El 8 de marzo de 1939, la AFA aprobó a Newell’s y Rosario Central al campeonato de Primera División, la inclusión de los primeros dos equipos del siempre mal llamado interior del país. Ochenta años después, en 2019, la AFA le dio la bienvenida a Central a la máxima categoría del fútbol femenino. Con el anuncio del primer torneo semiprofesional, las canallas ingresaron directamente en Primera, sin pasar por las categorías del ascenso. «Tenemos que contemplar que en su plantel hay dos jugadoras de la Selección y sería muy atractivo tener un equipo como Rosario Central», justificó la decisión el presidente de fútbol femenino de AFA, Jorge Barrios.

A pesar de las críticas de varios clubes, la federalización del fútbol femenino comenzó cuando pasó a ser semiprofesional. En la actualidad, entre las tres categorías, sólo ocho equipos (de los 69 en total) se ubican fuera de Buenos Aires. Lo peor del masculino pareciera repetirse en el femenino: el 88% de los clubes son de Buenos Aires. Sin embargo, algo diferente ocurre en la máxima categoría, que va a contracorriente del ascenso. En 2024, el 20% de los equipos de Primera serán del interior: Rosario Central, Belgrano de Córdoba, San Luis FC y el ganador entre Talleres y Newell’s (que anoche jugaban la final por el segundo ascenso).

¿A qué se debe esta diferencia? En un simple análisis, la respuesta está en la inversión que realizan los clubes de las provincias que deciden “dar el salto”. Son pocos los clubes que toman la iniciativa, pero la mayoría apuesta a la disciplina. Belgrano -a diferencia de lo que ocurrió con Central- tuvo un recorrido maratónico en las categorías del ascenso. Ingresó en 2021 a los torneos de AFA y en dos años consecutivos logró pasar de la C a la A -ostentando el récord de hinchas en un partido de fútbol femenino, con 28 mil espectadores en el Gigante de Alberdi-. La inversión en la disciplina proviene de aportes publicitarios y del Estado provincial.

Como si el ascenso no hubiera sido suficiente, en 2023 Belgrano se consagró como el primer club cordobés y segundo equipo fuera de Buenos Aires en competir en la Primera. Y, además, quedó en la historia al ser el primer club fuera de la Ciudad de Buenos Aires y territorio bonaerense en jugar una final del campeonato de Primera.

El miércoles pasado, después de haber perdido 1 a 0 en el partido de ida ante 11 mil hinchas en el estadio de Racing de Córdoba, Belgrano sumó otra derrota -2 a 0- en la final de vuelta ante Boca, el equipo hegemónico que festejó su tetracampeonato. A pesar de la derrota, las rivales reconocieron al subcampeón por lo que significa para el fútbol femenino. “Está bueno que nuestro fútbol sea cada vez más federal. Belgrano lo demostró, lo mismo San Luis FC…El crecimiento federal es clave”, dijo la entrenadora de Boca, Florencia Quiñones, tras el campeonato.

Yohana Masagli tiene 33 años y es cordobesa. Surgió en Belgrano pero se mudó a Buenos Aires para cumplir el sueño de ser futbolista. Salió campeona en UAI Urquiza y, este año, levantó dos copas con las xeneizes. La central -una de las más experimentadas del plantel- se confesó tras ganar el tetracampeonato: “Para nosotras, el fútbol de Buenos Aires siempre se vio en un escalón más alto por lo que significaba el torneo de AFA. Córdoba es una de las provincias que más jugadoras ha lanzado, pero había que conocerlas. La felicidad de que Belgrano sea parte es muy grande”.

Carlos Casteglione, exdefensor campeón de la Copa Sudamericana en 2007 con Arsenal, es el entrenador de San Luis FC, que en 2024 jugará en Primera. Asumió hace dos años cuando el equipo se incorporó a los torneos de AFA y, al igual que Belgrano, subió dos categorías en años consecutivos, ganando 55 partidos, empatando seis y perdiendo tan sólo uno.

El proyecto nació con la banca estatal de San Luis. La inversión comenzó hace dos años y medio con el objetivo de que creciera la disciplina en la provincia puntana. “Esto surge con la intención de fomentar al desarrollo fútbol femenino en la provincia aprovechando que hay muchas chicas que juegan, pero no contaban con la contención necesaria”, explicó Cintia Ramírez, ex secretaria de Deportes de San Luis.

A cuatro años de la semiprofesionalización, aquellos clubes que invierten generan una justificada ventaja con respecto a los demás. No es casualidad que Estudiantes de la Plata, un equipo pionero durante el amateurismo, haya descendido a la segunda categoría luego de las declaraciones de su vicepresidente, Juan Sebastián Verón: «Hay que entender, de una vez por todas, que el fútbol es un negocio. Si lo llegamos a entender de esa forma, nos vamos a poner de acuerdo en lo que refiere a inversión en los demás deportes».

Foto: @Belgrano

En los últimos dos mundiales femeninos, la mitad del plantel de la Selección nació fuera de Buenos Aires: santafesinas, mendocinas, cordobesas, de Jujuy y Misiones. La mayoría con una historia en común. Tuvieron que emigrar de su provincia para poder jugar y darse a conocer en el fútbol argentino.

“Lo que todas anhelamos es jugar en la Selección y para llegar no te queda otra que esperar a que te vean o tener suerte si vas a Buenos Aires. Algún día lo voy a intentar, creo que estamos a la altura, pero no es tan fácil”, declaró Marisol Jacobo, delantera de Central Córdoba de Santiago del Estero, en Revista Anfibia. Como señaló Lorena Arambuena, socióloga y diplomada en género y deporte, igualar la cancha y democratizar el fútbol es también que una santiagueña pueda jugar en Primera en el lugar donde nació y elige vivir.