El 24 de marzo de 1977 el escritor y periodista Rodolfo Walsh recorre el centro de la ciudad y distribuye en diez buzones diez copias de su carta dirigida a la Junta Militar que había usurpado el poder el 24 de marzo del año anterior. Al día siguiente, en una emboscada de un grupo de tareas cae acribillado en la cercanía de la esquina de Entre Ríos y San Juan de la Ciudad de Buenos Aires y su cuerpo es secuestrado.
El Colectivo Walsh, creado y dirigido por el músico y compositor Marcelo Delgado, presentará este viernes 22 a las 21 en el Centro Cultural de la Memoria «Haroldo Conti» (ex Esma), “RJW / La carta mítica”, una lectura performática de dicha carta. La agrupación está integrada por doce lectores, dos percusionistas y cuatro cantantes.
El texto original ha sido sutilmente intervenido con fragmentos de la obra “¿Dónde estás, hermano?”, para cuatro voces femeninas, escrita por Luigi Nono, en 1984, y dedicada a los desaparecidos de Argentina.
La carta en la que Walsh denuncia las atrocidades cometidas por la Junta Militar detalla las características nefastas del plan económico implementado por el régimen que usurpó el poder en 1976.
Delgado dialoga con Tiempo acerca de la performance que llevará a cabo el grupo que dirige y el significado de presentarla en las vísperas de un nuevo aniversario del comienzo del período más oscuro de nuestra historia.
-¿Por qué decidiste trabajar sobre la carta de Walsh?
-Fue por un pedido que se me hizo en 2017 para la Bienal de Performance de Buenos Aires y la estrenamos en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras. También la interpretamos en el 19, el 20 y el 22. Esta es la quinta de una serie de obras que llevan por título “Círculo de lectores”. En cada una de ellas hay un número variable de lectores que pueden ir desde cuatro hasta doce como en este caso, que siempre están ubicados en círculo.
Además participan no más de dos músicos y los instrumentos varían dependiendo de cada obra. A veces es una flauta y un cello, o como en este caso, dos percusionistas. Siempre elijo textos en prosa y no se cantan. A lo largo de este ciclo utilicé textos de Juan José Saer, Julio Cortázar, Gerardo Gandini. Pablo Katchadjian y este, que es la “Carta abierta a la Junta Militar” de Rodolfo Walsh.
-¿Cómo es trabajar desde la música con textos para no están necesariamente anclados a una melodía?
-La apuesta siempre fue ver cómo desde mis curiosidades de músico un texto en prosa podía resultar filtrado a través de procedimientos musicales. La elección de las voces ya implica timbres diferentes, no solamente porque haya voces femeninas y masculinas, sino porque, además, cada una tiene su propia característica.
Unas pueden ser muy pastosas, otras muy nasales y otras más rasposas. Por otro lado la velocidad con la que se lee puede cambiar las pausas que se hacen y formar distintas texturas tanto cuando son muchos los que leen como cuando lo hacen pocos o uno solo. A esto hay que sumar la interacción con los instrumentos, por supuesto.
-¿Qué motivos influyeron en tu decisión de trabajar con esta carta?
-La elección del texto de Walsh no fue caprichosa, ya que esta obra se estrenó en plena efervescencia macrista y cuando yo lo leí en ese contexto decidí titularla “RJW / La carta mítica”. Es una carta que ha sido más mencionada que leída en general y tenía ganas de ponerla nuevamente en la palestra.
La carta tiene dos partes: en la primera detalla y denuncia las barbaridades y atrocidades que está cometiendo la junta militar contra los Derechos Humanos y en la segunda describe las características del plan económico puesto en marcha por José Alfredo Martínez de Hoz. Cuando representamos la obra por primera vez en 2017, no podíamos creer que cambiando algunos nombres se trataba del mismo plan económico que se estaba poniendo en práctica en ese momento.
-La obra se estrenó hace siete años. ¿Sentís que sigue teniendo la misma vigencia que en ese entonces?
-Hace poco volvimos a abordarla y nos dimos cuenta de que en lo económico está sucediendo lo mismo en la actualidad. Es el mito del eterno retorno, es Sísifo llevando la piedra hasta la punta de la montaña y al otro día volviendo a empezar. Más allá de que no se esté implementado el terrorismo de Estado, se está atentando contra los derechos más elementales de la población, el derecho a la salud, el derecho a la educación, el derecho a una vejez digna. El plan sigue siendo más o menos el mismo.
Podés cambiar el nombre de la Stándar Oil original por el de Exxon, el nombre de Martínez de Hoz por el de Luis Caputo, podés hablar del Fondo Monetario Internacional, de los grandes monopolios que dominan la economía argentina y más o menos estamos en el mismo lugar que entonces. Por este motivo es que la obra cobra esa vigencia, ahora redoblada y resignificada en el marco de la de lo que estamos viviendo en este momento como país.
-¿Qué características particulares tiene desde lo musical la interpretación de esta carta en la obra?
-La manera de interpretar el texto va generando diferentes rítmicas y entrecruzamientos entre ellas. Traté de aplicar procedimientos musicales, en este caso, a los doce lectores que participarán en esta oportunidad. Un grupo lee hacia adentro del círculo y otro lo hace hacia afuera. Y en algún momento invierten las posiciones y los que leen hacia adentro la hacen hacia afuera.
Esto hace que la percepción que tiene el público de las voces genere un cambio rotundo de los timbres. Además la obra está pensada para que el mismo texto sea dicho en algunos momentos por pocos lectores y en otros por muchos. Al texto original le agregué aquella famosa respuesta de Videla a la pregunta sobre dónde estaban los desaparecidos, en la que él responde que “No está ni muerto ni vivo, está desaparecido”, una respuesta que es absolutamente cínica.
-Incluiste además en la performance sobre la carta una obra de Luigi Nono, un compositor que solía trabajar con las palabras y los silencios como elementos constitutivos de sus composiciones.
-Es una obra breve de Luigi Nono, titulada “Donde estás hermano”, escrita en 1984, y dedicada a los desaparecidos de Argentina, y que cada tanto aparece dentro de la obra interpretada por cuatro voces femeninas.
Nono fue un músico de las grandes segundas vanguardias del siglo veinte, y que llegó a ser miembro del comité del Partido Comunista de Italia, que es el partido más fuerte de la Europa del Oeste.
Tanto el texto de Walsh, como las voces y los instrumentos van puntuando el perfil emocional de la obra. Interpela al público al punto tal que en un determinado momento también el público se convierte en protagonista al leer algo que le proponemos al principio. Yo lo dirijo dando las señas para que lean el texto o dejen de leerlo. Y en ese momento se produce un ida y vuelta que cada vez que lo hemos hecho genera una gran emoción. Se trocan los roles entre los intérpretes y el público y se logra una comunión cargada de sentimientos y emociones.
-¿Utilizás algún método de selección para los lectores que participan de la obra?
-Los lectores en su mayoría no son músicos. Cuando en ocasión del estreno convoqué a la primera tanda de lectores, muchas personas quedaron como en una “lista de espera”, y me preguntan cuándo habrá posibilidades de poder participar. Y te hablo de gente que representa distintos estamentos de la sociedad. No hace falta que sean músicos, solo se necesita saber leer, animarse y seguir una idea entre todos.
Cada participante dirá el texto a su modo: con mayor énfasis, con menos énfasis, con timidez, con furia… Con todo lo que puede generar un documento de características tan particulares como este. Estoy convencido, porque ya lo hemos probado varias veces, de que la obra resulta también un acto de resistencia para decir que aquí estamos y que vamos a hacer todo lo que esté de nuestro lado para revertir esta situación por la que estamos atravesando.
Única función de “RJW / La carta mítica” en las vísperas de un nuevo 24 de marzo:Viernes 22 de marzo a las 21. Centro Cultural de la Memoria «Haroldo Conti» (ex Esma), Av. del Libertador 815.Entrada libre y gratuita.