravo estaba en el día a día y veía lo que estaba pasando, esa es la parte que más me duele», dijo Marco pocos días antes del juicio, cuando también señaló la inacción del Consejo de Fútbol.

«Cuando (Martínez) me tocó la cola, hablo con Jorge Bermúdez, con Raúl Cascini y con Marcelo Delgado. Les informo y les cuento todo. Ellos me dicen que ya lo estaban hablando con Riquelme. Estaban todos informados. Y me dicen que supuestamente iban a tomar algún tipo de medidas. Pero nunca las tomaron. Porque ellos sabían que el abuso sexual era real y sabían que no era solo conmigo», dijo Marco a La Nación.

Antes de reconvertirse en entrenador, Martínez tuvo una extensa trayectoria como futbolista: era un buen lateral derecho -surgido de Mandiyú de Corrientes- que entre 1993 y 2010 jugó para el propio Boca, River e Independiente, entre otros equipos, y que en 1997 llegó a jugar tres partidos para la selección argentina.

La acusación contra Martínez

En una entrevista en el programa Era por abajo, de Radio Ciudad, en marzo, Marco había celebrado el inicio del juicio sin dejar de mencionar términos como «infierno» o «monstruo»

«Para una víctima de abuso sexual hay mucha violencia de por medio. Sentí una expulsión total del club (Boca). Que no era el club: era en mi casa. Este juicio es contra Martínez, pero los abusos sexuales fueron dentro de la institución. Se daba la paradoja de que Boca estuvo acompañando el crecimiento del fútbol femenino y ahí me dije que me tenía que correr de eso. Como jefa de prensa, yo comunicaba el crecimiento y no podía seguir haciéndolo, teniendo al monstruo dentro de casa».

«Yo tenía que comunicar lo bien que estaba el fútbol femenino cuando en realidad sabía que adentro estaba todo mal, y que no había ningún tipo de contención para nadie. Entonces había alguien que tenía que dar un paso al costado para que esto se terminara. Y principalmente lo hice por mí, porque yo no podía llegar a trabajar llorando e irme llorando. No podía estar caminando por el pasillo teniendo miedo de que me pasara cualquier cosa. Entonces era necesario hacer un corte y la única manera que encontré fue haciéndolo público porque, haciéndolo de manera privada, no se escuchaba».

«El click fue cuando pude tomar conciencia de lo que había vivido durante todo 2022, que fue el año del abuso, de enero del 2022 a casi enero del 2023. Ahí hubo un parate en el fútbol, las vacaciones, después de un año de abusos, de un campeonato tras otro, de una Copa Libertadores en Ecuador en la que estuve 20 días conviviendo con él (Martínez) en el mismo piso del hotel, que fue un infierno total. Así que cuando se paró el fútbol y estábamos de vacaciones, ahí pude empezar a acomodar dentro de mí para poder expresarlo. Porque hasta el momento solamente lo podía compartir con las mismas personas que estaban atravesando lo mismo que yo, pero era muy difícil con el afuera«.

«Desde ahora quiero reconstruir mi vida. Hoy me encuentro sin hacer lo que me gusta y no tengo un sueldo, o sea que mi situación es bastante complicada. Pude empezar a ver la luz en todo este infierno cuando llegué a la Justicia: fue la primera vez que me sentí escuchada».

«Me siento feliz cuando veo en la plaza a una niña jugando a la pelota con su mamá. Y me siento parte porque desde la comunicación aporté mi granito de arena. Ahora quiero que esa nena, si llega a un club, lo pueda hacer de una manera profesional, cuidada. Que esto sea un antes y un después, que las personas que van a ocupar cargos en el fútbol femenino sepan llevar adelante un protocolo. No que pueden hacer lo que quieran. Porque hay personas que son atravesadas por estas acciones que no corresponden y de repente te destruyen la vida».